Después de la expulsión de los japoneses que había impuesto un gobierno opresor y criminal (ejecuciones, violaciones y robos), el norte de la península formó un gobierno bajo la égida de Kim Il Sung, aliado de los soviéticos, mientras que al sur adhirieron a un sistema pronorteamericano (con Syngman Rhee en el gobierno).
Tras varios intentos infructuosos de derrocar al gobierno de Seul, Corea del Norte con el apoyo soviético, avanzó hacia esa ciudad a la que ocupó el 25 de junio de 1950.
Rhee pudo escapar y con lo que quedaba de su ejército, inició la resistencia en la ciudad de Pusan.
El gobierno de EE.UU. a través de la ONU envió tropas para recuperar el territorio. El comandante en jefe fue el general Douglas MacArthur, famoso por su frase al abandonar las Filipinas: “Volveremos”.
En dos meses los invasores prosoviéticos fueron empujados hacia el Paralelo 38 (coincide con el río Yala), después de un arriesgado desembarco en la zona de Incheon.
Fue en este momento en que China entró en el conflicto con más de 200.000 hombres, obligando a las fuerzas del Sur a volver atrás de dicho paralelo.
La guerra quedó estancada en este lugar, donde en 1953 se creó una zona desmilitarizada con un ancho de 4 km.
En esta guerra, que duró 3 años y aún mantiene en vilo una zona de conflicto activo, participaron 1.300.000 tropas aliadas y surcoreanas, contra 2.125.000 soldados chinos y coreanos.