La conquista blanca: El general Leal llega al Polo Sur

En 1957, Jorge Edgar Leal estableció en la Antártida la base General Belgrano, dependiente del Ejército, y esas experiencias le permitieron asesorar a la comisión argentina que participó en la Conferencia de Antártica de Canberra, que se celebró en 1961 en Australia, entre todas las naciones que se proyectaban sobre extensiones tan gélidas como desconocidas.

En ese cónclave entendió la importancia que tenía para el país afirmar su presencia en la Antártida y comenzó dos años más tarde los preparativos de la Operación 90, la expedición argentina que conquistó el Polo Sur.

“Afirmar la capacidad argentina de alcanzar todos los rincones de lo que considera su territorio soberano, buscando afirmar así los derechos de la soberanía territorial esgrimidos por el país en la Antártida Argentina”, escribió el militar en un documento en el que justificó los propósitos de su misión.

Leal partió desde la Base Belgrano el 26 de octubre de 1965, al mando de nueve efectivos del Ejército.

Durante la travesía se emplearon dos trineos tirados por perros que debieron ser dejados en los 83° de latitud sur, y seis tractores snow-cat con trineos de arrastre.

Tres de los tractores quedaron en el camino con el fin de servir como depósitos y para ahorrar combustible que permitiera asegurar el regreso.

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Jorge Edgar Leal
Jorge Edgar Leal

 

El trayecto fue muy arduo, ya que el terreno era completamente desconocido, pues la única avanzada argentina sobre el Polo Sur había sido llevada a cabo por una escuadrilla de aviones de la Marina que sobrevoló el remoto punto geográfico.

La decidida partida de militares que encabezó Leal debió ascender sobre terrenos que se encontraban por encima de los 3.000 metros sobre el nivel del mar, y soportar temperaturas de más de 40° bajo cero.

Mediciones gravimétricas y magnéticas, observaciones meteorológicas y glaciológicas, ensayos clínicos sobre el problema del frío, comportamiento y rendimiento de equipos y otros estudios menores, fueron parte de las pruebas científicas llevadas a cabo por la expedición a lo largo del duro derrotero.

El 10 de diciembre de 1965, Leal y sus hombres alcanzaron la ansiada meta y retornaron a la Base Belgrano en el último día de aquel año, tras recorrer 3.000 kilómetros por las blancas estepas.

Argentina se convirtió en el primer país en alcanzar el hito más austral del planeta con una expedición que salió desde el Mar de Wedell.

Difícil fue la selección del personal. Esta selección -entre veteranos antárticos -, era de suma importancia.

En este sentido fue una designación muy importante la del segundo Jefe de la Patrulla de Asalto, el Capitán Gustavo Adolfo Giró, que fue anteriormente Jefe de las Bases del Ejército San Martín y Esperanza, y que cubrieron todas las tareas de preparación del viaje hasta los 82° de latitud Sur.

El Capitán Giró y sus hombres, en cumplimiento de las órdenes recibidas partieron en marzo de 1965 hacia los 82° de latitud Sur, -al pie de las primeras estribaciones de acceso a la alta meseta polar -, jalonando la ruta y montando una construcción que fue provista con cincuenta toneladas de materiales.

Antes de comenzar la larga noche polar quedó instalado el refugio que hoy se conoce como Base de Avanzada Científica Alférez de Navío Sobral.

La estación de apoyo exigió al capitán Giró y a la Dotación de la Base Belgrano, más esfuerzos de lo esperado. Un difícil campo de grietas obligó a detenerse a los hombres con el fin de estudiar y jalonar la zona, llamada más tarde Paso Saravia, que se transformó para los hombres “en un verdadero y difícil combate”.

Recién el 2 de abril de 1965 se inauguró la nueva base que tuvo como primera dotación al Teniente Adolfo Eugenio Goetz, al Sargento Ayudante Julio César Ortiz, al Sargento Primero Adolfo Oscar Moreno y al Cabo Primero Leonardo Guzmán.

En este punto se debe recordar que, gracias a su tesonero esfuerzo, Giró y sus hombres, sin distinción alguna levantaron en un verano lo que estaba previsto se construiría en dos, al punto de que el Capitán Giró solicito que se adelantara la fecha del asalto al Polo Sur.

En un radiograma Giró puntualiza que la base de avanzada contaba con los equipos, víveres y combustibles para apoyar la expedición “y estando todo listo para iniciar la marcha al Polo Sur Geográfico demorar la expedición un año más es contraproducente y puede constituir un fracaso por las siguientes causas: la masa de hielo de la barrera de Filchner está en continuo movimiento y la actual ruta, reconocida y enmarcada, puede en un plazo de dos años sufrir variantes que la anulen, perdiéndose los abastecimientos ya adelantados y el esfuerzo que ello significa”.

Temiendo un posible desprendimiento de hielo en la zona de Belgrano -en ese entonces a dos kilómetros del borde de la barrera -, Giró continuaba: “Si Belgrano sale a navegar para siempre perdemos la oportunidad de llegar al Polo Sur”.

Esta es la lista de nuestra gente que llegó al Polo Sur:

Coronel Jorge Edgar Leal (jefe del Grupo de Asalto);

Capitán Gustavo Adolfo Giró (segundo jefe / jefe de tareas científicas);

Suboficial principal Ricardo Bautista Ceppi (mecánico);

Sargento ayudante Julio César Ortíz (mecánico);

Sargento ayudante Alfredo Florencio Pérez (mecánico);

Sargento primero Jorge Raúl Rodríguez (mecánico);

Sargento primero Roberto Humberto Carrión (topógrafo);

Sargento primero Adolfo Oscar Moreno (topógrafo);

Sargento primero Domingo Zacarías (comunicaciones);

Cabo Oscar Ramón Alfonso (patrullero).

En su travesía, Leal no se apartó del sector antártico argentino, y a su llegada al Polo le valió un destacado reconocimiento de parte de Arturo Illia, entonces presidente constitucional del país.

En 1970, Leal fue designado como director nacional del Antártico, cargo que conservó por varios años, y recién en 2003 pasó a retiro como oficial del Ejército.

leal polo sur

 

El 7 de noviembre de 2013, el entonces ministro de Defensa, Agustín Rossi, condecoró a Leal con la Orden Doctor Mariano Moreno. Rossi dijo ese día: “En la historia hay ejemplos de militares comprometidos, como los generales Mosconi, Savio, el brigadier San Martín y el general Leal, quienes integraron a las Fuerzas Armadas en la planificación de la Nación”.

El general Leal vivió sus últimas cuatro décadas en un austero chalet de una esquina de Vicente López, a dos cuadras de la residencia presidencial de Olivos.

 

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