Marianne von Martinez nació en Viena el 4 de mayo de 1744 y murió en la misma ciudad el 13 de diciembre de 1812. Fue una compositora, cantante e intérprete de teclado discípula de Haydn, quien la llamaba “la pequeña española” (se debía a que su familia provenía de esas tierras).
Su padre, Nicolás Martinez, residía exiliado en Nápoles después de la derrota en la guerra de sucesión española y se trasladó a Viena cuando el Archiduque de Austria fue nombrado emperador del Sacro Imperio Románico-Germánico. En Viena ejercía de maestro de ceremonias del nuncio apostólico cuando conoció a la madre de sus dos hijas, a las que, como aficionado a la música, procuró una exquisita formación musical.
En la misma casa de los Martinez vivía el poeta Petro Trapassi (conocido como Metastasio), el más famoso libretista del siglo XVIII y en el desván se encontraba como huésped el mismísimo Haydn en su época inicial y con apuros económicos. Nicolás eligió a Haydn para la formación musical de sus hijas entre las cuales destacaba Marianne.
Como maestro de canto y composición se contrató a Porpora, con lo cual Marianne tuvo una sólida base musical. Gracias a las influencias del poeta amigo y vecino, también recibió clases con Johann Adolph Hasse y el compositor de la corte imperial Guiseppe Bonno. Su amistad con Metastasio, con el tiempo fue haciéndose más íntima, convirtiéndose finalmente en su amante, a pesar de ser 40 años mayor.
Al morir su padre Nicolás y Metastasio, las dos hermanas recibieron una considerable fortuna. Con ellos pudieron realizar en su casa interesantes reuniones musicales, que pronto se hicieron famosas en toda Viena. Asiduos a estas veladas fueron J. Haydn, el tenor irlandés Michael Kelly, un joven Beethoven y W.A.Mozart, que escribió sus sonatas a cuatro manos para ser interpretadas precisamente junto a Marianne.
Dado su precoz talento Marianne Von Martinez actuaba para la corte imperial desde niña. En palabras de su biógrafa Helen Wessely: “atraía la atención con su maravillosa voz y su forma de tocar el teclado”. Ya adulta fue reclamada para actuar en muchas ocasiones por la emperatriz María Teresa. Su forma de tocar el clave fue comparada en su época con la de C.F.E.Bach y llegó a ser admitida en L´Accademia Filarmonica di Bologna en el año 1773.
Gran parte de la producción de su obra la componen piezas para voz, piezas que componía para ser interpretadas por ella misma, evidencia de su gran capacidad vocal ya que contienen muchos pasajes de coloratura, saltos de grandes intervalos y trinos. Martinez escribió algunas cantatas seculares y dos oratorios con texto italiano escritos por su maestro y amante Metastasio. Entre las composiciones que han llegado hasta hoy encontramos cuatro misas, seis motetes y dos oratorios, una colección de cantatas, tres sonatas y un concierto para teclado y una sinfonía.
Murió a los 68 años en su casa de toda la vida, esa que a tantos popes de la época escuchó tocar sus noveles creaciones que luego hicieron historia.