Muchos de los combatientes alentaban la esperanza de que esa sería la última guerra que pasarían en las trincheras. Sus autoridades les habían asegurado que en pocos días llegaría una victoria contundente (cada parte pensaba lo propio), y podrían volver a sus casas. Si a los presentes esa noche les hubiesen asegurado que los próximos cuatro años deberían continuar esta guerra de trincheras, probablemente no lo hubiesen creído. Sin embargo, esa tarde, los embargó la nostalgia de las fiestas navideñas les jugó una mala pasada, y sin mediar palabra, comunicados por villancicos y canciones populares, los soldados franceses, ingleses y alemanes, abandonaron las trincheras y avanzaron hacia las líneas enemigas, donde se abrazaron como viejos amigos, intercambiaron chocolates, whiskys, latas de comida y otras cosas como regalos navideños.
Este encuentro tuvo lugar en Ypras, hoy territorio de Bélgica, y en ese lugar se levantó un monumento que dice “1914 la tregua de Navidad de Khaki Chum“. Según una de las versiones, todo comienza cuando las tropas alemanas cantaron Stille Nacht (Noche de Paz) contestada por las otras tropas. La tregua se propagó a lo largo de las líneas y terminó en un intercambio futbolístico (que, según distintos testimonios, habrían ganado los alemanes).
Los comandantes John French y Sir Horace Smith Dorrien, ante el rechazo de las autoridades, prometieron nunca más anteponer su nostalgia a la lucha. De hecho, un año más tarde, cuando la guerra había dejado manchas indelebles en el alma de los combatientes. Sin embargo, por los dos años siguientes los soldados de ambos bandos, organizaron partidos sin que los oficiales se enterasen. En 1999, la Asociación Militar para el recuerdo (Khaki Chum dejaron una cruz en el lugar donde se había jugado el partido.
En el 2005, se hizo una película llamada Joyeux Noël, nominada para el Oscar.