Nació en Viena, el 30 de noviembre de 1858, hija de Franz Obermayer, un adinerado comerciante gastronómico, y su segunda esposa, Marie. Tuvo 12 hermanas y hermanos, siendo estos últimos gracias a los cuales pudo acceder a clases de griego e historia (materias ajenas a la currícula desarrollada para educar -domesticar- a una señorita de la época). Durante años recibió clases de piano, francés y pintura (arte que domeñó con soberbia destreza y dentro del cual se destacó en el uso de la acuarela) y acudió al instituto de Sophie Paulus, donde comenzó su curiosidad por la filosofía y la literatura. Su interés por las letras la llevó a narrar un diario, el cual comenzó durante su juventud y continuó hasta su muerte. Escribió poemas, novelas, pensamientos en forma de textos filosóficos y el libreto de una ópera cómica al que tituló “Der Corregidor” (El corregidor), al que luego Hugo Wolf musicalizó y dirigió (se estrenó el 7 de junio de 1896 en el Teatro Nacional de Mannheim, bajo la batuta de Hugo Röhr). Desde sus primeras redacciones intimistas, la austríaca se mostró en contra del confinamiento que el cuerpo de la mujer sufría por mandato social. “Mi ira en contra del corsé como herramienta de condicionamiento aumentó hasta tal punto que a los dieciocho simplemente dejé de usarlo”, relató en uno de los cuadernos que conformaron su diario. Desde muy joven, Rosa abogó por la emancipación y la autarquía, cuestión que la llevó a formar parte del círculo de la activista de los derechos de la mujer Marie Lang. Junto a ella, Auguste Fickert y Marianne Hainisch fundaron, en 1893, la Asociación General de Mujeres de Austria (de la que fue elegida presidenta hasta el año 1918) y, durante la Primera Guerra Mundial, organizaron un movimiento feminista por la paz, bajo el que orquestaron encuentros y movilizaciones relativamente populosas, con el fin de concientizar a los individuos acerca de la manipulación ejercida por parte de los Estados y principales beneficiados económicos con la industria de la muerte.
Para principios de la primera década de 1900, poco antes del asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria a manos del joven nacionalista serbio Gavrilo Princip en Sarajevo, Karl Mayreder, el esposo de Rosa (con quien se había casado en 1881, pero que tras haber tenido un aborto espontáneo, seguido de un profundo abatimiento por parte de ambos cónyuges ante la pérdida de su primogénito, después de años de frustrados intentos por embarazarse, la pareja procuró no procrear y continuar civilmente interrelacionada, aunque sobrellevando vidas separadas) comenzó a sufrir una depresión que le acompañó hasta su muerte, el 1° de septiembre de 1935. Esta enfermedad, que fue supervisada por multitud de especialistas (Freud inclusive), hizo que la autoestima de Rosa se viera náufraga entre conjeturas ajenas y culpa judeo-cristiana -normativamente inducida-, debido a las acusaciones que recaían sobre su figura y la responsabilizaban por la enfermedad que Lino (como le decía a Karl en la intimidad) padecía. En su diario, antes del óbito del arquitecto que supo desposarla, Rosa expresó lo decepcionada que se encontraba con la situación: “… especialmente que Lino y otros me culpen de su enfermedad como si hubiera sido “abrumado” por mi personalidad, todavía me indigna, ¡treinta años de matrimonio pimpante no han sido suficientes para refutar el prejuicio contra la mujer espiritualmente orientada!”. Después del fenecimiento y su correspondiente inhumación, la viuda de Mayreder se retiró de la ciudad al campo y se dedicó de lleno a su escritura entre verdes pastizales y silencios solamente irrumpidos por cantos de hermosos pájaros. Allí, alejada de fabuladores y voces turbadoras, absorta en sus pensamientos e imbuida en inéditas concepciones, produjo varias de sus obras más destacadas, entre ellas: “Weiblichen Faust” Anda Renata (Puño femenino. Anda Renata), “Diana und Herodias” (Las obras de Diana y Herodía) y “Aschmedais Sonette an den Menschen” (Los sonetos de Aschmedai para humanos).
