Jacques Cartier

Trayectoria

No se saben muchos detalles acerca de sus primeros años de vida. Hijo de Jamet Cartier y Jesselin Jansart, de la parroquia de San Vicente de Saint-Malo. Se casó el 2 de mayo de 1520 con Catherine, hija de Jacques des Granches, condestable de Saint-Malo. Un matrimonio que mejoró notablemente su condición social.

Algunos historiadores sostienen que es posible que llegara a Terranova durante alguna campaña de pesca antes de 1532, ya que la zona era conocida por los pescadores vascos y bretones.

Otros también sugieren que podría haber participado en un viaje de exploración de la costa de Brasil de la flota normanda, con pabellón de Dieppe, teniendo en cuenta:

  • de una parte, las frecuentes comparaciones que Cartier, en sus libros de viajes, hizo entre los amerindios de Nueva Francia y los de Brasil, así como por su conocimiento del portugués, ya que cuando se retiró en varias ocasiones sirvió de intérprete en lengua portuguesa;
  • de otra, la historia de la ciudad de Dieppe, que relata la navegación no sólo del capitán Jean Cousin, si no también de otros dos capitanes, Thomas Aubert y Jean Vérassen que se embarcó en Dieppe en 1508 y reconoció el San Lorenzo al que dio su nombre.

En 1532 —el año en el que el Ducado de Bretaña fue formalmente unido a Francia por el Edicto de la Unión— cuando estalló una guerra entre la corona de Portugal y los armadores normandos a lo largo de Brasil, Cartier fue presentado al rey Francisco I por Jean Le Veneur, obispo de Saint-Malo y abad del Mont-Saint-Michel, en Manoir de Brion. Le Veneur evoca los viajes que Cartier ya había hecho “en Brésil et en Terre-Neuve” (en Brasil y Terranova) como prueba de la capacidad de Cartier “de conduire des navires à la découverte de terres nouvelles dans le nouveau monde” [“llevar los barcos al descubrimiento de nuevas tierras en el Nuevo Mundo”.

El rey había invitado en 1524 (aunque no formalmente encargado) al explorador florentino Giovanni da Verrazzano a comandar una expedición a la costa oriental de América del Norte en nombre de Francia. (También se cree que Cartier podría haber acompañado a Verrazzano en esa expedición, que exploró la costa desde Carolina del Sur hasta Nueva Escocia e islas como la de Terranova).

Primer viaje (1534)

En 1534, el rey le encomendó el mando de una expedición con la esperanza de descubrir un Paso del Noroeste a los ricos mercados de Asia. Según el encargo, iba a “descubrir ciertas islas y tierras en donde se dice que se encuentran gran cantidad de oro y otros objetos preciosos”. Partió el 20 de abril de Saint-Malo, comandando una flota de solo dos barcos y 61 hombres y le llevó veinte días cruzar el océano.

El 10 de mayo arribó a las costas de Terranova, en Bonavista y fondeó en el puerto de Santa Catalina. Bordeó la isla en dirección norte y durante una parada en las “isla de las Aves” (ahora isla Funk), su tripulación sacrificó en torno a 1 000 aves, la mayoría de ellas de la especie alca gigante (ahora extinta), ahumando entre cinco y seis toneladas de carne. Siguió hacia el norte y encontró el estrecho de Belle Isle, por el que se internó en dirección suroeste accediendo al interior del golfo de San Lorenzo. Costeó la isla de Terranova por su vertiente occidental, descubriendo el archipiélago de las islas de la Magdalena. Siguió luego en dirección sureste hasta llegar a la isla del Príncipe Eduardo y luego bordeó la costa oriental de la península de Gaspesia. Cartier tuvo el primero de dos encuentros con los pueblos aborígenes de Canadá en el lado norte de la bahía des Chaleur, seguramente con micmacs, unos breves encuentros en los que realizaron algún intercambio comercial.

Segundo viaje (1535-36)

El segundo viaje tuvo lugar en 1535-36. La expedición constaba de 110 hombres y tres navíos: La Grande Hermine (120 toneladas), la nave en la que iba Cartier; el Petite Hermine (60 toneladas), al mando de su cuñado Macé Jalobert; y el Emerillon (40 toneladas), a cargo de Guillaume, el bretón. Se previeron quince meses de víveres. Los dos nativos del primer viaje iban de vuelta, hablando ambos ya el francés.

