Charles Dickens se fue de Portsmouth en la infancia. Desde 1822 vivió en Londres, hasta que, en 1860, se mudó permanentemente a una casa de campo cerca de Chatham. Sus orígenes fueron de clase media. Su padre, un empleado de la oficina de pagos de la marina, tenía un buen sueldo, pero su extravagancia e ineptitud a menudo arrastraban a la familia al desastre. Algunas de sus anécdotas se volvieron parte del personaje Sr. Micawber, de la novela parcialmente autobiográfica David Copperfield. La educación de Charles, interrumpida y poco brillante, terminó a los 15 años. Se convirtió en empleado de la oficina de un abogado, luego en taquígrafo en los tribunales de justicia y, finalmente, como otros miembros de su familia, en reportero parlamentario y periodístico. Estos años lo afectaron con el periodismo y lo cargaron de desprecio tanto por la ley como por el Parlamento.
Muy atraído por el teatro, Dickens casi se convierte en actor profesional en 1832. En 1833 comienza a contribuir con historias y ensayos descriptivos a revistas y periódicos que fueron bien recibidos. Durante 1836 escribió dos obras de teatro y un folleto sobre un tema de actualidad (cómo se debería permitir a los pobres disfrutar el sábado) y, renunciando a su trabajo en el periódico, se comprometió a editar una revista mensual, Bentley’s Miscellany, en la que serializó a Oliver Twist. (1837-39). Ya había nacido el primero de sus nueve hijos, se había casado en abril de 1836 con Catherine, la hija mayor de un respetado periodista escocés.
La seguridad en su escritura y su ambición artística aparecieron con Oliver Twist. Que, aunque contiene algo de comedia en su trama, se interesa mayormente por el mal social y moral (las casas de trabajo y el mundo criminal); culminando con el asesinato de Nancy y Fagin en la celda de Newgate. Este último episodio fue representado de manera memorable en un grabado de George Cruikshank.
La permanencia y circulación de sus escritos se debió en parte, a la facilidad con que pestos podían adaptarse a la puesta en escena. Llegó a haber 20 teatros de Londres produciendo simultáneamente adaptaciones de su última historia. Lo que llevó a que las personas que no leían sus libros también estuviesen familiarizadas con sus obras.
Un cuento de Navidad (A Christmas carol), fue concebido y escrito de repente en unas pocas semanas a fines de 1843, fue el primero de una serie de libros de Navidad (un nuevo género literario creado de manera incidental). El gran mito navideño de la literatura moderna fue un logro extraordinario, un desechado mientras se dedicaba a escribir Chuzzlewit.
A Christmas Carol de Charles Dickens – Frontispicio de la primera edición de 1843, con ilustraciones de John Leech.
Las ambiciones periodísticas de Dickens finalmente encontraron cauce en las revistas Household Words (1850-59) y su sucesor, All the Year Round (1859-88). Populares apariciones semanales con ficción, poesía y ensayos sobre una amplia gama de temas, que tuvieron una circulación sustancial, alcanzando 300,000 para algunos de los números de Navidad. Otros distinguidos novelistas contribuyeron con publicaciones seriadas, como Elizabeth Gaskell, Wilkie Collins, Charles Reade y Edward George Bulwer-Lytton.
A pesar de estar cansado y enfermo, Dickens se mantuvo inventivo y aventurero en sus últimas novelas. Historia de dos ciudades (1859) fue un experimento. Una narrativa emocionante y compacta, pero carece de muchas de los acostumbrados puntos fuertes para contarla entre sus principales obras. Las escenas de la Revolución Francesa son vívidas, aunque superficiales en la comprensión histórica. Our Mutual Friend (1864-65), la última novela completa de Dickens, continúa siendo crítica de los valores monetarios y de clase. Londres es ahora más sombría que nunca, y la corrupción, la complacencia y la superficialidad de la sociedad “respetable” son ferozmente atacadas. Muchos elementos nuevos se introducen en el mundo ficticio de Dickens, lo que hace que la novela sea grande e inclusiva.
Como hubiera sido la deriva del inconcluso El misterio de Edwin Drood (1870) es incierto. Aquí, nuevamente, Dickens abandona la ficción panorámica para concentrarse en una acción privada de carácter limitado. Evidentemente, la figura central era John Jasper, cuya respetabilidad eminente como organista de la catedral contrastaba en extremo con sus inquietantes casas de opio, derivas sexuales y asesinato. Hubiera sido su trabajo más elaborado en torno al crimen, el mal y la anormalidad psicológica que se repiten a lo largo de sus novelas. El Gran celebrador de la vida, también estaba obsesionado con la muerte. Su gira de lecturas por Estados Unidos se terminó de repente cuando, en abril de 1869, se derrumbó. Comenzó a escribir otra novela y dio una corta temporada de lecturas de despedida en Londres, que terminó con el famoso discurso: “De estas luces chillonas, desaparezco ahora para siempre …”, palabras repetidas, menos de tres meses después, en su tarjeta de funeral. Murió repentinamente en junio de 1870 y fue enterrado en la Abadía de Westminster.
