James McCune Smith, de esclavo a médico

En Roma muchos médicos eran esclavos o lo habían sido, de allí que los galenos fuesen considerados “infradignitaten” (es decir por debajo de la jerarquía de los comerciantes o agricultores, casi esclavos), y raramente lograsen tener un posicionamiento social destacado. Lo peor es que muchas veces su vida o su integridad física dependía de la praxis y sus resultados. El Código de Hammurabi establecía las penas por los fracasos quirúrgicos que, a veces, debían pagar sacrificando parte de su anatomía.
James McCune Smith parecía un continuador de esas prácticas de la antigüedad, pero en pleno siglo XIX. Después de haber nacido esclavo pudo graduarse como médico. Esta es su historia de superación y esfuerzo que no siempre fue reconocido. Hijo de una esclava nacida en Carolina del Sur, James nació en Nueva York y recién logró su libertad en 1827 gracias al Acta de Emancipación de la ciudad donde había nacido. Su padre fue Samuel Smith, un comerciante blanco dueño de su madre, quien pudo adquirir su libertad. James asistió al African Free School, un colegio para jóvenes de color, de donde egresaron muchos individuos que, con los años, se destacaron en distintas carreras y como abolicionistas. James fue el más célebre de este grupo que incluyó a Charles Lewis Reason, el primer docente universitario de color. 
A pesar de su notable desempeño académico, ninguna universidad americana le permitió ingresar a su escuela de medicina. Fue entonces que James decidió viajar a Escocia donde fue admitido a la Universidad de Glasgow, por entonces una de las mejores facultades del mundo. Allí se destacó como alumno y en 1837 hizo el internado en París.
Smith sabía que la vuelta a USA no sería fácil, y hasta un punto le resultó imposible ya que no le vendían pasaje en los barcos que iban a Manhattan por su condición de hombre de color. Por fin pudo llegar a New York, donde fue recibido como un héroe por los miembros de su comunidad. James había logrado lo que a muchos le habían negado, la culminación de sus estudios. 
Con este hecho, con solo mostrar su capacidad, comenzaba a derrumbar uno de los mitos racistas imperantes: los negros no tenían el nivel intelectual para estudiar y menos aún ser profesionales. Sería uno de los mitos que Smith derrotaría con sus análisis estadísticos. 
McCune Smith ya había adquirido cierto prestigio académico por una serie de artículos publicados en revistas médicas (fue la primera persona de color en presentar un trabajo científico) pero a pesar de su desempeño como estudiante, mientras estuvo en Estados Unidos trabajó de farmacéutico, porque ninguna facultad norteamericana abaló su título obtenido en Escocia.
Su labor más destacada fue como abolicionista, fundador del Consejo Nacional y uno de los organizadores del “tren subterráneo”, una asociación que facilitaba el escape de esclavos del sur y les daba apoyo y medios para vivir.
Por 20 años asistió a los huérfanos de color en el asilo de Nueva York hasta que este fue quemado durante unos disturbios debido al enlistamiento obligatorio durante la guerra civil. Más de cien personas de color fueron asesinadas en esos días. Temiendo ser víctima de un atentado, Smith debió trasladarse a vivir en Brooklyn.
Curiosamente, y a pesar de ser mulato, en los censos figuró como blanco porque era impensado que una persona de color tuviese tal formación académica.
Sus hijos fueron todos profesionales. Era de aquellas personas que creían fuertemente en que la educación es y será la única fuerza equiparadora. 
McCune Smith se opuso fervientemente a la inmigración de negros a Liberia porque consideraba que era una solución facilista para deshacerse del problema racial en Estados Unidos. Smith estaba convencido de que todos tenían derecho a vivir en la nación en la que había nacido y asistido a construir. 
Sus conocimientos médicos y de estadísticas sirvieron para refutar ideas racistas, de prejuicios y pseudociencias como la frenología, todas destinadas a demostrar la superioridad blanca. McCune Smith creía que el racismo no era un problema biológico sino un condicionamiento social .
Sus publicaciones le permitieron ser aceptado en la American Geographical Society y posteriormente a la New York Historical Society.
En 1863 fue nombrado profesor de antropología por el Wilberforce College, pero estaba muy enfermo para asumir el cargo. Murió dos años después de una insuficiencia cardiaca pocos días antes que el Congreso ratificase la decimotercera enmienda aboliendo la esclavitud.
En noviembre de 2018, la Academia de Medicina admitió a James McCune Smith como miembro. Ciento setenta años después.

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