Ludwika Jedrzejewicz: la otra Chopin

Nació en Varsovia (Polonia) el 6 de abril de 1807, bajo el nombre de Ludwika Marianna Chopin, hija de Nicolás Chopin y su esposa Justyna Krzyzanowska. Fue bautizada con su primer sustantivo propio en honor a su madrina, la condesa Ludwika Skarbek (dadivosa protectora del matrimonio Chopin durante los disturbios en Zelazowa Wola). Desde muy joven mostró talento para la música y la literatura. Al igual que su colactáneo, estudió música con Wojciech Zywny[1]. Fue ella quien compuso la primera mazurca[2] que Frédéric interpretó en el piano y gracias a la cual compuso las 61 que pasaron a la historia, y de las cuales en todas participó tanto como compositora y/o como arreglista. En 1825, en una carta a su compañero y amigo de la escuela, Jan Bialoblocki, el afamado compositor escribió: “Ludwika ha compuesto una mazurca perfecta, de un tipo que Varsovia aún no ha bailado”. 

En 1830, cuando Chopin se instaló en París a ella no se lo permitieron, su destino ya estaba establecido por el patriarcado y su máxima sexista: debía casarse y devenir reproductora de vástagos -sobre los que no tendría potestad alguna, pero sí responsabilidad absoluta-. Se escribieron extensamente y ella lo visitó en una ocasión antes de cumplir su mandato y contraer nupcias con el abogado Józef Jedrzejewicz (el 22 de noviembre de 1831), y de parir a su descendencia: Henryk Bronisław (18 de agosto de 1833, Varsovia – 7 de mayo de 1899, París); Ludwika Magdalena (22 de julio de 1835 Varsovia – 23 de julio de 1890 Varsovia); Fryderyk Bolesław (24 de julio de 1840, Varsovia – 25 de enero de 1857, Varsovia) y Antoni Żelisław (23 de julio de 1843, Varsovia – 29 de julio de 1922, Varsovia). Cuando la salud del pianista comenzó a deteriorarse, pidió que su hermana mayor fuera y se quedara con él. El 8 de agosto de 1849, Ludwika llegó a la ciudad de las luces junto a sus hijes y marido (quien pronto se volvió a Varsovia y que hasta el día de su óbito, en 1853, le reprochó que anteponía a su familia ante todo lo demás). El 17 de octubre de 1849, estaba junto a su hermano al momento en el que la muerte se apoderó de su savia.

Los últimos momentos de Chopin

Tras el fenecimiento de Chopin, Ludwika, pidió prestados 5000 francos a Jane Stirling[3] para el funeral. -Stirling también le regaló el traslado del piano del compositor, que hoy se conserva en el Museo Chopin de Varsovia-. Permaneció en la capital francesa hasta principios del año con el que se define el final del Romanticismo -suerte de poética sincronicidad jungueana en relación a su relación conyugal-. Junto con Jane, Julian Fontana[4] y Camille Pleyel[5], comenzaron a trabajar en la edición póstuma de las obras de Frédéric y a diseñar el monumento funerario de Père-Lachaise. A su regreso a Varsovia, siguió en contacto epistolar con les pianistas y en 1854, junto con su madre y su hermana Izabella, Ludwika firmó una autorización para que Fontana preparara los manuscritos de obras inéditas de Chopin para su publicación.

Una epidemia de peste en Varsovia hizo que, el 29 de octubre de 1855, Ludwika falleciese en su casa del 526 Podwale St. Fue enterrada en la tumba de la familia Jedrzejewicz en el cementerio de Powązki. Su defunción fue ampliamente reportada en la prensa, donde se publicaron varios artículos conmemorativos. Los asuntos editoriales de Frédéric fueron asumidos por la hermana de ambos: Izabella. No quedaron partituras de sus composiciones ni de los arreglos que hizo para Frédéric, el tiempo solo dejó algunas cartas y toda la obra post mortem que compiló junto a la trilogía de pianistas chopinianos que supo acompañarla en esa odisea. Fue, además de una hermana inefable, una artista virtuosa que la patriarcal historia de la composición de la música clásica supo invisibilizar, pero que el tiempo no pudo borrar y que el revisionismo histórico está sabiendo rescatar de las sacrílegas garras del olvido.


