Quién fue Margaret Sanger, la admirada heroína estadounidense cuyo nombre ya no se quiere mencionar

A principios de octubre de 1916, en un barrio densamente poblado y pobre de Brooklyn, Nueva York, circulaban panfletos en inglés, hebreo e italiano con una leyenda que no escapaba a la controversia.

“¡Madres! ¿Puede permitirse el lujo de tener una familia numerosa? ¿Quieren más hijos? Si no es así, ¿por qué los tienen? No maten, no quiten la vida, sino prevengan. Se puede obtener información segura e inofensiva de enfermeras capacitadas en la calle Amboy 46, en Brooklyn. Díganles a sus amigas y vecinas. Todas las madres son bienvenidas”.

Lo que promocionaba este folleto era la apertura de una clínica para brindar información de control de natalidad.

Pero esta clínica solo logró estar abierta unos pocos días y terminó clausurada por no respetar las leyes estatales que criminalizaban la distribución de materiales sobre anticoncepción debido a su naturaleza obscena.

Y su fundadora, Margaret Sanger, una enfermera estadounidense, terminó presa.

Sanger se convertiría más tarde en una referente feminista y en la fundadora de la Liga Estadounidense para el Control de la Natalidad (American Birth Control League) que, en 1942, se transformaría en Planned Parenthood Federation of America, una organización sin fines de lucro que brinda atención de salud sexual en Estados Unidos y en todo el mundo.

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Este es el panfleto que circulaba por Nueva York en tres idiomas  anunciando la apertura de la clínica de Margaret Sanger en 1916.  (Gentileza "The Margaret Sanger Papers, Sophia Smith Collection, Smith  College, Northampton, Massachusett")

Este es el panfleto que circulaba por Nueva York en tres idiomas anunciando la apertura de la clínica de Margaret Sanger en 1916. (Gentileza “The Margaret Sanger Papers, Sophia Smith Collection, Smith College, Northampton, Massachusett”)

Su nombre volvió a resonar cuando en julio pasado Planned Parenthood of Greater New York (PPGNY, por sus siglas en inglés), un brazo de la organización nacional en la Gran Manzana que está administrado independientemente, anunció la eliminación del nombre de Margaret Sanger de su centro de salud por sus presuntas conexiones con el movimiento eugenésico en Estados Unidos.

La eugenesia es el estudio y la aplicación de las leyes biológicas de la herencia orientados al perfeccionamiento de la especie humana, y es una práctica que se asocia al nazismo, pero que también tuvo su capítulo en Estados Unidos en los primeros años del siglo XX.

Autonomía de las mujeres

Margaret Louise Higgins nació en 1879 en Corning, Nueva York y era hija de padres irlandeses y de una madre fervientemente católica, fe que ella siguió en sus primeros años.

Fue educada en una escuela privada y se convirtió en enfermera. Y una vez que se educó, abandonó su creencia en la religión y se unió al Partido Socialista, donde conoció a su primer esposo, el arquitecto William Sanger, de quien toma su apellido.

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La Clínica Sanger en Amber Street en Brooklyn, Nueva York, acabaría  siendo la sede de la American Birth Control League, que Sanger fundó, y  que se convirtió en la Federación de Planificación Familiar de Estados  Unidos.

La Clínica Sanger en Amber Street en Brooklyn, Nueva York, acabaría siendo la sede de la American Birth Control League, que Sanger fundó, y que se convirtió en la Federación de Planificación Familiar de Estados Unidos.

“Eran una especie de pareja joven y glamorosa en ese período de la historia estadounidense, justo antes de la Primera Guerra Mundial, que estaba llena de posibilidades y optimismo sobre cambiar el mundo“, explica Ellen Chesler, autora de la biografía de Margaret Sanger “Woman of valor”.

Incluso “organizó a las mujeres socialistas en el movimiento por el sufragio, pero rápidamente decidió que el centro de la autonomía de las mujeres debía estar en la autonomía reproductiva, la capacidad de tener solo el número de hijos que quisieran”, describió Chesler.

En ese momento, las mujeres de clase media tenían cierto acceso a algunos conocimientos sobre anticoncepción, pero dejaron de tenerlo por la aprobación de las leyes Comstock en contra de la divulgación de información sobre anticoncepción.

