¿Cuál fue profesión soñada de Agatha Christie?

Después de Shakespeare y la Biblia, las novelas de Agatha Christie son las más leídas de la historia. Por más que pasen los años, sus crímenes siguen produciendo un interés asombroso, hasta el punto de traducirse a 103 idiomas. Se calcula que ha vendido entre “2.000 y 4.000 millones de copias. Nadie lo sabe realmente”, explicó su nieto Mathew Pritchard en una entrevista a The Guardian.

Sin embargo, lo que muy poca gente conoce es que lo de ser escritora fue uno de los caminos por los que le llevó la vida. Y es que la británica nunca se planteó ser una autora de éxito. Su sueño era otro bien distinto: ser cantante de ópera. De hecho, lo intentó y llegó incluso a viajar a París para formarse.

Era un reto ambicioso, y más después de que su padre, un rentista aficionado al juego, muriera en 1901 dejando a toda su familia en la bancarrota. Pero tras mucho esfuerzo, se trasladó a la capital francesa recién cumplidos los dieciséis años. No obstante, no todo fue un camino de rosas. Sus ilusiones se vieron truncadas cuando sus profesores no le auguraron un futuro demasiado prometedor en la profesión. La mayoría de ellos le reconocieron que, pese a que no cantaba mal, no destacaba lo suficiente como para sobresalir. En definitiva, que ese mundo no estaba hecho para ella y que se encontraba muy lejos de ser una diva de los escenarios.

Cabezota como ninguna, Agatha no se rindió y siguió intentándolo pese a las críticas constructivas, aunque pronto se percató de que no lograría tener los ingresos suficientes como para poder seguir en ello y su familia estaba en ese momento lejos de poder ayudarla.

Regresó entonces con los suyos y, con la llegada de la Primera Guerra Mundial, acabó alistándose como enfermera para acompañar a su marido, el aviador Archibald Christie, de quien cogería prestado el apellido. En este periodo aprendió el funcionamiento de los venenos en un laboratorio químico en el que estuvo trabajando. No lo sabía tampoco entonces, pero esto sería determinante para sus futuras obras.

Pasada la contienda, su hermana Margaret, que conocía desde niña su brillante imaginación, la animó a escribir. A Agatha le encantaban los retos, así que aceptó encantada y en 1920 salió a la luz su primera novela, El misterioso caso de Styles, en la que ya apareció el que se convertiría en su personaje estrella, el detective Hércules Poirot. Un policía belga retirado, inspirado en los refugiados de esa misma nacionalidad que había en su pueblo. Pronto llegaría también su otro pilar, la investigadora Miss Marple, basada en su tía y sus amigas, típicas señoras de la campiña inglesa de la época.

Ultimos Artículos

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

TE PUEDE INTERESAR

    SUSCRIBITE AL
    NEWSLETTER