En sus textos (especialmente en los filosóficos), Rosa Mayreder hizo ostensible su intelección acerca del concepto de “género”, noción sobre la cual sostenía que todo lo que se considerara típicamente como “femenino” o “masculino” era solo una norma cultural que no podía pretender configurar la naturaleza del hombre ni de la mujer. Ella estaba al tanto de los últimos conocimientos de la medicina de su época y los tenía en cuenta: “Durante mucho tiempo, se ha buscado en el cerebro el factor determinante para la diferencia entre sexos y se ha creído encontrar diferentes indicios de ello. Pero hoy en día ya no puede ponerse en duda que los cerebros humanos manifiestan simplemente las diferencias individuales, y no las sexuales”. “Cuanto más desarrollada la personalidad del ser humano”, sostenía la pensadora austríaca, “menos motivos hay para que las características sexuales pasen a un primer plano. Debemos ser capaces de superar las perspectivas dictada por las convenciones. Que una personalidad femenina tenga un efecto sobre nosotros diferente del de una masculina no radica tanto en lo que es, sino que en cómo es”. -“No se nace mujer: llega una a serlo”, escribiría Simone de Beauvoir en su libro “El segundo sexo” algo más de una década después-. En sus trabajos, Rosa se centraba primordialmente en incitar a los individuos a seguir su verdadera personalidad sin tener en cuenta los roles de género impuestos por la sociedad, procurando manumitir así a la substancia primera de cada ser -aristotélicamente hablando-, a la multiplicidad del cosmos encerrada en un régimen epistemológico y político binario -citando a Paul B. Preciado-, opresor, desubjetivizador y frustrante por antonomasia. -Los conceptos de “feminidad” y “masculinidad” son construcciones sociales protagonizados por estereotipos ficcionales inalcanzables, principalmente por ser “invenciones” y no seres humanos tangibles, asimétricos y emocionales (nuestro “talón de Aquiles”, la entrada directa a la sugestión y manipulación de nuestras respuestas primarias y percepciones subjetivas, el chip conductual sine qua non, la programación psicopatologizadora necesaria para la inconsciente -y sumisamente obediente- autoadministración de control -hoy nanotecnológica y mayormente tragable-, generadora no solamente de entidades fantasmales, de individuos carentes de voluntad propia, de potencia, de avidez, de capacidad de reacción, de potestad alguna dentro de sus propios cuerpos; sino, y por sobre todo, de consumidores incesantes -denominados “enfermos crónicos”-, de dependientes absolutos de la gran industria médico-farmacéutica y de las políticas de salud específicas de cada Estado en particular)-.
Rosa Mayreder con sus convicciones, ideas, acciones, valentía y autodeterminación marcó su impronta dentro de la historia del pensamiento occidental y dejó un centello de posibilidades y nuevas realidades -subjetividades- por descubrir y desarrollar -crear-. Murió el 19 de enero de 1938, muy anciana y muy admirada, en su Viena natal. Fue enterrada en el cementerio del barrio de Grinzing de esa ciudad y su patrimonio literario fue testamentado a favor de su amiga, la escritora Käthe Braun-Prager. Rudolf Steiner, en su libro “El Curso de mi Vida” escribió: “Por intermedio de Marie Lang conocí a su amiga Rosa Mayreder, quien figura entra las personas a las que he tenido la mayor veneración y en cuya evolución he participado con el mayor interés. Me puedo imaginar que ella misma no estaría muy de acuerdo con lo que voy a decir, pero así siento lo que ella ha significado en mi vida. Todavía no habían salido sus obras que causaron justificadamente una impresión tan grande en el público y sin duda le merecen un lugar destacado en la literatura. El espíritu que se revela en estas obras vivía en Rosa Mayreder de una manera que me inspiraba una inmensa e íntima simpatía. La impresión que ella me causaba, era como si cada uno de los dones del alma se expresara en ella, de tal modo que su acción conjunta constituía una verdadera expresión armónica de lo humano. Unía diferentes talentos artísticos con un sentido de observación intenso e independiente, y sus pinturas muestran tanto vida individual como penetración íntima del mundo objetivo. Los relatos con los que comenzó su carrera literaria son perfectas consonancias armónicas de la lucha personal, por un lado, y la observación objetiva de los hechos por el otro, y las obras siguientes muestran cada vez más este mismo carácter que impera principalmente en su obra en dos tomos: “Ensayo crítico de la femineidad“. Cuento las horas que he pasado con Rosa Mayreder en sus años de búsqueda y lucha del alma como un hermoso enriquecimiento de mi vida”, palabras que fueron citadas en uno de los obituarios en su nombre, horas después de haber abandonado el plano carnal de su cósmica existencia.
