Helmut Neustädter nació en Berlín el 31 de octubre de 1920, hijo de una acomodada familia alemana, dedicada a la fabricación de botones. Helmut, ya rebelde a la edad de catorce años, alentado por la riqueza familiar y la decadencia de la sociedad berlinesa de la década de 1930, hizo alarde de las leyes raciales de Nuremberg de 1934 y se enamoró de una niña aria. Sobre ése hecho, luego declaró: “Era un chico bastante despierto, pero no me importaba una cosa ni la otra”.
Asistió al colegio Real Heinrich von Treitschke y más tarde a la American School en Berlín, de donde se ausentaba frecuentemente, ya más interesado en la fotografía que en el aprendizaje académico. Fue un buen nadador, obtuvo un Certificado death skull en el Club Schwimm de Berlín. En 1936, a la edad de 16 años, logró persuadir a su padre para que le permitiera seguir una carrera en la fotografía, y consiguió hacerlo con la popular fotógrafa de retratos y moda, Else Ernestine Neuländer-Simon, conocida profesionalmente como Yva.
Yva, de origen germano-judío, tuvo reputación de innovadora y expuso sus fotografías internacionalmente, incluyendo, de manera audaz para una mujer en ese momento, el Salón Internacional de Fotografía de Desnudos en París. También participó en la exposición “The Modern Spirit in Photography” en la Royal Photography Society de Londres en 1933. Experimentó con una técnica de exposición múltiple, creando efectos surrealistas de ensueño a tono con la vanguardia alemana y allanando el camino para el surgimiento de una nueva visión de la mujer en el medio fotográfico. Helmut estaba claramente en buena compañía. Yva fue una importante influencia durante sus años de formación como fotógrafo. Desafortunadamente, con la esperanza de que las cosas cambiaran en Alemania, decidió no irse cuando los nazis tomaron el poder. Terminó siendo privada de su estudio y fue asesinada en el campo de concentración de Majdanek en diciembre de 1944.
En 1938, Helmut ya no pudo ignorar el cambio de clima político en Alemania tras la incautación de la fábrica de su padre, y una breve estadía en un campo de concentración en Kristallnacht, la familia emigró a América del Sur. Helmut recibió un boleto de tren a Trieste desde donde se suponía, debería llegar luego en barco a China. En cambio, se bajó en Singapur, donde se unió al Strait Times como fotógrafo local, pero solo logró durar dos semanas. Su aventura en Singapur llegó a su fin cuando fue catalogado por los británicos en 1940 como un “enemigo extranjero amistoso” y enviado a Australia. Al llegar a Sydney en septiembre de 1940, lo llevaron a un campamento en Tatura, Victoria, donde permaneció hasta 1942. Tras su liberación, después de unas semanas de trabajo informal como recolector de frutas, se alistó como conductor de camión en el ejército australiano. Atravesó la guerra sin ver acción alguna. Después del final de la guerra se convirtió en ciudadano británico, cambiando su nombre a Helmut Newton.
En 1946 regresó a la fotografía, montando un estudio de moda. Fue durante este tiempo que conoció a la actriz June Browne, con quien se casó en 1948. Posteriormente, June se convertiría en una fotógrafa consumada por derecho propio, trabajando bajo el seudónimo de Alice Springs.
En 1956 se asoció con su compatriota refugiado alemán, Henry Talbot, estableciendo un estudio en Melbourne, especializándose en moda y fotografía publicitaria. Newton había estado trabajando en asignaciones para Australian Vogue, cuando en 1957 recibió un contrato por 12 meses de British Vogue para trabajar en Londres.
Su tiempo con British Vogue fue en sus propias palabras “aburrido”, constreñido como lo fue por su prudente conservadurismo, y se fue a París antes del final de su contrato. Después de un breve período de tiempo trabajando para revistas de moda alemana y francesa, y de un breve regreso a Australian Vogue en 1959, una vez más regresó a París en 1961, alquilando un departamento en el moderno distrito de La Marais. Es allí donde hizo el retrato icónico de una mujer que llevaba un esmoquin de Yves Saint Laurent, apodado Le Smoking.
Su trabajo de tiempo completo en French Vogue, junto con las comisiones de British Vogue, Harper’s Bazaar y Queen, le dio a Helmut la seguridad financiera que necesitaba para explorar su propia visión de la fotografía de moda. En 1964 compró una casa en Ramatuelle, en la región de Côte d’Azur en Francia, cerca de St. Tropez, donde Helmut y June pasarían sus vacaciones durante la próxima década.
Fue su trabajo durante este período el que estableció su reputación como un fotógrafo de moda de renombre mundial, y su estilo distintivo, que incluyó composiciones polémicas cargadas de voyeurismo erótico, con toques de fetichismo sadomasoquista. En una entrevista, dijo: “Me encanta la vulgaridad. Me atrae el mal gusto, es mucho más emocionante que el supuesto buen gusto, que no es más que una forma estandarizada de ver las cosas”.
Inspirado por el trabajo de Brassaï, un fotógrafo húngaro, con su innovadora fotografía callejera y sus retratos de los ricos y famosos, Newton reemplazó las imágenes dóciles y objetualizadas de modelos con mujeres que exudaban la sexualidad, y no temían usarla como medio de dominación en un mundo diseñado para hombres. Esta salida fue exitosa, atrayendo encargos de las revistas de moda de élite de la época, incluyendo a Elle, Queen y Marie Claire. La editora en jefe de la revista francesa Vogue, Francine Crescent, fue una defensora particular de su nueva visión de la feminidad después de su nombramiento en 1968.
