Samuel Morse

Infancia y juventud

Nació el 27 de abril de 1791 en Charlestown, Massachussets. Hijo de un pastor calvinista y destacado geógrafo, que trató siempre que su hijo recibiera una educación esmerada. Inició los estudios en la Academia Phillips, de Adover y los terminó en 1810, en la hoy Universidad de Yale. La vida del inventor norteamericano Samuel Morse como pintor activo e influyente fue hasta los 42 años, la fama le había llegado por su retrato de La Fayette, al que conoció en Washington.

En sus años de estudiante descubrió en él cierta vocación para la pintura y decidió dedicarse a ella, pero también se atraía por los recientes descubrimientos y experimentos respecto a la electricidad. En la universidad, Morse nunca demostró mucho interés por las clases, excepto por la pintura y la electricidad, lo que causó no pocas veces la desesperación de sus padres y profesores.

Morse decidió dedicarse a la pintura, aunque también le interesaba mantenerse al tanto de los últimos descubrimientos y experimentos relacionados con la electricidad. Cuando estudiaba en Yale aprendió que si se interrumpía un circuito se veía un fulgor y se le ocurrió que esas interrupciones podían llegar a usarse como un medio de comunicación y esta posibilidad lo obsesionó.

Después de graduarse en Yale trabajó unos meses como oficinista en una editorial de Boston hasta que logró convencer a los padres para que le permitieran ir a Londres a estudiar bellas artes, ciudad donde se convertiría en pintor de escenas históricas.

Cuando regresó a su país notó que las pinturas de escenas históricas no gustaban entre sus paisanos, por lo que comenzó como retratista y escultor. Para 1825 en Nueva York, era uno de los pintores más importantes y respetados del país, además de formar parte de los grupos intelectuales más distinguidos. En 1826, fundó en Nueva York una sociedad de bellas artes que con el tiempo se convirtió en la Academia Nacional de dibujo, que presidió desde 1826 a 1845, además de ejercer como profesor de arte y diseño de la Universidad de la Ciudad de New York.

Otra etapa de su vida

Tiempo después Morse regresó a Europa y poco a poco le fue prestando más atención a la química y la electricidad, especialmente en lo relacionado con los descubrimientos realizados por el francés André-Marie Ampère acerca de la corriente eléctrica y el magnetismo. Su latente interés por los asuntos de la electricidad se concretó durante el regreso a Estados Unidos luego de dicho viaje 13 de octubre de 1832, en el velero “Sally”, al ver a un pasajero jugando en una mesa, el cual consistía en colocar clavos sobre ella y atraerlos con un electroimán, quedó fascinado y concibió la idea de crear un telégrafo eléctrico que sirviera para enviar mensajes a largas distancias a través de un cable. La idea no era nueva, pero hasta ese momento nadie la había materializado. Pensó que el punto, el guión y el espacio eran tres signos que podrían adaptarse para representar las letras del alfabeto. En el extremo receptor se podría colgar un lápiz especial, hecho con un pedazo de hierro, que chocara contra un electroimán, y de ese modo marcara puntos y rayas en un pedazo de papel movido por un mecanismo de relojería. Ya había diseñado un incipiente telégrafo después de su regreso. En 1833, Morse realiza su primera demostración pública con su telégrafo eléctrico.

A la edad de cuarenta y un años, se internó en la tarea de construir un telégrafo práctico y despertar el interés del público y del gobierno en el aparato para luego ponerlo en marcha. En 1835 apareció el primer modelo telegráfico que desarrolló Morse. Dos años más tarde abandonó la pintura para dedicarse completamente a sus experimentos, mismos que opacarían rotundamente sus méritos como pintor.

Durante los siguientes años Morse se dedicó a mostrar su telégrafo a hombres de negocio y al Comité del Congreso, con la esperanza de recaudar fondos que le permitieran realizar las pruebas de transmisión de los mensajes a larga distancia entre dos ciudades por medio de un cable. En 1835 tenía construido el primer prototipo de telégrafo y en 1838 había creado el código que permitiría cursar los mensajes, más conocido después como alfabeto o código Morse, compuesto de puntos y rayas, haciendo el 6 de enero de este año una demostración pública del mismo.

Ya en 1843 el Congreso de los Estados Unidos le asignó 30 mil dólares para construir una línea telegráfica de 60 kilómetros que uniría a las ciudades de Baltimore y Washington. En mayo de 1844 la primera línea telegráfica electromagnética estaba lista para la prueba. El telégrafo empleaba un código básico, que llegó a conocerse y usarse mundialmente como “Clave Morse”, el cual trasmitía mensajes mediante impulsos eléctricos que circulaban por un único cable.

El 24 de agosto de 1844 Morse envió desde el Capitolio de Washington a Baltimore el primer mensaje telegráfico del mundo, una cita bíblica que ponía de manifiesto su propio asombro de que Dios lo hubiera escogido a él para dar a conocer de esa forma a la humanidad el uso práctico de la electricidad.

El mensaje transmitido era el siguiente: “What Hath God Wrought?” o ¿Qué nos ha traído Dios? Después de doce años de lucha para que reconocieran su esfuerzo, Morse se convertía así en un héroe de la nación norteamericana. El segundo cable telegráfico se extendió entre las ciudades de Washington y New Jersey.

En un inició las primeras líneas telegráficas enlazaron solamente estaciones ferroviarias, después se utilizaron para uso oficial de los gobiernos y, por último, para el envío de mensajes a particulares. Una vez demostrada en la práctica la posibilidad de enviar mensajes por ese medio a grandes distancias, comenzó de inmediato el rápido enlace entre diferentes ciudades de los Estados Unidos. Con su invento, Morse ganó una gran fortuna con la que compró una extensa propiedad, y en sus últimos años se dedicó a hacer obras filantrópicas, aportando sumas considerables a escuelas como Vassar College y la Universidad de Yale además de otras asociaciones misioneras y de caridad, así como a artistas pobres.

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El primer mensaje transmitido por telégrafo.

El primer mensaje transmitido por telégrafo.

Muerte

Murió de pulmonía en la ciudad de New York, el 2 de abril de 1872, poco antes de cumplir 81 años de edad. Ese día los puntos y las rayas enviados a través de los cables de las instalaciones telegráficas transmitieron la noticia que el inventor del telégrafo había fallecido. El sistema de transmisión de mensajes telegráficos por cables de forma inmediata y a largas distancias, ideado por Morse, así como el código que él mismo creó, es el más sencillo y práctico que ha empleado la humanidad durante muchos años.

El éxito del telégrafo sirvió además de estímulo a muchos jóvenes, como por ejemplo a Alejandro Graham Bell y Tomás Edison. A pesar de la aparición mucho después del télex, el fax y, por último, el correo electrónico, aún hoy se continúa empleando, aunque en menor escala que antes, el código de telegrafía inventado por Samuel Morse.

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