Henrik Ibsen creció en la pequeña ciudad de Skien, ubicada en Telemark, en la costa oeste de Noruega. Fu el mayor de cinco hijos nacidos de Knud y Marichen Ibsen. Una familia acomodada, su padre era un exitoso comerciante y su madre pintaba, tocaba el piano y disfrutaba del teatro.
Después de algunos negocios deficientes y otras complicaciones, la familia cayó en la pobreza cuando Ibsen tenía 8 años. Casi todo lo que poseía la familia tuvo que venderse para cubrir las deudas. La familia se mudó a una granja en ruinas cerca del borde de la ciudad. Fue aquí donde Ibsen pasó gran parte de su tiempo leyendo, pintando y realizando trucos de magia.
A la edad de 15 años, Ibsen dejó de ir a la escuela para buscar trabajo y ayudar a sus padres. Se las arregló para encontrar una posición como aprendiz en un boticario en Grimstad. Trabajó allí durante seis años. El tiempo libre que pudo encontrar lo utilizó para escribir poesía y pintar. En 1849, escribió su primera obra teatral Catilina, un drama en verso inspirado en una de sus grandes influencias, William Shakespeare.
En 1850, Ibsen se mudó a Oslo (que en ese momento se llamaba Christiania) para preparar los exámenes de ingreso a la universidad de esa ciudad. En el tiempo que pasó viviendo en la capital, conoció a muchos otros escritores y artistas.
Uno de estos amigos, Ole Schulerud, fue el que pagó los costos de publicación de la primera obra de teatro de Ibsen, Catilina, que no logró atraer mucha atención en la escena teatral en ese momento.
El año siguiente, Ibsen logró encontrarse con el violinista y director de teatro Ole Bull. De inmediato, se cayeron bien y Ole le ofreció trabajo como escritor para el Teatro Noruego en Bergen. La posición demostró ser un tutorial intenso en todos los aspectos teatrales para Ibsen, el trabajo también le permitió hacer viajes al extranjero para aprender más sobre el oficio.
Unos años más tarde, en 1857, Ibsen regresó a Christiania para dirigir otro teatro. Esto resultó ser una empresa frustrante, ya que otros afirman que administró mal el teatro y pidió que lo destituyan del puesto. A pesar de la turbulencia, Ibsen encontró tiempo para escribir Love’s Comedy, una mirada satírica sobre el matrimonio, en 1862.
A diferencia de muchos otros escritores y poetas, Ibsen tuvo un matrimonio largo y aparentemente feliz con Suzannah Daae Thoresen. Se casaron en 1858 y trajeron a su único hijo al mundo, un hijo al que llamaron Sigurd, un año después de la unión.
Ibsen dejó Noruega en 1862, para instalarse en Italia por un período corto. Mientras estuvo allí, escribió Brand, una tragedia de cinco actos sobre un clérigo cuya devoción febril a su fe le costó su familia y, en última instancia, su vida. Esta fue la obra que lo hizo famoso en Escandinavia. Dos años más tarde, Ibsen creó una de sus obras maestras, Peer Gynt. Una versión moderna de las épicas griegas de la antigüedad.
En 1868, Ibsen se trasladó a Alemania. Durante su tiempo allí, fue testigo de la puesta en escena de su obra The Pillars of Society (Los pilares de la Comunidad) por primera vez en Munich. La obra ayudó a lanzar su carrera y pronto fue seguida por otra de sus obras más famosas, A Doll’s House (Casa de muñecas).
Esta obra se convirtió en tema de conversación en toda Europa cuando Ibsen ilustró la lucha de Nora, la protagonista, enfrentada entre los roles tradicionales de esposa y madre y su necesidad de autoexploración. Una vez más, Ibsen había puesto en cuestión las prácticas sociales aceptadas de la época, sorprendiendo a su audiencia y provocando el debate.
Continuando con su tendencia a la controversia. Su siguiente trabajo, Ghosts (Fantasmas) de 1881, abordó temas como el incesto y las enfermedades venéreas. La reacción de la crítica fue tan fuerte que la obra no se realizó en muchos lugares hasta varios años después. Su siguiente trabajo, An enemy of the people (Un enemigo del pueblo), representó a un hombre en profundo conflicto con su comunidad. Algunos críticos dicen que fue la respuesta de Ibsen a la reacción violenta que recibió por su trabajo anterior.
Ibsen escribió una obra más, The Lady From the Sea (La Dama del mar), en 1888 antes de regresar a Noruega. Una de sus obras más famosas fue la que le siguió, Hedda Gabler, en la que Ibsen creó uno de los personajes más recordados del teatro. Hedda, hija de un general, una recién casada que desprecia a su marido erudito, destruye un antiguo amor que reaparece en el mundo académico de su marido. Mas adelante, la crítica se refirió a Hedda como la Hamlet femenina.
En 1891, Ibsen regresó a Noruega como un héroe literario. Pudo haberse ido como un artista frustrado, pero regresó a su país como un dramaturgo famoso. Durante la mayor parte de su vida, Ibsen había vivido un poco recluido, pero al regresar a su país natal parecía ser el centro de atención, incluso convirtiéndose en una especie de atracción turística.
Sus trabajos posteriores parecen tener un tipo de calidad más autorreflexiva, con protagonistas maduros que miran hacia atrás y viven con las consecuencias de sus elecciones a lo largo de sus vidas. La primera obra escrita después de su regreso a Noruega fue The Master Builder (Halvard Solness). En la cual el personaje principal se encuentra con una mujer de su pasado que lo alienta a cumplir una promesa. En lo que resultó ser su trabajo final, When We Dead Awaken (Cuando nos despertemos muertos), escrito en 1899, un viejo escultor se topa con sus antiguos modelos y trabaja para reavivar el fuego creativo que siente que ha perdido.
En 1900, Ibsen sufrió una serie de ataques que lo dejaron imposibilitado para escribir. Vivió varios años más, pero no estuvo completamente presente durante gran parte de este tiempo. Murió el 23 de mayo de 1906. Considerado una gloria de la literatura al momento de su fallecimiento, recibió un funeral estatal del gobierno noruego.