Su trabajo en la década de 1960 lo preparó para lo que se considera su período más influyente, en el que produjo el trabajo que vendría a definir su estilo. Combinando el glamour y la decadencia de la alta moda con una sexualidad subversiva, sus fotografías desafían al espectador a cuestionar sus ideas preconcebidas. La opulencia de sus fondos cinematográficos hizo que la ropa parezca inaceptablemente deseable y enfatiza igualmente inalcanzable feminidad de las modelos.
Su trabajo en este período atrajo críticas, tanto por parte de feministas que creían que la representación de un cuerpo femenino sexualizado difería de “la mirada masculina”, como de las casas de modas a quienes no les gustaba el énfasis equitativo entre sus ropas y las modelos que las usaban, críticas que continuarían con intensidad oscilante a lo largo de su vida.
La década de 1970 no comenzó bien para los Newton. Helmut se enfermó y June, su esposa, tuvo que intervenir para completar una sesión de fotos para una campaña publicitaria de cigarrillos. Afectado por la mala salud, Helmut sufrió un ataque cardíaco el año siguiente mientras estaba en Nueva York, y durante un tiempo, pareció que la enfermedad frenaría su enorme entusiasmo y energía. Esa misma devoción por su trabajo lo había llevado a declarar a June, mientras intentaba enamorarla, que la fotografía siempre sería su primer amor, June sería el segundo.
Tomando un descanso de los encargos durante este tiempo, exploró su fascinación por la sexualidad femenina en una serie de viñetas que incorporaban fetichismo, sadomasoquismo, lesbianismo y culpabilidad moral. Su roce con la muerte lo alentó a abandonar las inhibiciones restantes, yendo más allá de lo que podría ser aceptable para aquellos que se consideraban estetas de vanguardia.
Su combinación de lo erótico con la decadencia surrealista también atrajo a revistas de poca calidad estética. Comenzó a crear historias de fotos eróticas para la revista estadounidense para adultos, Oui, a principios de los años 70, y también trabajó para Playboy, una asociación que duró 30 años. Sus encargos para Playboy le permitieron explorar fantasías oscuras y desarrollar la estética subversiva por la que se hizo famoso. Tomó la sensualidad, la decadencia y el fetichismo de la erótica, y la introdujo en la fotografía de moda. Aunque muchas de estas obras no lograron la maestría de la que era capaz, hubo algunas excepciones notables, en particular sus retratos de Nastassja Kinski, Elsa Peretti y Kristine DeBell.
A medida que se desarrollaba su carrera, comenzó a tomar retratos de celebridades, fotografiando a todos, desde David Lynch y Madonna hasta Nicholas Cage y Andy Warhol. La actriz Charlotte Rampling posó desnuda para él en un famoso retrato para Playboy. También fotografió algunas polémicas personalidades políticas, entre ellas el político francés Jean-Marie Le Pen, y la primera ministra británica Margaret Thatcher, de quien dijo: “A medida que se volvió más exitosa y más poderosa, me pareció que incluso era sexy”. En su retrato, se enfatiza la capacidad para transmitir el carácter del modelo, acercándonos a estas personas aparentemente intocables. Estas comisiones, muchas de las cuales se publicaron en Vanity Fair, continuaron a lo largo de los años ochenta. Según sus propias palabras: “Mi trabajo es seducir, entretener y entretener”, un espíritu que se ve en muchos de sus retratos.
En 1981, Helmut y June abandonaron París para ir a Mónaco donde pasarían los meses de verano y regresarían a Los Ángeles en invierno. Las comisiones nunca escaseaban y, aunque seguía trabajando a un ritmo feroz, siempre encontró tiempo para tomar las fotografías que quería.
El reconocimiento oficial en las artes llegó en los años noventa. Fue galardonado con el Gran Premio Nacional de la Fotografía en Francia en 1990, Das Grosse Verdienstkreuz por sus servicios a la cultura alemana en 1992, y fue nombrado Oficial de Artes, Letras y Ciencias por la Princesa Carolina de Mónaco. Recibió una mención al Comandante de la Orden de las Artes y las Letras por el Ministerio de Cultura de Francia en 1996.
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En reconocimiento a su influyente carrera, el nuevo siglo se avecinaba con una retrospectiva en la Neue National Galerie de Berlín, que luego recorrió el mundo. La exposición cubrió su trabajo de la década de 1960, y fue acompañada por un libro titulado simplemente “Trabajo”.
June Newton, su incansable compañera e inspiración durante más de 50 años, creó la Fundación Helmut Newton en Berlín, un museo que preserva y promueve el trabajo de Helmut Newton y June Newton. Ciertamente, no habría logrado tanto sin el apoyo de June, tanto personalmente como como director artístico. Sin ella es imposible imaginar la carrera que tuvo, y la influencia y notoriedad que logró.
Al salir del hotel Chateau Marmont en 2004, donde vivían en California, Newton sufrió heridas graves luego de que su automóvil se saliera de control y chocara contra una pared en Sunset Boulevard. Aunque junio sobrevivió, el accidente resultó fatal para Newton y murió el 23 de enero de 2004, no viviendo lo suficiente como para ver la apertura ese mismo año de su fundación. En 2009, June organizó una exposición en su homenaje en la Fundación titulada Three Boys from Pasadena. La exposición se basó en tres fotógrafos que se habían entrenado como asistentes con Helmut Newton; Mark Arbeit, Just Loomis y George Holz, todos los cuales se habían convertido en fotógrafos expertos por derecho propio.
Helmut Newton realizó una marca indeleble en la fotografía de moda contemporánea, dejando un rastro de imitadores a su paso. Cuando Newton comenzó su carrera en la década de 1950, la fotografía de moda era generalmente tosca y convencional. Inspirándose en el cine, la fotografía erótica y el periodismo, creó fotografías llenas de deseos y emociones que superaron las limitaciones genéricas de la fotografía de moda y revolucionaron la publicidad de la alta moda.