Partieron el 19 de mayo y volvieron a realizar la misma travesía del primer viaje, aunque desde el incio los barcos fueron separados por las tormentas. Arribaron a la isla de los Pájaros y de nuevo se internaron por el estrecho de Belle Isle, siguiendo esta vez bordeando la costa septentrional y cruzando el estrecho de Jacques Cartier, entre la isla de Anticosti y el continente. En Anacosti (en ese momento consagrada a San Lorenzo) los tres barcos se reunieron de nuevo y gracias, a los consejos de los dos nativos, lograron navegar remontando el estuario del San Lorenzo y luego el curso del río San Lorenzo, descubriendo que se trataba de un río al comprobar que el agua era dulce. El 7 de septiembre llegaron frente a la aldea iroquesa de Stadacona. Allí Cartier volvió a reunirse con el jefe Donnacona, que trató de disuadir a los franceses de seguir remontando el río, ya que quería conservar el monopolio comercial en el río. Cartier no aceptó, liberó a sus dos hijos y decidió seguir sin guías e intérpretes.

Tercer viaje (1541-42)

Donnacona comprendió que era lo que están buscando los franceses, oro, gemas, especias, y les describió lo que desebaan escuchar, el mitológico reino de Saguenay, y Francisco I, a pesar de sus preocupaciones militares por las disputas con Carlos I, se deja convencer para pertrechar una tercera expedición exploratoria, pero en ningún momento los franceses parecen decididos a establecer una colonia. Donnacona muere hacia 1539, al igual que otros iroqueses, otros se casaron y ninguno regresará a su tierra.

Sin embargo, Francisco Ie cambio de estrategia y el 17 de octubre de 1540 ordenó a Cartier regresar a Canadá para dar paso a un proyecto de colonización del que sería “capitán general”, con dos objetivos principales: la colonización y la difusión de la fe católica. Sin embargo, el 15 de enero de 1541 Cartier se vio sustituido por Jean-François de la Rocque de Roberval, un corredor de hugonotes y amigo personal del rey, que fue nombrado primer teniente general del Canadá francés. Roberval fue el encargado de dirigir la expedición con Cartier como principal navegante. Mientras Roberval esperaba por la artillería y suministros, dio permiso a Cartier para que navegase por delante con sus barcos: se preparó la expedición, armaron cinco barcos, embarcaron ganado y liberaron prisioneros para convertirlos en colonos.

El 23 de mayo Cartier partió de Saint-Malo en su tercer viaje con esas cinco naves. Esta vez, se había olvidado cualquier idea de encontrar un paso hacia el Oriente y los objetivos eran ahora encontrar el reino de Saguenay y sus riquezas y establecer un asentamiento permanente a lo largo del río San Lorenzo. Tras una calamitosa travesía consiguió llegar a Stadaconé en agosto, llegando de nuevo a la aldea tras tres años de ausencia. El reencuentro fue cálido a pesar del anuncio de la muerte de Donnacona, pero luego las relaciones se deterioraron hasta el punto de que Cartier decidió instalarse en otro sitio. Navegó a vela unas millas río arriba a un lugar que en el anterior viaje había observado y decidió instalarse en la confluencia del río San Lorenzo con el río del Cabo Rojo, el sitio de la actual Cap-Rouge (Quebec). Los condenados y los otros colonos fueron desembarcados, el ganado que había sobrevivido a tres meses a bordo de los buques quedó libre y se sembraron pequeños huertos con semillas de col, nabo y lechuga. Se fortificó el asentamiento, que fue nombrado como Charlesbourg-Royal y también se erigió otro fuerte en el acantilado, con vistas al asentamiento, para mayor protección.

Muerte

Cartier asume mando de esta expedición, y por lo tanto su cuarto viaje (1543) de los cuales no tenemos detalles. Una vez que cruzó el mar no más, pero se retiró a su mansión de Limoilou, cerca de Saint-Malo, donde permaneció hasta su muerte.

Ultimos Artículos

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

TE PUEDE INTERESAR

    SUSCRIBITE AL
    NEWSLETTER