Uno de los personajes más conocidos de la literatura infantil es sin duda alguna Heidi. La pequeña niña alegre que vive con su abuelo en los bosques suizos tuvo una gran repercusión entre los lectores de su tiempo y su autora llegó a huir de tanta popularidad. Heidi refleja parte de la vida de su autora, Johanna Spyri, una mujer nacida en las montañas de Suiza que sufrió la añoranza de su pueblo cuando tuvo que trasladarse a vivir lejos de su hogar. Johanna encontró en la escritura una vocación tardía, que nació como una acción solidaria y terminó convirtiéndose en el refugio a sus desgracias vitales.
Johanna Louise Heusser nació el 12 de junio de 1827 en una pequeña aldea de los Alpes llamada Hirzel. Fue la cuarta de los seis hijos del médico local Johann Heusser y la poetisa Meta Sebweizer. Después de formarse en la escuela de Hirzel, cuando tenía catorce años, fue enviada a estudiar a Zúrich donde se instaló en casa de un familiar.
Dos años más tarde se trasladó a un internado de la localidad de Yverdon, en el cantón francés de Suiza. Una vez licenciada, regresó a su hogar donde ayudó a su madre en la educación de sus hermanos pequeños. En aquellos años, Johanna disfrutaba de su pasión por la música, tocando el piano y el arpa; leía mucho y disfrutaba de la naturaleza que rodeaba su hogar.
En 1852 conoció al que sería su marido, Bernard Spyri, estudiante de derecho amigo de uno de sus hermanos. Después de casarse, la pareja se trasladó a vivir a Zurich donde Bernard trabajaba como editor de un diario. Johanna no se adaptó a la nueva vida en la ciudad y cayó en una depresión de la que solamente consiguió salir cuando nació su único hijo, Bernhard, en 1855.
Fue cuando Johanna había superado los cuarenta años, que empezó a escribir. Su primer libro, firmado como J.S. se publicó en 1871. Una hoja en la tumba de Vrony fue un libro editado para recaudar fondos para la Cruz Roja Internacional, que en aquellos años colaboraba para ayudar a los heridos en la guerra Franco-Prusiana.
En aquella época oscura para Europa, Johanna empezó a entretener a su hijo relatándole historias de una niña inspiradas en sus propias experiencias de la infancia. Aquel fue el inicio de una larga lista de libros protagonizados por Heidi. El primero de todos se publicó en 1880.
1884 fue un año terrible para Johanna. En un breve periodo de tiempo su hijo y su marido fallecían dejándola sola a los cincuenta y siete años de edad. Johanna dejó su casa familiar y se trasladó a vivir a una más céntrica en la ciudad de Zúrich donde acogió a una sobrina suya. Intentó paliar su profunda tristeza volcándose en obras de caridad e imaginando historias infantiles para su sobrina como ya hiciera con su amado hijo.
Las historias de Johanna Spyri tuvieron tanto éxito que ella misma se sintió agobiada de tanta fama e intentaba por todos los medios evitar hablar con los críticos y sus ávidos lectores.
El 7 de julio de 1901 fallecía en Zúrich. Heidi la haría inmortal.
Texto extraído del sitio mujeresenlahistoria.com