Nace el Supremo

Francisco Ramírez era hijo de Juan Gregorio Ramírez, paraguayo, y de doña Tadea Florentina Jordán, sobrina carnal del virrey Vértiz. Su madre, casada en segundas nupcias, fue la madre de otro caudillo, Ricardo López Jordán (1793-1846). Hizo sus primeros estudios en una escuela que sostenía don Juan de Insiarte, el fundador de la villa del Arroyo de la China, y más tarde continuó su formación personal en aulas dirigidas por frailes y clérigos seculares.

Al producirse la Revolución de Mayo, el ideal patriótico logró muy pronto la adhesión de los entrerrianos, y el futuro caudillo se unió inmediatamente a las ideas proclamadas en Buenos Aires. Su acción fue intensa, ya con las armas, ya como nexo entre diversos grupos patriotas, salvo en el breve lapso que estuvo prisionero de los realistas en Montevideo, de donde logró huir para volver a su tierra.

Con el mismo fervor que hizo suyos los ideales de la Revolución de Mayo apoyó los principios federalistas de Artigas: plegado a las fuerzas que dirigía el caudillo oriental José Gervasio Artigas, éste lo designó en 1816 comandante de Concepción del Uruguay, cargo que ejerció con tesón para colaborar en la lucha contra el invasor portugués y consolidar el ideal político sostenido por la Liga de los Pueblos Libres. Esta colaboración con Artigas también lo llevó a luchar contra las tropas que respondían al gobierno directorial. Con el tiempo, su figura alcanzó gran relieve y su fama se extendió por Corrientes y Misiones.

El federalismo de Francisco Ramírez quedó bien expresado en un oficio que el mismo Ramírez y Estanislao López dirigieron a José Rondeau y en el que, entre otros, se señalaba como objetivo “el establecimiento de un gobierno elegido por la voluntad de las provincias que admiten por base el sistema de federación, por el que han suspirado todos los pueblos desde el principio de la revolución”. Alentado por los ideales del artiguismo y unido estrechamente al gobernador de Santa Fe,Estanislao López, Ramírez invadió con sus tropas la provincia de Buenos Aires, y el 1 de febrero de 1820 derrotó al Director Supremo José Rondeau en los campos de Cepeda. Este hecho de armas señaló el fin del gobierno nacional; pocos días después se disolvía el Congreso, el mismo que en 1816 había iniciado sus deliberaciones en Tucumán, y desaparecía el Poder Ejecutivo Nacional. Veintitrés días más tarde se firmaba el tratado de Pilar.

Poco tiempo después surgieron los grandes desacuerdos entre los defensores del federalismo. Francisco Ramírez se enfrentó con José Gervasio Artigas y, después de ser derrotado en Las Tunas, cerca del Paraná, Artigas se exilió en Paraguay. El 29 de septiembre de 1820, Pancho Ramírez asumió los cargos de jefe supremo de la República de Entre Ríos, formada por las provincias de Entre Ríos, Corrientes y Misiones, y de general en jefe de su ejército. Durante el breve período de paz que disfrutó dictó tres recordados reglamentos: del Orden Militar, del Orden Político y del Orden Económico, textos legales que condensan su pensamiento gubernativo.

Pero pronto surgieron las rivalidades con Estanislao López. Fue la lucha contra López lo que llevó en primer lugar a Santa Fe (donde recibió un rudo golpe al ser vencido el 26 de mayo 1821) y a la tierra cordobesa después. Distanciado ya del caudillo José Miguel Carrera e impotente para enfrentarse a las fuerzas coaligadas de Santa Fe, Buenos Aires y Córdoba, trató de encontrar la forma de regresar prontamente a Entre Ríos.

Su muerte, el 10 de julio de 1821, tras ser derrotado por Estanislao López cerca de Villa de María del Río Seco (Córdoba), quedó envuelta en un halo romántico, pues había sido completamente vencido y sólo quedaban a su lado unos pocos soldados y Delfina, unida a él desde años atrás por los vínculos del amor. Una partida de Santa Fe se apoderó de Delfina, a la que despojaron de su roja chaquetilla y del chambergo adornado con una pluma de avestruz que lucía cuando montaba. Ante este hecho, el caudillo volvió grupas y se enfrentó con los perseguidores; entonces fue cuando lo alcanzó la muerte por obra de un certero balazo. Delfina pudo así salvar su vida.

Mientras tanto, la cabeza del infortunado caudillo era separada de su cuerpo por el soldado Pedraza y, envuelta en un cuero de oveja, enviada al campamento de Estanislao López. Éste la remitió a Santa Fe para que, colocada en una jaula de hierro, fuera expuesta en el atrio de la iglesia matriz. El padre Aguilar se opuso a que se vinculara lo sacro con tan macabro hecho, haciendo que se colgara por tres días de las arcadas del Cabildo. Embalsamada por Manuel Rodríguez, fue conservada mucho tiempo por López.

La trágica muerte del caudillo determinó que su figura y su fama adquirieran perfiles legendarios. La compañera del caudillo Ramírez, Delfina (1803-1839), era una hermosa mujer nacida en Brasil. Ramírez la conoció en Paysandú en 1818, cuando era lugarteniente de Artigas. Era una amazona consumada. Después se casó y vivió en Concepción del Uruguay (Entre Ríos), hasta su muerte, ocurrida el 28 de junio de 1839.

Ruiza, M., Fernández, T. y Tamaro, E. (2004). Biografia de Francisco Ramírez. En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea. Barcelona (España).

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