Links de interés:
-Página dedicada a Rosa Mayreder con hipervínculos a algunos de sus escritos: http://www.rosa-mayreder.de
– Libreto de la ópera “Der Corregidor” escrito por Rosa Mayreder y musicalizado, dirigido y producido por Hugo Wolf: https://dees.xcv.wiki/wiki/Der_Corregidor
– Käthe Braun-Prager sobre Rosa Mayreder: http://www.rosa-mayreder.de/texte8.htm
Biografías de personalidades relevantes de la cultura alrededor de Rosa Mayreder:
Marie Lang: (Viena, 8 de marzo de 1858 – Altmünster, 14 de octubre de 1934) fue una feminista, teósofa y editora austriaca. Fue una influyente activista por los derechos de las mujeres.
Auguste Fickert: (Viena, 25 de mayo de 1855 – Maria Enzersdorf, 9 de junio de 1910) fue una pionera feminista y reformadora social austriaca. Su política estaba en el ala izquierda del feminismo austriaco y se alió con organizaciones proletarias en campañas en torno a la educación y la protección legal para las mujeres de clase trabajadora.
Marianne Hainisch: (Baden, 25 de marzo de 1839 – Viena, 5 de mayo de 1936), fue la fundadora y presidenta del movimiento de mujeres de Austria. Fue también la madre de Michael Hainisch, el segundo presidente de Austria (1920-1928).
Rudolf Goldscheid: (Viena, 12 de agosto de 1870 – Viena, 6 de octubre de 1931) fue un filósofo, sociólogo y novelista de ficción austriaco. En 1909, junto a Ferdinand Tönnies, Max Weber y Georg Simmel, fue cofundador de la Sociedad Alemana de Sociología. En 1917, propuso el concepto de “sociología fiscal” como forma de análisis para el estudio del Presupuesto público desde el punto de vista de los impuestos y las categorías fiscales.
Wilhelm Jerusalem: (Dřenice, 11 de octubre de 1854 – Viena, 15 de julio de 1923) fue un filósofo y pedagogo austríaco.
Michael Hainisch: (Aue bei Schottwien, 15 de agosto de 1858 – Viena, 26 de febrero de 1949) fue un político austriaco, que se desempeñó como segundo Presidente Federal de Austria, después de la caída de la monarquía al final de la Primera Guerra Mundial. No perteneció a ningún partido y fue un candidato independiente. Fue electo presidente en 1920 y permaneció en el cargo por dos períodos hasta 1928.
Max Adler: (Viena, 5 de enero de 1873 – Viena, 28 de junio de 1937) fue un sociólogo, jurista, político, filósofo, teórico socialista y profesor universitario austríaco, expatriado a Alemania. Fue uno de los líderes de la corriente del neokantismo que pretendía enlazar las teorías marxistas con las teorías kantianas. Redactó un código de ética socialista, en el cual introdujo el término Neuer Mensch (nuevo ser humano).
Rudolf Steiner: (Donji Kraljevec, Imperio austrohúngaro, hoy Croacia, 27 de febrero de 1861 -Dornach, Suiza, 30 de marzo de 1925) fue un filósofo austriaco, erudito literario, educador, artista, autor teatral, pensador social y ocultista. Fue el fundador de la antroposofía, la educación Waldorf, la agricultura biodinámica, la medicina antroposófica y de la nueva forma artística de la euritmia.
