En 1944, con 15 años, Audrey Hepburn, futuro icono del cine y de la moda, se convirtió en una heroína de la Resistencia holandesa contra los invasores nazis, al esconder en su casa a un paracaidista británico tras la batalla de Arnhem y el fracaso de la operación Market Garden (un plan con el que los aliados pretendían tomar una serie de puentes de los Países Bajos e iniciar la ofensiva terrestre contra la Alemania de Hitler).
Hepburn, nacida el 4 de mayo de 1929, muy pocas veces en su vida habló sobre cómo vivió la Segunda Guerra Mundial. Ahora, el escritor estadounidense Robert Matzen, especializado en buscar las historias más fascinantes de las biografías de las estrellas de Hollywood, publicó el Dutch Girl: Audrey Hepburn and World War II, en el que revela esta cara desconocida de la protagonista de Roman Holiday (1953), Sabrina (1954) y Breakfast at Tiffany’s (1961), entre otras.
Entre 1942 y 1945, Audrey, mientras estudiaba para ser una bailarina, vivió en una casa antigua en el pueblo de Velp con su madre, la baronesa Ella Van Heemstra. Se mudaron allí después de que su tío Otto, un fiscal holandés, fuese ejecutado por las tropas nazis por sus relaciones con los resistentes polacos. En 1944, la adolescente Audrey conoció a Hendrik Visser’t Hooft, uno de los líderes más destacados de la Resistencia holandesa. Según el autor del libro, la actriz, nacida como Audrey Kathleen Ruston, participó en actuaciones y espectáculos de baile clandestinos para conseguir fondos contra la invasión nazi.
Tras el fracaso de la operación Market Garden en septiembre de 1944, a Audrey se le encomendó la tarea de entregar alimentos y mensajes a los paracaidistas que se habían quedado atrapados en territorio alemán, muchos de los cuales fueron salvados por la Resistencia. Uno de esos soldados, cuya identidad no ha sido posible determinar, fue destinado a la casa de la joven y su madre por el doctor Hooft, un exjugador olímpico de hockey que trabajaba en el hospital de la zona y era miembro de esa red clandestina.
La historia se reveló gracias al hijo de la actriz, Luca Dotti (fruto de relación con el italiano Andrea Dotti), que ayudó a Matzen a recolectar toda la información para contar cómo Hepburn había desempeñado un papel relevante para la Resistencia holandesa. El relato de Dotti encajaba con lo que el autor del libro había recopilado mediante entrevistas a los vecinos de Velp y de archivos oficiales.
Durante los meses de la Segunda Guerra Mundial, la casa que habían alquilado en Velp se llenó de refugiados de Arnhem. “Tuvieron a 37 personas en esa casa. El paracaidista británico estuvo en su sótano. No pudo averiguar el nombre del soldado, en parte porque parece que fue sacado del territorio alemán por la Resistencia holandesa”.
Según, el autor de Dutch Girl: Audrey Hepburn and World War II Hepburn tuvo sus razones para no contar nunca esa historia cuando se convirtió en estrella. Antes de la guerra, su madre, paradójicamente, había sido simpatizante de los nazis: sus padres habían conocido a Hitler en Múnich en 1935. Aparentemente, estaba preocupada por que este hecho pudiera acabar con su carrera y no quería que la vieran “alardeando” sobre su propio papel como heroína antinazi.