Gordon Stewart Northcott nació en Saskatchewan (Canadá) pero se crió en la Columbia Británica. Fue hijo de George Cyrus Northcott y de su esposa, Sarah Louise. Gordon se mudó a Los Ángeles, California (Estados Unidos) con sus padres en 1924.
Northcott era un granjero de corazón. Su mayor ambición era poseer una granja propia. Ahorró un par de años y compró una parcela en Wineville, California. Allí construyó una granja de pollos con la ayuda de su padre, quien estaba en el negocio de la construcción.
ara 1926, el sitio estaba listo. Sin embargo, había otro motivo para la deseada independencia de Northcott: a lo largo de los años, había desarrollado una enfermiza atracción sexual por los niños. Según declararía años después, gozaba al fantasear con cuerpos infantiles desnudos, violentados por él. Primero de manera tímida y después dando rienda suelta a su obsesión, Northcott fue transformándose en un depredador sexual.
Northcott se sentía atraído sexualmente por su sobrino, Sanford Clark, de trece años de edad, quien vivía con él. El niño se vio obligado a enviar cartas a su hermana mayor, Jessie, diciéndole que estaba muy bien en la granja de Northcott. Pero en realidad era violado casi todas las noches y obligado a ayudar en las tareas más pesadas.
Cuando se hartó del chico, Northcott decidió arriesgarse y comenzó a buscar niños con los cuáles satisfacer sus impulsos sexuales. Le resultó extremadamente difícil acercarse a los chicos y conseguir que alguno accediera a acompañarlo. Desesperado, decidió echar mano de la violencia……. Northcott comenzó a secuestrar niños.
El modus operandi utilizado por el perverido jóven de treinta años consistía en recorrer con una vieja furgoneta las rutas próximas a Wineville, y aún las calles de ciudades más distantes.
Cuando avistaba a algún niño que intuía apto a sus fines -y lo suficientemente ingenuo como para subirse a un vehículo con un desconocido- descendía del rodado y le soltaba al infante la primera historieta que le venía a la cabeza. Por ejemplo, le aseguraba que sus padres estaban internados tras sufrir un accidente y que a él lo habían enviado para llevar al chico al hospital. Como siempre iba acompañado de otro menor ( que era su sobrino de 16 años, Clark, a quien éste mantenía amenazado) la presencia de aquél tranquilizaba a los jovencitos, los cuales acababan por aceptar subirse a la fatídica camioneta conducida por el monstruo.
Los llevaba a bordo de su camioneta hasta su granja donde después los guiaba al gallinero y era aquí en donde procedía a amarrarlos. Los desnudaba, acariciaba torpemente los cuerpos infantiles y después los violaba. Al principio se limitaba a amenazarlos y los dejaba irse. Pero después, abrigó el temor de que alguno de esos niños pudiera denunciarlo, así que decidió conservar a los chicos secuestrados.
Su gallinero empezó a llenarse de niños. Veinticuatro chicos serían la lista total de sus víctimas. Los mantenía atados y disfrutaba acudiendo allí por las noches, seleccionando a uno o dos de ellos, llevándolos a la habitación de junto para golpearlos y violarlos, llegaba a ser tan sádico que incluso violaba a su víctima delante de los otros niños para infundir el terror. Esta práctica le resultó más agradable, pues ya no tenía que arriesgarse a buscar nuevas víctimas tan seguido. Northcott llegó a tener a diez o doce niños secuestrados, de los cuales abusaba continuamente.
Tantos era los que secuestraba que llegó un punto en que las continuas desapariciones de niños levantaron una ola de inquietud entre la gente de las cercanías y las autoridades comenzaron a investigar. Aparecieron notas en los periódicos y se sintió inseguro. Si alguno de los niños escapaba sería el final para él.
Uno creería que al verse en esta difícil situación, Northcott empezaría a ser más cuidadoso e incluso disminuiría sus ataques en contra de los niños……..pero no…..el monstruo que tenía adentro se estaba descontrolando y su mente enfermiza pronto se pondría en marcha para aumentar el nivel de sadismo.
Varios días después, recibió una llamada telefónica de su madre, Sarah Louise Northcott. Ella le dijo que iría a visitarlo a la granja y que iba a permanecer durante unos días con él.
Northcott liberó a la mayoría de los chicos que había secuestrado, llevándolos de regreso al pueblo de Wineville y amenazándolos para que no hablaran. Pero al final no pudo con su genio y se quedó con cuatro niños a quienes mantuvo amarrados, amordazados y escondidos en los gallineros para su disfrute personal: eran dos hermanos, Lewis y Nelson Winslow, de doce y diez años de edad, secuestrados en Pomona el 16 de marzo de 1928; un niño mexicano de quien nunca se averiguó su nombre y otro niño llamado Walter Collins. Los hermanos Winslow
La madre de Northcott ya sospechaba de que su hijo era un pederasta y lo comprobó cuando fue al gallinero y se encontró con los cuatro niños atados. De inmediato reconoció al niño Collins que era un conocido. Desesperada, la madre de Northcott por le sugirió a su hijo que matara a éste niño para que no lo delate y que lo haga acompañado de su pequeño sobrino Clark para que éste sea cómplice……Northcott accedió.
Fue al gallinero llevando el hacha que utilizaba para decapitar a las gallinas e hizo que su pequeño sobrino fuese quien matase a Collins. El pequeño, al no tener fuerza, die varios golpes entre llantos pero no logró matar al niño, luego probó la madre y al final el mismo Northcott fue quien dio el golpe de gracia para terminar decapitando al pequeño Collins.
