No todas sus obras académicas lograron un reconocimiento. Cuando se estrenó “Porgy and Bess”, ningún crítico se atrevía a decir si era una ópera, un musical, o un drama. Justamente la propuesta de Gershwin era introducir el jazz en distintas modalidades como lo había hecho con “Un americano en París” y la música sinfónica, como lo hizo con “Porgy and Bess” y la ópera, y como lo haría con el ballet y “We shall dance”, film protagonizado por, nada más ni nada menos, que por Fred Astaire y Ginger Rogers.
Fue esta una de sus últimas obras. En 1937 comenzó a percibir olores inexistentes o sentir el aroma a goma quemada en crisis paroxisticas. Mientras ejecutaba su concierto para piano tuvo algunos problemas de coordinación que atribuyeron al cansancio. Su hermano Ira se quejaba de los frecuentes cambios de humor y decidieron por el bien de ambos que era mejor que se mudase a la casa de su amigo Yip Harburg. A pesar de la cefalea persistente y las alucinaciones olfatorias, los médicos que lo revisaron no le dieron jerarquía a estos síntomas y atribuyeron las molestias a un cuadro psicosomático. Fue derivado a un psiquiatra porque decía que, a pesar de la fama y el dinero, no se sentía feliz. En algún momento se le propuso hacer una punción lumbar, porque entre los diagnósticos que se barajaban estaba la posibilidad de un tumor cerebral. Informado sobre los peligros de dicha punción y las molestias que habría de sentir, Gershwin rechazó esta propuesta y continuó trabajando en su música hasta que el 9 de julio de 1937, su hermano Ira lo fue a visitar y lo encontró dormido a las 17 horas.
Pocos minutos después de despertarlo, George perdió el conocimiento. Un médico le diagnosticó parálisis de la mitad del cuerpo y edema del nervio óptico: un tumor cerebral aumentaba la presión intracraneal. Había que operar a la brevedad. Inmediatamente, fue convocado el Dr Harvey Cushing, un legendario neurocirujano que describió los signos de la hipertensión enocraneana y el síndrome de aumento de secreción de cortisol que lleva su nombre. Como hacía tiempo que se había retirado, recomendó al profesor Walter Dandy, uno de los más célebres discípulos de Harvey. Pero estaba de vacaciones en el otro extremo del país y el cuadro de Gershwin empeoraba de a minutos… El equipo del Hospital Cedars of Lebanon decidió operar. En esa época no había tomógrafo ni resonador y para detectar alguna anomalía cerebral, se debía inyectar aire en el canal raquídeo. Este estudio demostró que Gershwin tenía un tumor. A las tres de la mañana del 11 de julio fue llevado al quirófano, pero a las 10:30 falleció. Tenía 38 años.
El diagnostico fue de un glioblastoma maligno ubicado en el lóbulo temporal, que oprimió al nervio olfatorio responsable de las alucinaciones de olores inexistentes, y los trastornos de coordinación y conducta de los últimos días del músico más grande que produjo Norteamérica.
Gershwin solía decir que la vida es similar al jazz, porque mejora a medida que se improvisa …en su caso no tuvo oportunidad de terminar de improvisar, aunque nos dejó el mejor jazz en todas sus formas.