Germaine Tailleferre nació en un suburbio parisino el 19 de abril de 1892 bajo el nombre de Marcelle Germaine Taillefesse y murió en la ville lumière (la ciudad de las luces) el 7 de noviembre de 1983. Fue una compositora francesa vanguardista reconocida, principalmente, por haber sido la única mujer del afamado “Grupo de los Seis” (un grupo de músicos franceses de principios de la primera mitad de siglo XX que, influenciados por las ideas de Erik Satie y de Jean Cocteau, se rebelaban contra la exuberancia del impresionismo de Debussy y la pesadez del wagnerianismo que imperaban en la música francesa de la época. Sus miembros, además de ella, fueron: Georges Auric, Louis Durey, Arthur Honegger, Darius Milhaud, Francis Poulec, Jean Cocteau y Erik Satie).
Germaine se inició en el piano con su madre, Marie-Dèsirèe Taillefesse (quien había sido obligada por su padre a romper su compromiso romántico para casarse con Arthur Taillefesse, quien la había elegido por la mera razón de que tenían el mismo apellido). Desde muy temprana edad comenzó a componer pequeñas piezas, las cuales la llevaron, en 1904, a entrar en el Conservatorio de París bajo la dirección de Eva Sautereau-Meyer en las clases de piano y de solfeo.
En 1913, conoce a Darius Milhaud, Georges Auric y Arthur Honegger en el Conservatorio, en la clase de contrapunto de Georges Caussade. Juntos comenzaron a frecuentar el medio artístico de Montmartre y también el de Montparnasse donde conocieron a Guillaume Apollinaire, Marie Laurencin, Paul Fort, Fernand Léger y al escultor Emmanuel Centore, quien más tarde se casaría con Jeanne, su hermana. Ese mismo año, gana el primer premio de Contrapunto y Armonía del Conservatorio y, por enemistad con su padre (quien se oponía a sus estudios musicales y se negaba a seguir financiándoselos), se cambia el apellido de Taillefesse a Tailleferre.
En 1917, dos años después de ganar también el primer premio de Fuga del Conservatorio, conoce a Picasso y a Modigliani, quienes la alentaron para que empezara a hacer presentaciones en vivo. Así fue como el 15 de enero de 1918, en el taller del pintor de los retratos de las mujeres de cuello largo (Modigliani), tuvo lugar el primer concierto de los “Nouveaux Jeunes”, concierto del que formaron parte Francis Poulenc y Louis Durey, y en el que tocaron dos de sus obras: “Jeux de plein air” y la “Sonatine pour quatuor à cordes” (que más adelante sería el “Quatuor à cordes”, con el añadido de un tercer movimiento).
En 1922, se estrenó en París su Première Sonate pour violon et piano, la cual escribió para su amigo y célebre violinista Jacques Thibaud. En 1923, su ballet “Le Marchand d´oiseaux” tuvo gran éxito con los Ballets Suecos (su mayor éxito, ya que fue programado más de trescientas veces durante tres temporadas y cuya obertura fue reestrenada por Serge Diaghilev para los entreactos de los Ballets Rusos) y produjo que la Princesa Edmond de Polignac le encargase un Concerto pour piano en el mismo estilo del ballet -estilo al que llegó gracias a la influencia neoclásica de Stravinski compaginada con las de Fauré y Ravel-.
En 1926, Tailleferre se casó con el caricaturista norteamericano Ralph Barton y se instaló en Manhattan donde se unió al círculo de amigos de su flamante marido y conoció a Charles Chaplin. Durante ese periodo compuso su Concertino pour harpe, el cual le dedicó a Barton quien no estaba a gusto a la sombra del éxito de su mujer. En 1927, la (des)pareja regresó a Francia donde se divorciaron dos años después. Sus “Six chasons Françaises” son, substancialmente, una reacción a su divorcio y uno de los raros ejemplos de feminismo en su corpus de obra.
