El Parque 3 de Febrero se inauguró oficialmente el 11 de noviembre de 1875. Este acto contó con la presencia oficial del Presidente de la República, Nicolás Avellaneda, quien plantó una “magnolia americana del bosque primitivo” que aún se conserva (está en la vecindad del Parque Japonés). El nombre del parque coincide con la fecha en la que Rosas fue derrotado en la Batalla de Caseros. En sus comienzos este parque estaba delimitado al este por la actual calle Ugarteche, y al oeste por el Arroyo Maldonado. La casona de Rosas, que había sido saqueada poco después de la batalla, se convirtió en el Escuela Naval.
Fotografía del caserón de Rosas tomada en 1876. En esa época funcionaba el Colegio Militar. Se pueden ver los arcos tapados y un grupo de cadetes a la derecha.
Las obras proyectadas por el Coronel Jordán Czeslaw Wysocki consistían entre otras, en la reparquización y forestación de las calles de las Palmas (hoy Avenida Sarmiento), o como las llamaran sus enemigos “las escobas de Sarmiento”.
En el año 1836 Juan Manuel de Rosas compró varios terrenos del llamado en ese entonces, Bañado de Palermo. Durante su gobierno, Palermo fue al mismo tiempo residencia del Gobernador y Sede del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires. Allí asistían los diplomáticos y los funcionarios a consultar a Don Juan Manuel. Su hija organizaba tertulias, fiestas, y desde allí salían a hacer excursiones a caballo. Según la tradición, a la sombra de un olivo, Manuelita intercedía ante su “Tatita” por la vida de algunos condenados.
Reconstrucción hecha por Leonnie Matthis del interior de la habitación de Manuelita Rosas.
El 3 de Febrero del año 1852, Rosas fue derrotado en la batalla de Caseros, y se vio obligado a huir a Inglaterra. En el camino del bajo, que llevaba al centro de la ciudad, fueron colgados de los árboles los desertores del Regimiento Aquino. En el mismo terreno de la casa de Rosas, Urquiza ordenó el fusilamiento de Martiniano Chilavert
Por el Decreto Provincial N° 1474 del 16 de febrero de ese mismo año, se establece que “… todas las propiedades pertenecientes a Don Juan Manuel de Rosas existentes en el territorio de la provincia de Buenos Aires son de pertenencia pública” expropiando así los terrenos de Palermo en donde actualmente se encuentra emplazado el parque.
Vale recordar que entonces los límites de la ciudad de Buenos Aires pasaban por la actual avenida Callao, conocida entonces como “Las Tunas”.
Grabado que muestra el parque y el Caserón hacia 1860 y su uso como zona de esparcimiento colectivo.En 1874 se sanciona la Ley Nacional N° 658 de 1874, por el cual se crea el Parque y se le asigna un presupuesto. Fue el diputado por Buenos Aires, Vicente Fidel López, quien propuso el nombre de “Tres de Febrero” para este parque, homenaje a batalla de Caseros.
Sarmiento creó la Comisión Auxiliar del Parque 3 de Febrero con el objeto de colaborar con la consolidación del nuevo espacio verde. Ésta extiende los límites al norte hasta el Arroyo Maldonado, que era el límite inicial fijado por el Congreso Nacional y la Legislatura de la provincia. Más tarde se suceden diversas adquisiciones que expanden el predio hasta los límites actuales.
Como ya dijimos, el 11 de noviembre de 1875, el Presidente Nicolás Avellaneda inaugura el parque. A partir de ese momento se pone en vigencia un reglamento que establece las restricciones para su uso. Una sección del parque fue destinado a albergar animales, un primitivo zoológico en el espacio que había pertenecido a la casa de Rosas. Comentan que Sarmiento al aprobar este destino habría dicho. “donde hubo animales…”.
Fue en el año 1888 que Gobierno Nacional, transfiere a la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, el Parque 3 de Febrero comprometiéndola a hacerse cargo de los gastos de su mantenimiento. En 1891 el paisajista francés Carlos Thays asume como Director de Paseos Públicos, quedando a cargo de la gestión del Parque. También se elevaron estatuas como la de Eduardo Costa (en 1902) (ministro de Mitre, hijo de Braulio Costa, un notable financista) que fue uno de nuestros próceres que más rápidamente gozó de un monumento propio.
Lago sobre el Rosedal, recientemente creado (ca. 1916).
En 1900 se inauguró el monumento a Sarmiento, obra cuya realización estuvo a cargo del artista francés Auguste Rodin. La obra fue muy discutida, ya que, según las teorías en boga, lucía Sarmiento el cráneo de un degenerado. “Sabíamos que era feo… pero no tanto”, murmuraba la gente. Por un momento se temió por un desborde del público y por tal razón cientos de agentes asistieron al acto. Al final no se registraron desmanes.
Las excavaciones del actual Lago de Regatas se iniciaron en 1906.
Con motivo del Centenario de la Revolución de Mayo en el año 1910, con la presencia de la Infanta Isabel de Borbón que visitaba Buenos Aires, se colocó la piedra fundamental del Monumento de los Españoles. El mismo se inauguró en 1927. Curiosamente, se emplazó frente al monumento a Sarmiento, que no tenía mucha simpatía por los hispanos. Al final la estatua de Sarmiento quedó cerca del olvido del perdón, y frente al monumento de los Españoles (que se llama “La Carta Magna y las Cuatro Regiones Argentinas”), y al Rosas emplazado en el lugar donde tuvo su casa. Todo parece planeado para irritar al sanjuanino.
En 1914 se concluyeron las obras del Rosedal en el Parque que, junto con el puente de arquitectura helénica, el embarcadero, el templete y la pérgola, son obra del paisajista Benito Carrasco. Más tarde se creó allí el Jardín de los poetas, con los bustos de artistas conocidos.
Lago sobre el Rosedal, recientemente creado (ca. 1916).
En 1941, a fin de repoblar e incrementar la fauna avícola en el paseo de Palermo, las autoridades de la ciudad resolvieron soltar unas aproximadamente 3.000 aves de distintas variedades.
El Velódromo Municipal fue inaugurado en 1951 con motivo de los Juegos Panamericanos. En ellos participaron gran cantidad de deportistas extranjeros se reunidos por primera vez en nuestra ciudad.
Entre las curiosas estatuas que pueblan el predio, se encuentra la del poeta ucraniano, Taras Shevchenko (algo lejano a nuestra idiosincrasia), Carlos III de España (por crear el virreinato), George Washington (frente a la Embajada de EE.UU.), el de Avellaneda (que lo inauguró), y el monumento de Caperucita Roja, obra de Jean Carlus, originalmente emplazada en la plaza Lavalle, donde actualmente está el monumento de Hipólito Irigoyen.
Finalmente, en 1958 se emplazó en la intersección de las Avenidas Sarmiento y Figueroa Alcorta, el monumento a Justo José de Urquiza, obra de Renzo Baldi, encargado de la figura ecuestre y Héctor Rocha de los bajorrelieves que muestran la batalla de Caseros (en la que se destaca la presencia de Purvis, el perro de Urquiza), y la sanción de la Constitución. El general no mira a Buenos Aires, ciudad que solo le fue leal por poco tiempo.
En 1966 se inauguró el Planetario Municipal Galileo Galilei y en el año 1981 se emplazó el Monumento a Martín Miguel de Güemes, en La Pampa y Figueroa Alcorta en el cual todos los años miles de salteños le rinden homenaje con una vigilia a la luz de la luna.
Como ven, un parque que da espacio a todos los gustos e inclinaciones políticas.
