Dictadura de Primo de Rivera – Asamblea Nacional 1923-1930

El 13 de septiembre de 1923, el capitán general de Cataluña, Miguel Primo de Rivera, da un golpe de estado. El gobierno del general Primo de Rivera abre un periodo marcado por la suspensión de las garantías constitucionales, la prohibición de otras lenguas que no fuesen el castellano, la disolución de las diputaciones provinciales y la censura de prensa. En 1924, funda la Unión Patriótica, partido único y personalista que sostiene a la Dictadura.

Dos meses después del golpe, Melquíades Álvarez y el Conde de Romanones, presidentes del Congreso de los Diputados y del Senado respectivamente, visitan al Rey para recordarle su obligación de convocar Cortes. Alfonso XIII se limita a darse por enterado, mientras el Directorio destituye a ambos presidentes.

Durante la Dictadura se vive una cierta mejora económica, se realizan reformas administrativas y se logra apaciguar el territorio marroquí tras el desembarco de Alhucemas y la rendición de Abd-el-Krim.

La Asamblea Nacional es un organismo creado por Primo de Rivera por Real Decreto ley de 12 de septiembre de 1927. En él se establece que la Asamblea tendrá una doble naturaleza, fiscalizadora y consultiva en la labor del gobierno y preparatoria de proyectos fundamentales que habrán de ser objeto de examen por un órgano legislativo al que se accederá por elección, con las máximas garantías de independencia y pureza.

Asamblea Nacional 1927-1930.

Cambio del rótulo de la fachada del Congreso de los Diputados.

La composición de la misma está formada por tres núcleos: el uno de representantes del Estado, las Provincias y los Municipios que son las tres grandes ruedas integrantes de la vida nacional… El otro de representación de actividades, clases y valores…Y el tercero designados por la Uniones Patrióticas y como representación de la gran masa apolítica ciudadana que respondió al llamamiento del Directorio en momentos de incertidumbre e inquietud y luego al del Gobierno… (Preámbulo del Real Decreto de Convocatoria)

Las sesiones de la Asamblea, que se inician el 10 de octubre de 1927 y concluyen el 6 de julio de 1929, se celebran en el Palacio del Congreso de los Diputados.

Preside la Asamblea, José María Yanguas y Messía, Vizconde de Santa Clara de Avedillo, que había sido nombrado por Real Decreto de 4 de octubre de 1927.

Del discurso de alocución de Yanguas como Presidente, entresacamos estas palabras: …No es ni jamás se pensó en que esta Asamblea fuera, un sustitutivo de los órganos parlamentarios. La Constitución de la Monarquía está -repetidas veces lo ha declarado así el señor Marqués de Estella- suspendida en algunos de sus preceptos, pero no derogada…

Durante la Asamblea se aprueban dos Reglamentos, uno provisional, el 20 de septiembre de 1927 y otro el 7 de diciembre de 1928.

La Sección primera, Leyes constituyentes de la Asamblea Nacional, presenta el 17 de mayo de 1929 el anteproyecto de Constitución de la monarquía española. Sanciona la creación de un nuevo régimen de corte autoritario, corporativo, intervencionista y antidemocrático, pero no llega a aprobarse pues no convence a la mayoría de los políticos de la dictadura, incluido el dictador.

Otras leyes presentadas por la Sección primera son: la ley orgánica del Consejo del Reino, la ley orgánica de Cortes del Reino, la ley orgánica del Poder ejecutivo y la ley de orden público, leídas en la sesión de 6 de julio de 1929.

La dictadura de Primo de Rivera aspira durante los primeros años a una serie de logros sociales y económicos, incluso con la participación de los socialistas en algunas instituciones como el Consejo de Estado, pero las crisis económicas y las alteraciones sociales la llevan a un aislamiento progresivo. A finales de 1929, Primo de Rivera se siente cansado, abandonado y enfermo. Presenta su dimisión en enero de 1930 y fallece en París en marzo de ese mismo año.

La Asamblea Nacional finaliza el 6 de julio de 1929. La ambigüedad corporativa de este periodo termina con las elecciones municipales de 12 abril de 1931, convocadas por un gobierno de concentración presidido por el Almirante Aznar, que dan paso a la convocatoria de unas Cortes Constituyentes. Comienza así la II República.

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