En 1932, un año después del nacimiento de su única hija, Françoise, volvió a casarse. Esta vez lo hizo con el padre de la misma, el reputado jurista francés Jean Lageat, quien también fue un impedimento en su carrera de compositora como el anterior. Igualmente, y a pesar de ello, Tailleferre permaneció activa y compuso la “Suite pour orchestre de chambre”, el “Divertissement dans le style de Louis XV”, el “Concerto pour violon,” así como su obra maestra, el “Concerto grosso pour deux pianos, quatuor de saxophones, huit voix solistes et orchestre” y una larga serie de composiciones para películas.
A principios de 1942, la ocupación alemana la llevó a emprender una travesía hacia los Estados Unidos, previo paso por España y Portugal donde se embarcó junto su hija, su hermana y su marido. Pasaron los años de guerra en Filadelfia donde compuso poco, pero escribió un Ave María para voces de mujeres a cappela que se estrenó en el Swarthmore College y que se perdió en la mudanza de regreso a su país en 1946.
Una vez de vuelta en Francia, el matrimonio Lageat y su hija se reinstala en Grasse, cerca de Niza. Estando allí, Tailleferre crea el ballet “Paris-Magie” (estrenado en el Opéra-Comique en 1949) seguido de la sátira lírica sobre el libreto de Henri Jeanson “II était un petit navire”; compone su “Second Concerto pour piano”, su famosa “Sonate pour harpe”, el “Concertinopour flúte, piano et orchestre”, la comedia musical “Parfums” y el ballet “Parisiana” (el cual será estrenado en Copenhague en 1953).
En 1955, después del nacimiento de Elvire, su primera nieta, el jurista y la compositora finalmente se divorciaron. Ese mismo año, Tailleferre escribió una serie de cinco pequeñas óperas cómicas para Radio France y empezó a componer el “Concerto des vaines paroles” con textos de Jean Tardieu. En 1957, en un breve periodo de experimentación con el dodecafonismo, compuso su ópera “La Petite sirène”, la “Sonate pour clarinette solo” y la “Toccata pour deux pianos”, dedicada al dúo Gold y Fitzdale. Esta etapa finalizó con la opera “Le Maître”, con libreto basado en una pieza de Eugène Ionesco.
Durante los años 1960, siguió componiendo mucha música para películas, así como un “Concerto pour deux guitares, un Hommage à Rameau” para dos pianos y dos percusionistas. En 1970 fue profesora en la Schola Cantorum pero debió renunciar a causa de la ausencia de alumnos. Conoció entonces al director de orquesta des “Gardiens de la Paix” Désiré Dondeyne, que la animó a escribir de armonía para orquesta y la ayudó a concretar algunos proyectos.
A los 84 años, aceptó ser acompañante para niños en la “École alsacienne”, una de las más célebres escuelas privadas de París. Este puesto le aportó un pequeño complemento al retiro, y le permitió acabar una última serie de obras, como la “Sonate pour deux pianos”, la “Sérénade en la mineur” para cuatro vientos y piano (o clavecín), el Allegro concertant “les Vaines paroles” y la “Sonate champêtre”, para tres vientos y piano. Su última obra importante fue un encargo del Ministerio de Cultura. Es ya una compositora de 89 años quien escribe el “Concerto de la fidelité” para voces agudas y orquesta —la reescritura de parte de una obra anterior, que será orquestada por Désiré Dondeyne—.
Tailleferre compone hasta sus últimos días. Es enterrada en el cementerio comunal de Quincy-Voisins cerca de Meaux.
Su producción fue descomunal, variopinta y significativa. Su virtuosismo sumado a su particular percepción y sentido del humor la llevaron a concebir obras cargadas de autenticidad y profunda expresividad tanto emotiva como sensorial. Tailleferre seguirá siendo recordada por haber sido parte de “Le Six”, pero cada vez será más valorada por su corpus de obra producido pasada la década de 1920, con lo que construyó un original puente entre el modo contemporáneo y la tradición clásica.