El nombre surge de Anthony Comstock, un activista estadounidense promotor de las leyes también llamadas “anti-obscenidad” que prohibía a las mujeres tener información sobre su sexualidad o sobre cualquier forma de controlar la fertilidad en nombre de la moralidad.

La corta vida de la clínica

Desde muy joven, Margaret Sanger experimentó el sufrimiento de su madre por sus numerosos embarazos.

Alex Sanger, nieto de Margaret, le dijo en 2011 que su abuela vio a su propia madre morir joven -a los 50 años- por agotamiento y una salud deteriorada después de 18 embarazos, 11 de los cuales salieron adelante.

Y luego también registró la desesperación de muchas mujeres por embarazos no deseados mientras trabajaba como enfermera en comunidades empobrecidas de Nueva York.

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Margaret Sanger, enfermera y educadora sexual estadounidense, creía que  las mujeres debían poder decidir cuándo tener hijos para llevar una vida  más saludable y tener una base más equitativa en la sociedad.

Margaret Sanger, enfermera y educadora sexual estadounidense, creía que las mujeres debían poder decidir cuándo tener hijos para llevar una vida más saludable y tener una base más equitativa en la sociedad.

“Una y otra vez, ella vio a mujeres arriesgando su libertad (por el temor a ser encarceladas) por inducirse un aborto insertando algún tipo de objeto filoso en su útero, que usualmente provocaban una perforación”, describió Alex Sanger en el programa Witness History de la BBC.

Esas experiencias traumáticas de mujeres, que incluso a muchas las llevaron a la muerte, alentaron a Margaret Sanger a publicar panfletos sobre control de natalidad y en 1916 a abrir una clínica sobre anticoncepción en Brownsville, un área de Brooklyn.

Como no consiguió el apoyo de médicos para recolectar consejos para las mujeres, decidió junto a su hermana Ethel Byrne, que también era enfermera, y Fania Mindell, una amiga que oficiaba de intérprete de yidis, abrir la clínica.

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Margaret Sanger abrió la clínica con su hermana Ethel Byrne y su amiga Fania Mindell.

Margaret Sanger abrió la clínica con su hermana Ethel Byrne y su amiga Fania Mindell.

La apertura, en octubre de 1916, fue todo un éxito. Más de 150 mujeres esperaron el primer día en la puerta de la clínica para saber cómo usar el diafragma anticonceptivo y dónde conseguir uno.

Pero la clínica solo estuvo 9 días abierta, hasta que la policía llegó y la clausuró encarcelando a las tres mujeres que dirigían la institución, lo que llamó una gran atención del público.

Unas horas después, las tres fueron liberadas bajo fianza.

“Miedo al embarazo”

Durante el juicio a Sanger por la apertura de la clínica, varias mujeres se presentaron como testigos para relatar las vicisitudes que vivían por la pobreza, dando a luz a niños enfermos que no podían mantener y el agotamiento por las decenas de embarazos que no sabían cómo prevenir.

Ella esperaba persuadir a los jueces de que las leyes que consideraban el control de la natalidad como obscenas, en sí mismas eran una obscenidad, y que no se podía permitir que mujeres y niños murieran porque no era legal que ellas planearan sus embarazos”, describió Alex Sanger.

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El arresto y posterior juicio de Margaret Sanger llamó la atención de la prensa de la época.

El arresto y posterior juicio de Margaret Sanger llamó la atención de la prensa de la época.

Pero no logró convencer a los magistrados.

“No se debe permitir que las mujeres copulen sin miedo al embarazo”, dijo uno de los jueces según el nieto de la activista.

Margaret Sanger fue sentenciada a 30 días de cárcel en los que aprovechó para educar a sus compañeras de prisión sobre anticoncepción.

En 1921 fundó la Liga Estadounidense para el Control de la Natalidad y tras varias apelaciones, logró una excepción a la ley que decía que no se podía operar una clínica en el estado de Nueva York a menos que fuera dirigida por un médico y que los métodos anticonceptivos solo se ofrecieran por razones médicas.

Eso permitió a Sanger abrir en 1923 una clínica legal de anticoncepción dirigida por un médico, la primera de muchas en todo el territorio estadounidense.

