¿Cómo definir cuándo la religión es la causa real de un conflicto y no solo uno de los factores, un pretexto o el fósforo que enciende la mecha? No es tan fácil determinarlo. Por empezar, si la única diferencia entre las partes en conflicto es la religión, entonces es aceptable pensar que el conflicto es religioso. Por ejemplo: los croatas, los serbios y los bosnios son básicamente el mismo pueblo, salvo por la religión.
En otra perspectiva, otras veces la motivación religiosa está encubierta por otros intereses. Las Cruzadas… ¿se iniciaron por razones económicas, como muchos sostienen, y se justificaron a través de motivos religiosos? ¿O fueron conflictos esencialmente religiosos en los que los responsables, humanos al fin, aprovecharon el filón? Es imposible hacer mención a las Cruzadas sin mencionar inmediatamente al papa o a la Tierra Santa, eso está claro, por lo cual la religión sobresale en el conflicto.
Por otra parte, si ambas partes de un conflicto declaran motivaciones religiosas, debería considerarse la posibilidad de que así sea en realidad. Nunca se ha visto que se recluten ejércitos para destruir a un oponente solo porque éste se afeite de manera diferente o use otro lenguaje, pero el hecho de tener una religión diferente es un argumento que, sólido o no, “suele funcionar”; es decir, resulta una motivación suficiente para arrastrar a la gente a matar a otros humanos.
En la conquista de América por parte de Europa, el deseo de convertir a los nativos americanos encubría el deseo de robar sus riquezas y dominar sus territorios. Cuando los turcos penetraron en Europa la religión tuvo un papel importante en la motivación tanto de los atacantes como de los defensores, pero no dejaba de ser algo secundario frente a la intención de construir un imperio.
Hechas estas disquicisiones nada menores, se hará una enumeración sucinta de las “matanzas religiosas”, mencionando como tales exclusivamente aquellas en las que la eligión es la razón “primera o principal” del conflicto.
Rebelión de Taiping (China, entre 1850 y 1864). Pese al nombre (paradójicamente taiping significa gran paz), esta rebelión fue bastante más que una simple insurrección, como creyó inicialmente el gobierno imperial Qing; los taiping pretendían cambiar radicalmente todas las estructuras del Estado en todas sus facetas, llamaban demonios a los Qin –de ahí que llamaban a su rebelión “guerra santa”– y se autodenominaban pomposamente “Reino Celestial de la Gran Paz”. Este era un Estado teocrático gobernado por un místico sincrético, Hong Xiuquan, que desarrolló una religión propia llamada Bai Shangdi Hui. Hong se proclamó como “el nuevo Mesías” y decía ser “el hermano de Jesús”, y en el conflicto entraron más adelante (cuándo no) Francia y Gran Bretaña (no se la iban a perder). 20 millones de personas murieron en esta revolución mesiánica ”pseudocristiana”.
El Holocausto (Europa, entre 1938 y 1945). La Alemania nazi mató a casi 6 millones de judíos en toda Europa. A pesar de que los nazis proclamaban que estaban matando a los judíos por motivos raciales, lo cual significa lisa y llanamente “genocidio”, la única diferencia sustancial entre las víctimas del Holocausto y las que no lo sufrieron fue su religión ancestral; en este caso, la religión judía. Así que el Holocausto puede ser considerado como genocidio y como matanza religiosa. El Holocausto fue el clímax de muchísimos años de antisemitismo europeo. La religión personal de Hitler es difícil de determinar; era de formación católica, se definía como tal (no fue excomulgado por la Iglesia Católica, vale recordar), y trató siempre con más “amabilidad” y consideración a los cristianos que a los judíos y comunistas.
Revuelta de Mahdi (Sudán, entre 1881 y 1898). Fue una revolución religiosa que enfrentó a los seguidores del líder religioso fundamentalista islámico sudanés Muhammad Ahmad bin Abd Allah, quien se proclamó “el Mahdi” (“Guía”) del Islam, contra el Jedivato de Egipto, un estado autónomo del Imperio Otomano. Después intervinieron las fuerzas británicas y el conflicto viró hacia una guerra colonial. Cinco millones y medio de sudaneses murieron en este prolongado conflicto.
Guerras de religión en Francia (Francia, entre 1562 y 1598). Fueron enfrentamientos civiles cuyo detonante residía en las disputas religiosas entre católicos y hugonotes (protestantes calvinistas). Murieron tres millones de personas.
Las Cruzadas (entre 1095 y 1291). Durante casi doscientos años , los cristianos europeos liucharon para arrebatar el control de Tierra Santa a los musulmanes. Se estima que murieron tres millones de personas.
La cruzada albigense (Francia, entre 1208 a 1249). Un millón de personas murieron en lo que fue una cruzada para erradicar a los cátaros, considerados herejes.
Rebelión Panthay y rebelión Hui (China, entre 1855 y 1878). La primera en el sudeste, la segunda en el noroeste, ambas fueron revueltas musulmanas casi simultáneas en las que murieron más de un millón y medio de personas.
Partición de la India (1947). Es la que ocurrió en el Imperio Indio-Británico lo que dio lugar a la creación de los Estados soberanos del Dominio de Pakistán (luego se dividió en Pakistán y Bangladesh) y la Unión de la India (más tarde República de la India). En estos crímenes entre humanos con distintas religiones murieron entre quinientos mil y un millón de hindúes y musulmanes.
Matanzas en Japón (entre 1587 y 1660). Entre doscientos mil y trescientos mil católicos murieron en diversos conflictos, destacándose entre ellos la rebelión de Shimabara.
Bosnia (entre 1992 y 1995). Cuando la república predominantemente musulmana de Bosnia-Herzegovina declaró su autonomía, los cristianos serbios (y el gobierno de Belgrado) trataron de impedirlo. Resultado: sangrienta guerra civil con doscientos mil muertos.
Y así podríamos seguir… con cientos de conflictos con la religión como bandera u ocupando un lugar destacado: Cromwell invadiendo Irlanda y sometiendo a los católicos, puritanos y anglicanos en Inglaterra, cristianos y musulmanes en Líbano, misioneros muertos en Vietnam, judíos muertos en los pogromos en Ucrania, romanos persiguiendo cristianos, matanzas de Estados teocráticos (recordemos Irán con el Ayatollah Khomeini)… y eso sin analizar las matanzas bíblicas o los sacrificios humanos por rituales religiosos.
¿Qué conclusiones podrían sacarse de todo esto? Probablemente ninguna, o al menos ninguna que haya servido hasta ahora para evitar que estas cosas sigan ocurriendo. Los seres humanos han desplegado su intolerancia, su dogmatismo, su instinto depredador, su estupidez, bajo todas las banderas a mano. La religión ha sido, a lo largo de la historia, una de las más utilizadas.