[*] Frédéric Chopin nació en 1810 en Zelazowa Wola, cerca de Varsovia. Su padre, Nicolas Chopin, era francés de
nacimiento, pero se había mudado a Polonia para trabajar como contable, y luego fue tutor de la familia Laczynski y,
posteriormente, de la familia del conde Skarbek. Su carrera posterior lo llevó al Liceo de Varsovia como un
respetado maestro de francés, y fue allí donde su único hijo, Fryderyk, ahijado del Conde Skarbek, cuyo nombre
cristiano tomó, pasó su infancia. Chopin mostró un talento temprano para la música. Aprendió el piano de su
hermana y luego con el excéntrico Wojciech Żywny, un violinista de origen bohemio, y tan ferozmente polaco como
el padre de Chopin. Su formación posterior en música fue con Jozef Elsner, director del Conservatorio de Varsovia,
primero como alumno privado y luego como estudiante de esa institución. La mayor parte de la carrera profesional
de Chopin sucedió en Francia, y particularmente en París, donde se estableció como un maestro de moda y como
artista en las casas de los ricos.
Su forma de tocar en la sala de conciertos era de un estilo menos propenso a complacer que el del más ostentoso
Liszt o que el virtuosismo técnico de Kalkbrenner. Fue en el ambiente más refinado del salón de moda donde su
genio como compositor e intérprete, con su intimidad, elegancia y delicadeza, encontró su lugar. Chopin no podía
dejar de admirar la habilidad de Liszt, mientras no compartía su gusto por la música. Su propia experiencia había
sido severamente clásica, basada en la música de Bach, Mozart y Haydn, y según estos estándares, Beethoven,
objeto de adulación para Liszt y su círculo, parecía en ocasiones grosero… En 1848, los disturbios políticos en París
hicieron imposible la enseñanza, y Chopin abandonó la ciudad para hacer una gira por Inglaterra y Escocia. Para
entonces su salud se había deteriorado considerablemente. A finales de año regresó a París, ya demasiado débil
para jugar o enseñar y dependiente de la generosidad de otros para su subsistencia. Murió allí el 17 de octubre de
1849.
La mayor parte de la música de Chopin fue escrita para su propio instrumento, el piano. Al principio parecía que las
obras para piano y orquesta serían una parte necesaria de su inventario, pero el puesto que encontró para sí mismo
en París le permitió escribir principalmente solo para piano, en un lenguaje característico que se inspira de la ópera
italiana contemporánea, mucho de la música de Polonia, y aún más de su propio enfoque aventurero a la armonía y
su propia habilidad técnica como jugador. Entre las composiciones de Chopin para instrumentos distintos al piano
hay tres obras para violonchelo y piano. La más importante de ellas es la Sonata en sol menor, Opus 65, escrita en
París en 1845 y 1846. Fue dedicada a su amigo, el violonchelista Auguste Franchomme, y Franchomme y Chopin
tocaron los últimos tres movimientos en 1848, en el último concierto de este último.
Link a su obra completa:

[1]Wojciech Żywny (Bohemia, 13 de mayo de 1756 – 21 de febrero de 1842) fue un compositor polaco y profesor de origen checo. Estudió piano, violín, armonía y contrapunto con Jan Kuchař, amante de la música de Johann Sebastian Bach. Fue el primer maestro de piano de Ludwika y Frédéric Chopin. Después de seis años de trabajar con Frédéric, el propio Żywny decidió que era hora de dejar de trabajar con un estudiante al que ya no podía enseñar. Chopin, quizás como muestra de agradecimiento por los años de estudio, le dedicó su famosa Polonesa, Op. 53, autografiada: “Polonaise pour le piano Forte composée et dédiée A Monsieur A. Żywny par son Élève Frederik Chopin à Varsovie Ce 23 d’avril de 1821”.

[2] La mazurca era originalmente un baile de salón de la corte real y la nobleza polaca, y se convirtió con el tiempo en una danza para la clase popular. Escrito en compás ternario (3/4, 3/8), se caracteriza por sus acentos en los tiempos 2º y 3º, en contraste con el vals. También se parece mucho al minué (de origen francés, la más famosa danza durante el siglo XVIII) en cuanto a su estructura y a su movimiento moderado. La mazurca, se dio a conocer por toda Europa junto con la polca (de estructura similar) durante la segunda mitad del siglo XIX. Se baila en parejas y es una danza de carácter animado y gallardo, generalmente más rápida que la polonesa y con otros acentos. Especialmente fue Frédéric Chopin el principal precursor de esta estilizada forma musical en la música clásica y de concierto. Escribió 61 mazurcas, en las que claramente se establece su ritmo característica.

Link a todas las Mazurkas firmadas por Frédéric Chopin:

[3] Jean Wilhelmina Stirling (15 de julio de 1804 – 6 de febrero de 1859) fue una pianista aficionada escocesa mejor conocida como alumna y más tarde amiga de Frédéric Chopin, quien dedicó Nocturnes, op. 55 para ella. Ella lo llevó de gira por Inglaterra y Escocia en 1848 y se hizo cargo de la disposición de sus efectos y manuscritos después de su muerte en 1849.

[4] Julian Ignace Fontana​ (Varsovia, 31 de julio de 1810 – París, 23 de diciembre de 1869) fue un pianista, compositor, escritor, traductor y editor polaco, conocido y recordado en especial por ser un buen amigo y albacea musical del compositor, Frédéric Chopin.

[5] Joseph Etienne Camille Pleyel (18 de diciembre de 1788 – 4 de mayo de 1855) fue un pianista virtuoso francés y dueño de la Firma de Fabricación de Pianos Pleyel. Hijo menor de Ignace Joseph Pleyel, estudió con Jan Dussek. Se convirtió en socio de su padre en 1815 y luego dueño de la firma a la muerte de aquel. La Maison Pleyel acogió a los talentos mayores de su época e fue innovadora en la perfección de sus instrumentos. Proporcionó los pianos a Frédéric Chopin. Uno de estos instrumentos fue el pianino que envió a Mallorca en 1838 y que en la actualidad está expuesto en la celda 4 de la Cartuja de Valldemossa. Construyó una moderna sala de conciertos, la Salle Pleyel, en la que Chopin tocó el primero y el último de sus conciertos en París. Dicha sala también acogió a otros grandes músicos de la Ciudad Luz.

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