Luisa de Medrano es , junto a otras destacadas figuras como Beatriz Galindo, una de las llamadas “docta puellae” que en la España de finales del siglo XV y primeras décadas del XVI florecieron al calor de los estudios de las lenguas y de la cultura clásica que el Humanismo y el Renacimiento habían recuperado. En nuestro país, estos estudios se vieron favorecidos por la actitud de la reina Isabel, ella misma aventajada estudiante de latín, y decidida defensora y protectora de la educación de las mujeres.
Los datos en los que puede documentarse la biografía de esta humanista que fue catedrática de Latín y, quizás, de Derecho en la Universidad de Salamanca, son muy escasos aún; algunos de ellos, producto de recientes investigaciones, han permitido, al menos, arrojar luz sobre su verdadero nombre, su nacimiento y su filiación.
Luisa de Medrano nació en Atienza (Guadalajara), localidad soriana hasta la división provincial realizada en 1833. Hija de Diego López de Medrano, señor de San Gregorio, y de Magdalena Bravo de Lagunas, del linaje de los Salvadores de Berlanga de Duero, Su abuelo apoyó a la reina Isabel contra Enrique IV, conquistando a traición el inexpugnable castillo de Atienza donde se estableció como alcaide.
Sus padres tuvieron nueve hijos, uno de los cuales, Luis, fue también catedrático y rector de la Universidad de Salamanca.
Padre y abuelo murieron luchando en Granada. Agradecida la reina, se hizo cargo de su viuda y de la educación de su hijos. Los primogénitos -conocidos como Bravo de Laguna- fueron heredando el cargo de alcaides de Atienza, mientras que su hija Catalina, tras servir en la corte, será una importante mecenas en Atienza, financiando la capilla del convento de San Francisco, como panteón familiar.
(Conviene recordar que otra rama de la familia también tiene su capilla funeraria en la Colegiata de Berlanga, que el comunero Juan Bravo era de la misma familia y que la casa y el escudo nobiliario de los Bravo de Laguna en Atienza es posterior)
Luisa de Medrano fue contemporánea de otras mujeres cultas como Beatriz Galindo “La Latina”, Beatriz de Bobadilla, Beatriz de Silva, María Pacheco, Mencía de Mendoza, Leonor del Río, Juana I de Castilla o Catalina de Aragón.
Sólo se han encontrado tres fuentes primarias referidas a Luisa de Medrano:
1.La primera es un apunte en el Cronicón de Pedro de Torres, canónigo de Sigüenza, que será después rector de la Universidad de Salamanca.
*A.D. 1508 die 16 Novembris hora 3 legit filia Medrano in Catedra Canonum.
Se cree que en 1508 llegó a impartir clases en la Universidad en sustitución de Antonio de Nebrija.
2. La segunda fuente es una larga y elogiosa carta publicada Opus Epistolarum por el erudito italiano Lucio Marineo Sículo, que la conoció en la universidad y dejó escrita en 1514 una muestra de su admiración por la sabiduría de esta mujer, a quien consciente o inconscientemente le cambió el nombre por Lucía.
Tu que en las letras y elocuencia has levantado bien alta la cabeza por encima de los hombres, que eres en España la única niña y tierna joven que trabajas con diligencia y aplicación no la lana sino el libro; no el huso sino la pluma; no la aguja sino el estilo
3. La tercer documento de su época también es del mismo Lucius Marineus Siculus: la menciona en el último volumen de una especie de enciclopedia temática. De Rebus Hispaniae Memorabilibus, también publicado en Castellano como “De las cosas memorables de España”
En la edición de 1530, de la se conservan escasísimos ejemplares, el longevo humanista afirma:
En Salamanca conocimos a Lucía Medrana, doncella eloquentíssima. A la cual oymos no solamente hablando como orador, mas también leyendo y declarando en el estudio de Salamanca libros latinos públicamente. Este libro se reedita sin el último capítulo tanto en 1533 como después en 1539, tras la muerte de su autor y de la propia Luisa de Medrano, que ya no se menciona en el testamento de su madre, dado en Atienza a finales de 1527.
El propio Sículo informaba en la edición de 1533 que se retiró del volumen, por prohibición del rey, la mención de ilustres varones y no pocas mujeres dignas de ser recordadas Subduximus itaque de volumine viros illustres et nonullas etiam mulieres memoratu dignas. Según esto es fácil deducir que su memoria no se perdió con el tiempo, sino que se borró por orden del emperador Carlos V.
Existen muchos indicios racionales como para afirmar que Luisa de Medrano está retratada como Sibila Samia en una de las cuatro tablas de “Profetas y Sibilas” de Juan Soreda, conservadas siempre en Atienza, su villa natal.
Su recuerdo ha permanecido a lo largo de la historia gracias a: Gil González Dávila 1650, Nicolás Antonio (París 1672 / Madrid 1778), Bernardo Dorado 1776, Clemencín 1821, Manuel Hermeregildo Dávila 1849, Marcelino Menéndez Pelayo 1896, etc.
Su obra poética y filosófica se ha perdido, siendo en la actualidad conocida por los salmantinos por dar nombre al Instituto Lucía de Medrano.
En 1935 la alemana Thérèse Oettel publicó “Una catedrática en el siglo de Isabel la Católica: Lucía de Medrano”, obra que aún sigue siendo de referencia. En la introducción afirma que recorrió los principales archivos de la Península para recopilar indicios que demostrasen la veracidad de lo que había leído: “que ya en el siglo XVI algunas damas aristocráticas habían tenido cátedras en España; por ejemplo, Lucía (sic) de Medrano, en Salamanca.”
En 2015 se creó el Premio Internacional de Castilla-La Mancha a la Igualdad de Género “Luisa de Medrano”.
Texto extraído del sitio: http://www.heroinas.net/2020/01/luisa-de-medrano-poeta-y-pensadora.html?m=1
Está demostrado que Luisa de Medrano no fue catedrática de nada en la Universidad de Salamanca. Es un bulo. Solo era una criada de la reina Isabel pero, como sabía latín, le leía a la reina libros en esa lengua. Esa habilidad le permitió alguna vez hacer alguna lectura en la Universidad pero, deducir de ahí que era catedrática …, es una locura