José Manuel Estrada

José Manuel Estrada, descendiente del Virrey Liniers y de la condesa de Tagle, fue, por sobre todas las cosas, un pensador católico. Por parte de madre quedó huérfano a corta edad y fue educado por su abuela, Carmen de Liniers, en el seno de una familia adinerada. Decían que sus padres servían la comida a los pobres que se agolpaban en la puerta de su quinta –hoy Arroyo y Suipacha– en bandeja de plata.

Sin poseer título universitario –era autodidacta–, fue nombrado Decano de la Facultad de Filosofía y Letras, convirtiéndose en un verdadero “maestro”.

Como historiador no se dedicó a la investigación sino a expresar sus opiniones sobre ciertos temas de nuestro pasado. Publicó Lecciones sobre la Historia de la República Argentina en 1868, donde se incluyen sus discursos, conferencias y clases. Avellaneda lo nombró profesor de Derecho Constitucional y en ese entonces publicó la revista Revista Argentina, desde donde combatió el laicismo en la enseñanza, en pugna con Sarmiento, defensor a ultranza del liberalismo europeo.

Fue rector del Colegio Nacional Buenos Aires y sus clases fueron reunidas en un volumen bajo el título La política liberal bajo la tiranía de Rosas.

Al ser destituido de sus cátedras por cuestiones ideológicas, todos los alumnos del Nacional Buenos Aires lo acompañaron espontáneamente hasta su casa, donde improvisó un discurso que muchos llevarían de por vida en sus corazones.

Con su divisa de católico redactó el manifiesto de Alem, cuando se organizó la Unión Cívica, pidiendo la libertad de pensamiento para todos los hombres dignos. “Desde las cátedras destrozadas por el despotismo, haremos tribunas para enseñar y predicar la libertad”.

Con Tristán Achaval Rodríguez, Pedro Goyena y su hermano Santiago (muerto en Madrid, enterrado en la bóveda de Ángel Estrada), fundó el diario La Unión, que sería uno de los voceros del catolicismo durante la época de secularización del país. Atacó la política liberal de Roca desde la “Acción Católica”, porque durante su primer presidencia se cortaron las relaciones con la Santa Sede, que fueron reanudadas durante su segundo gobierno.

En 1893, durante la presidencia de Luis Sáenz Peña, se desempeñó como ministro plenipotenciario en Asunción del Paraguay. Allí murió el 17 de septiembre de 1894, asistido en todo momento por su esposa, Elena Estévez.

Si la historia es la síntesis entre la tesis y la antítesis, Estrada fue la tesis cristiana.

Estrada

 

Su tumba en el cementerio de la Recoleta es monumento histórico nacional.

Su tumba en el cementerio de la Recoleta es monumento histórico nacional.

 

 

 

 

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