Juan Domingo Perón nació en la provincia de Buenos Aires. La partida de nacimiento indica como fecha el 8 de octubre de 1895 y como lugar, la ciudad de Lobos. Posteriormente se cuestionaron esos datos, argumentando que el nacimiento se habría producido en Roque Pérez, localidad cercana a Lobos, el 7 de octubre de 1893.
Era el segundo hijo de Mario Tomás Perón y de Juana Sosa Toledo, que recién se casaron en 1901. Las raíces de la familia paterna se remontaban a Cerdeña, lugar de origen del bisabuelo de Juan Domingo.
El padre de Juan Domingo era un pequeño hacendado, hombre de trato afable con los paisanos criollos e indios, con quienes convivió. Doña Juana, según su hijo, era “una criolla con todas las de la ley”, verdadera jefa de la casa y también “el paño de lágrimas y la confidente”.
Sin embargo, las relaciones entre Juan su madre con el tiempo se enfriaron. Doña Juana en 1936 se casó en segundas nupcias con un hombre veinte años más joven que ella y, segur algunos parientes, “Juancito nunca se lo perdonó”.
En 1900 la familia se trasladó a la Patagonia. Compró tierras en Sierra Cuadrada, cerca de Comodoro Rivadavia, vivió un tiempo en la zona de Camarones, donde don Mario fue juez de paz entre 1905-1912, y luego en Chankaike, noventa kilómetros al norte de Río Gallegos.
Cuando Juan tenía 9 años, él y su único hermano, Mario Avelino fueron a vivir con su abuela paterna Dominga Dutey, en la Capital Federal, para estudiar. En 1907, Juan ingresó en el Colegio Politécnico, allí nació su pasión por los deportes. A lo largo de su vida practicará fútbol, boxeo y básquet, entre otras muchas disciplinas.
En diciembre de 1913 se graduó como subteniente de Infantería, y su primer destino fue el Regimiento 12 en Entre Ríos. Según sus propias palabras, a partir de entonces fue aprendiendo “el arte de conducir”, en el que se consideraba un maestro: “Yo no soy más que un político aficionado. En lo que soy un profesional es en la conducción, porque eso es lo que he estudiado toda mi vida”.
En sus primeros destinos militares, bajo la presidencia de Yrigoyen, le tocó intervenir en la represión de movilizaciones obreras. En 1918 fue enviado a Tartagal, en el Chacho salteño, para controlar la situación ante la huelga de los trabajadores de La Forestal. Al año siguiente, desde el arsenal Esteban de Lúea, en la Capital Federal, participó en la represión a los huelguistas de los Talleres Vasena, que en enero de 1919 desencadenó la llamada “Semana Trágica”.
Destinado en 1920 a la Escuela de Suboficiales de Campo de Mayo, buena parte de sus destinos militares de ahí en más estarán desligados del mando de unidades de combate. Según sus subordinados de entonces, ya era “todo un caudillo”, hombre de trato campechano y simpático. Le gustaba organizar asados y promovía la actividad deportiva. Daba clases de cultura física en la Asociación Cristiana de Jóvenes de la Capital.
Entre 1926 y 1928 cursó la Escuela Superior de Guerra, de la que luego también será profesor. El entonces capitán vivía en Flores Sur, donde conoció a una muchacha de clase media, cuya vocación era la pintura, Aurelia Tizón. “Potota”, como la llamaba la familia, era trece años menor que él, y en enero de 1929 se casaron en Buenos Aires. , Pocos meses antes, en noviembre de 1928, había fallecido el padre de Perón, y su madre por un tiempo se instaló con ellos.
En el derrocamiento de Yrigoyen, Perón participa en la toma de la Casa de Gobierno y es nombrado secretario del ministro de Guerra del gobierno de facto. En febrero de 1936 el matrimonio Perón se instala en Santiago de Chile, donde por dos años el marido se desempeñará como agregado militar de la embajada argentina. Llevaban una vida con mucha presencia social, entre los barrios residenciales de Providencia y Nuñoa.
En 1938, los Perón estaban de regreso en Buenos Aires, y Potota comenzó a evidenciar los síntomas de un cáncer, del que murió en septiembre de ese año. Viudo y sin hijos, con el cambio de gobierno acepta una nueva misión en el extranjero.
A comienzos de 1939 viaja a Europa para iniciar un curso de capacitación de infantería de montaña. El propio Perón, andando el tiempo, afirmará que sus actividades incluían el envío de informes a la cúpula militar argentina sobre la situación europea, que iba aceleradamente hacia una nueva guerra mundial.
Perón nunca ocultará su simpatía por los regímenes fascista y nazi. Los consideraba “modelos” de organización social, de “encuadramiento y movilización de las masas” en torno del Estado. En Italia realiza cursos en Turín y Milano, y prácticas de alpinismo en Merano.
Juan Domingo Perón bautizó justicialismo a su movimiento político, al que basó en las tres banderas de: “Justicia social, soberanía política, independencia económica”. Aunó a distintos sectores sociales, cuya “columna vertebral” fue el sindicalismo verticalmente organizado y adquirió un apoyo masivo. El Justicialismo, en vida de Perón, fue un movimiento estructurado en “ramas” masculina, femenina y gremial, a las que en la década del 60 se le agregó la rama juvenil.
Fuente Consultada: El Libro de los Presidentes Argentinos del Siglo XX – Deleis-Tito-Arguindeguy