El vínculo con la eugenesia

A principios de la década de 1920, Margaret Sanger se divorció de su primer esposo y su activismo social la llevó a relacionarse con varios pensadores influyentes de la época, como el teórico social y médico inglés Havelock Ellis, y con quien se convertiría en su mentor, H.G. Wells, un intelectual inglés progresista reconocido mundialmente en ese momento.

“Entonces, ella se involucra con la eugenesia, que es lo que la ha hecho tan controvertida en la actualidad”, explica Ellen Chesler.

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Margaret Sanger y Ethel Byrne (su hermana) en la corte durante el juicio en su contra.

Margaret Sanger y Ethel Byrne (su hermana) en la corte durante el juicio en su contra.

“Pero lo que hay que entender es que la eugenesia tenía dos dimensiones muy distintas: una de izquierda o progresista y otra muy conservadora”, dice Chesler, que trabaja en el Instituto Roosevelt, una organización sin fines de lucro que promueve ideas progresistas y la restauración de la sanidad y la seguridad en EE.UU.

La eugenesia más conservadora buscaba incrementar el número de personas fuertes, sanas, inteligentes o de determinada etnia o grupo social, y si un humano era considerado indigno de pasar su herencia a generaciones futuras, debía ser esterilizado contra su voluntad.

Una política que más tarde fue aplicada en los territorios ocupados por los nazis en la primera mitad del siglo XX.

“Pero otro movimiento intelectual que comenzó en los años 20, decía exactamente lo contrario. Y se refería al papel que juega la biología en la determinación de los resultados tanto intelectuales como sociales”, señala Chesler.

“Es decir que tu habilidad, tu desempeño, o tu mérito debe determinar tu oportunidad, y no el color de tu piel, la religión que practicas, o tu etnia“, detalla.

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Margaret Sanger cubre su boca en señal de protesta por la prohibición en su contra en 1929 para hablar sobre anticoncepción.

Margaret Sanger cubre su boca en señal de protesta por la prohibición en su contra en 1929 para hablar sobre anticoncepción.

A 55 años de la muerte de Margaret Sanger, Planned Parenthood of Greater New York anunció que eliminaba el nombre de la mujer del Centro de Salud de Manhattan por “las conexiones dañinas de su fundadora con el movimiento eugenésico”, dijo la organización en un comunicado.

“Las preocupaciones de Margaret Sanger y su defensa de la salud reproductiva están claramente documentadas, pero también su legado racista. Existe una evidencia abrumadora de la profunda creencia de Sanger en la ideología eugenésica, que va completamente en contra de nuestros valores en PPGNY”, aseguró Karen Seltzer, directora de la organización.

“Eliminar su nombre es un paso importante para representar quiénes somos como organización y a quién servimos”, añadió.

Para su biógrafa, Sanger fue malinterpretada.

“Algunas de las cosas que ella dijo en las décadas de los 20 y 30 se han sacado completamente de contexto y se han tergiversado y malentendido“, asegura Chesler.

Sanger “quería que todos tuvieran menos hijos porque ella era feminista y veía a Planned Parenthood como la pieza central de la liberación de la mujer. Ella creía que las mujeres que ingresaran a la fuerza laboral y entraran en la vida pública cambiarían el mundo, que hoy es un mantra del movimiento mundial de mujeres”, añade.

Sin embargo, “ella se ha convertido en una víctima colateral de la palabra aborto en Estados Unidos”, opina.

Referente mundial

Pese a la controversia en el pasado y en la actualidad, Margaret Sanger se convirtió en una referente feminista tanto dentro como fuera del país y también impulsó a los científicos a que crearan la píldora anticonceptiva.

En 1960, seis años antes de que muriera, Estados Unidos finalmente aprobó la distribución de la píldora anticonceptiva.

“A ella le tomó toda su vida cambiar la mentalidad de todo el país”, dijo su nieto en 2011.

Margaret Sanger dedicó su vida a la idea de liberar a las mujeres de un embarazo no deseado.

“Ninguna mujer puede ser libre -escribió Sanger- hasta que decida cuántas veces debe ser madre”, concluyó su biógrafa Ellen Chesler.

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