La historia secreta del spam, los Monty Python y la basura digital

Invaden nuestra existencia, nos hostigan a toda hora, nos hacen perder tiempo, desorientarnos y llenan nuestra casilla de mails y nuestros celulares de basura. Son los Spam…. Algunas estimaciones calculan que son más del 80% del tráfico de emails (Journal of Network and Computer Application -2014-) son Spam, uno de los males del siglo XXI que arrastramos desde el siglo precedente. No es el peor, ni el más grave de esos males, pero es molesto como el zumbido de un mosquito. Alguna vez se preguntaron ¿de dónde viene este nombre?

La primera respuesta que a uno le viene a la mente es: debe ser la sigla de alguna expresión en inglés (¿todos los neologismos cibernéticos son anglicismos? Penetración cultural decían los bolcheviques…).

Algunos sostienen que Spam son las siglas de “single post to all mailbox” (único posteo a todos los buzones). Suena bien… pero no todos coinciden con esta versión y han buscado otra también plausible: la palabra Spam proviene de un sketch de los Monty Python – un programa muy popular en los 70 representado por un grupo de 6 actores (cinco ingleses y un americano) que sintetizaron en clave de humor la idiosincrasia británica–. De hecho, el nombre alude al mariscal Montgomery, conocido como Monty entre sus soldados (lo de Python es un juego de palabras de difícil traducción). En dicho sketch hacen alusión a una carne de cerdo enlatada llamada Spam, producida por Hormel Foods desde 1937, muy popular durante la Segunda Guerra Mundial.

Dos de los integrantes de Monty Python –Terry Jones y Michael Palin– acuden a tomar el desayuno a una fonda donde todas las comidas del menú contenían Spam. Todo es Spam y así lo proclama el mozo, el cocinero y cuanto personaje desfilara por el restaurante.

Este episodio fue tan popular que los integrantes de Monty Python grabaron un disco donde la canción principal se llama (adivinen): Spam!, una palabra que se ha convertido en sinónimo de mensaje repetitivo, molesto, improcedente e inevitable que invade nuestras vidas.

El Spam en lata, ese que se come, nunca se comercializó en Argentina, pero en la década del 2000 se vendía en 80 países.

Ahora, si hay alguien a quien debemos maldecir cada vez que un Spam nos distrae ese señor, anótelo bien, se llama Gary Thuerk, “el padre del Spam”, el primero en realizar una campaña de marketing por email cuando estaba en una empresa que hoy no existe más, llamada Digital Equipment Corporation.

Un 3 de mayo de 1978 envió a través de un asistente un aviso publicitario a 393 personas. No lo hizo por internet (que no existía aún) sino por uno de sus precursores llamado Arpanet. El aviso invitaba a la demostración de una nueva computadora DECsystem-2020.

El anuncio fue efectivo (se vendieron las máquinas por valor de 12 millones de dólares), pero ya desde ese histórico 3 de mayo hubo quejas y personas molestas.

Gary Thuerk contó que su jefe lo felicitó por la iniciativa, pero cinco días más tarde recibieron un llamado de la Fuerza Aérea quejándose por esta irrupción publicitaria. El jefe de Gary le hizo prometer que nunca más lo volvería a hacer, pero mintió y asistió a popularizar este método publicitario .

Alguna gente lo felicitó y otras lo acusaron de haber inundado la red con mensajes basura, publicidades repetitivas y engañosas.

El Spam, como lo propuso Gary, no prosperó inmediatamente hasta que un estudio de abogados empezó a proponer su atención a inmigrantes a través de internet.

A Laurence Canter y Martha Siegel les fue muy bien con esta iniciativa y hasta llegaron a escribir un libro: Cómo hacer una fortuna con la información en la autopista cibernética. Si le interesa, aún se vende por Amazon, pero no sabemos si Martha y Siegel son millonarios…

Así que cada vez que le llegue un Spam promoviendo artículos que no necesita o productos que ya compró, tómese un descanso, mire por la ventana, contemple el cielo –si lo puede ver– y respire… no hay mucho más que pueda hacer. En el 2010 se calcula que 200 billones de mails eran Spam. El 46% de los usuarios alguna vez abrió un Spam, pero solo el 11% clickeó el link para conectarse, interesado en el producto.

En el año 2004, Bill Gates recibió 4.000.000 de mails y casi todos eran Spam. “Recibo más Spam que el resto de las personas que conozco”, afirmó el dueño de Microsoft.

El Spam no es gratuito ya que se calcula que se pierde al año por productividad casi 50 billones de dólares. Como siempre, tirando recursos y molestando a la gente en forma confusa, porque muchos de esos mensajes son trampas cazabobos, estafas estrafalarias, y, raramente, una buena publicidad.

¿En qué convertimos los maravillosos instrumentos que hemos creado?

Internet es una magnifica fuente de información, de intercambio de ideas, de mantener vínculos …pero en poco tiempo, gracias a nuestro ingenio y codicia, Internet se convirtió en un basural. Con virus, troyanos, bots y spams diseñados con inteligencia artificial hemos convertido a la red en un lugar peligroso para circular, complicado para navegar, donde la búsqueda de material de calidad es cada vez más problemática y con más videos publicitarios que distraen nuestra concentración… a no ser que pagues.

En definitiva, el ingenio humano ha sabido convertir un maravilloso invento como Internet en un inmenso basural con la misma vehemencia con la que ha contaminado los mares de plásticos, desertificó las planicies, deforestó la selva tropical y derritió los polos. Y así nos va…

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Esta nota también fue publicada en Ámbito

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