Hugo Filipp Jakob Wolf: (Windischgraz, Imperio austrohúngaro, hoy Eslovenia, 13 de marzo de 1860 – Viena, 22 de febrero de 1903) fue un compositor austriaco de origen esloveno, que vivió durante los años finales del siglo XIX en Viena. Entusiasta seguidor de Richard Wagner, se mezcló en las disputas existentes en Viena, por aquel entonces, entre wagnerianos y formalistas o brahmsianos.
Stefan Zweig: (Viena, 28 de noviembre de 1881 – Petrópolis, Brasil, 22 de febrero de 1942) fue un escritor, biógrafo y activista social austríaco —posteriormente nacionalizado británico— judío de la primera mitad del siglo XX. Sus obras estuvieron entre las primeras que protestaron contra la intervención de Alemania en la Primera Guerra Mundial y fue muy popular entre la década de 1920 y 1930. Escribió novelas, relatos y biografías.
Lou Andreas-Salomé: (San Petersburgo, 12 de febrero de 1861 – Gotinga, Alemania, 5 de febrero de 1937), fue una escritora y psicoanalista rusa, con inclinaciones liberales.
Selma Ottilia Lovisa Lagerlöf: (Mårbacka, provincia de Värmland, Suecia meridional, 20 de noviembre de 1858 – Mårbacka, 16 de marzo de 1940), fue una escritora sueca de fama universal y la primera mujer en obtener un Premio Nobel de Literatura (1909).
Eugenie Schwarzwald: (Polupanivka, Imperio austrohúngaro, hoy Ternopil Raion, Ucrania, 4 de julio de 1872 – Zúrich, Suiza, 7 de agosto de 1940), de soltera Nußbaum, fue la fundadora de la innovadora escuela Schwarzwald. Filántropa, escritora y pedagoga austríaca progresista, desarrolló la educación para niñas en Austria y fue una de las mujeres más eruditas de su tiempo.
Helene Stöcker: (Wuppertal, Alemania, 13 de noviembre de 1869 – Nueva York, Estados Unidos, 24 de febrero de 1943 ) fue una pacifista, feminista y publicista alemana.
Hugo Röhr: (Dresden, 13 de febrero de 1866 – Bavaria, 7 de junio de 1937) fue un director de orquesta, compositor y profesor académico alemán.
Francisco Fernando, archiduque de Austria-Este: (Graz, 18 de diciembre de 1863 – Sarajevo, Bosnia-Herzegovina, 28 de junio de 1914), fue archiduque de Austria, príncipe imperial de Austria, príncipe real de Hungría y Bohemia y, desde 1896 hasta su muerte, el heredero al trono austrohúngaro. Su asesinato en Sarajevo precipitó la declaración de guerra de Austria contra Serbia que desencadenó la Primera Guerra Mundial.
Gavrilo Princip: (Obljaj, Bosnia-Herzegovina, 25 de julio de 1894 – Terezin, Bohemia, actual República Checa, 28 de abril de 1918) fue un nacionalista serbo-bosnio, quien asesinó al heredero a la corona del Imperio austrohúngaro, el archiduque Francisco Fernando, y a su esposa, la duquesa de Hohenberg Sofía Chotek, el 28 de junio de 1914 en Sarajevo, la capital de la provincia imperial de Bosnia-Herzegovina, hechos que la historia describe como “el atentado de Sarajevo”, el cual marcó el inicio de la Primera Guerra Mundial.
Karl Mayreder: (Mauer, 13 de junio de 1856 – Viena, 9 de septiembre de 1935) fue un arquitecto austríaco.
Sigmund Freud: (Freiberg in Mähren, Moravia, Imperio austríaco, hoy Příbor, República Checa – Londres, Inglaterra, 23 de septiembre de 1939) fue un médico neurólogo austriaco de origen judío, padre del psicoanálisis y una de las mayores figuras intelectuales del siglo xx.
Käthe Braun-Prager: (Viena, 12 de febrero de 1888 – Viena, 18 de junio de 1967) fue una escritora austríaca.