Mientras el niño Collins era asesinado, su desaparición recibía atención nacional y la policía de Los Ángeles hizo un seguimiento de cientos de pistas sin éxito. La policía, ante la publicidad negativa y el aumento de la presión pública para resolver el caso, se mostraba desesperada. La presión de la madre del niño, Christine Collins, era mucha y el asunto comenzaba a politizarse por lo que la policía confeccionó un macabro plan para mejorar su imagen.
La policía aviso a Christine y a los medios de prensa de que habían encontrado a su hijo, la madre se encontró con el niño pero resultó ser un impostor que se parecía a su hijo, la misma se quejó pero la policía la obligó a tomarse una foto abrazada con el niño bajo amenazas, al final la misma accedió por el temor.
Tres semanas después, Collins volvió al departamento de policía a quejarse, por lo que fue encerrada en un manicomio en donde recibió maltratos, electrochoques y golpizas para que firmase una confesión en donde reconocía al niño como su hijo. Pero 10 días después fue liberada ya que el niño impostor escribió una confesión y los medios se enteraron. Collins demandó al departamento y dejó al descubierto la enorme corrupción de la policía.
Mientras esto sucedía, La sed de sangre se había apoderado de Northcott, que de pederasta, violador y secuestrador se había convertido en infanticida ya que al final terminó por golpear, decapitar y quemar las cabezas de los otros tres niños restantes para luego hacerlos añicos, cavó fosas y los enterró en lugares cercanos al gallinero aplicándoles cal viva para acelerar la descomposición.
Los padres de los hermanos conservarían siempre el cuarto de sus hijos intacto.
Cuando los niños fueron asesinados, la madre de Northcott volvió a Canadá, dejando de nuevo a su hijo solo con su sobrino Clark………Pero entonces algo ocurrió. Jessie, la hermana mayor de Clark, dijo a la policía acerca de sus sospechas de que su hermano era maltratado por Northcott.
En septiembre de 1928, la policía de Los Ángeles llegó a la granja de Northcott en Wineville. Mientras se dirigían hacia allá, Gordon Northcott los vio. Supuso que iban por él y decidió escapar: huyó en su camioneta rumbo a Canadá, para cruzar la frontera. Mientras tanto, la policía encontró a el pequeño Clark en el rancho y lo pusieron bajo custodia. El niño se asustó al ver a los agentes. Supuso que se estaban allí a causa de los asesinatos…………y Clark les contó toda la macabra historia a los policías.
Los policías no podían creer lo que escuchaban y terminaron por pedirle al niño que les muestre donde estaban los cuerpos. Clark los guió y empezaron a cavar hasta que dieron con los restos humanos y se dio la alarma. Durante la investigación del asesinato, la policía descubrió tres tumbas. También descubrieron algunos efectos personales de los tres niños desaparecidos, el hacha manchada de sangre, restos de cabello y los dedos de las víctimas enterradas por Northcott y cubiertas con cal.
Para entonces, Sanford Clark había realizado una extensa declaración sobre los asesinatos y además tuvo que ver una larga serie de fotografías, para identificar a aquellos niños que hubieran sido secuestrados por Northcott. Entre ellos, señaló a Walter Collins y a los hermanos Winslow.
La policía había pedido la extradición de Sarah Louise y se había girado una orden de aprehensión contra Gordon Stewart Northcott, quien seguía fugitivo. Fue a refugiarse a casa de su hermana, quien se enteró de la búsqueda policíaca y lo denunció. La policía canadiense llegó a arrestarlo y Northcott no opuso resistencia. Fue interrogado durante largas jornadas. Finalmente, aceptó sus crímenes e inculpó a su madre y a su sobrino.
Los periódicos publicaban notas todos los días sobre los “asesinatos del gallinero” y bautizaron a Gordon Stewart Northcott como “El Asesino del Gallinero”.
La madre de Northcott fue sentenciada a cadena perpétua pero fue liberada 12 años después debido a su avanzada edad.
Tras mucho deliberar, un jurado determinó que Sanford Clark tenía poco de victimario y mucho de víctima; a fin de cuentas, había sido obligado por Northcott, quien lo había violado y golpeado por años. El chico fue sentenciado a cinco años de prisión, recluido en una institución especial y liberado poco tiempo después.
El 8 de febrero de 1929, Gordon Stewart Northcott “El Asesino del Gallinero” fue declarado culpable de tres asesinatos, y el día 13 el juez lo condenó a ser ahorcado……al final, a Northcott no le importó, ya que le encantaba llamar la atención de los medios y se reía durante todo momento.
Christine Collins visitó a Northcott en la prisión para hablar con él y preguntarle sobre su hijo. Northcott estuvo contradiciéndose durante toda la entrevista por lo que la final Christine llegó a la conclusión de que el asesino estaba loco y de que tal vez su hijo estaría vivo. Collins buscó desesperadamente a su hijo hasta los últimos días de su vida pero nunca lo encontró.
El día de su ejecución, como un último detalle macabro, antes de que el verdugo accionara la palanca para abrir la compuerta que dejaría caer su cuerpo, Northcott gritó a la gente ahí reunida que por favor dijera una plegaria por él. Excepto el capellán de la prisión, nadie más lo hizo. Gordon Stewart Northcott “El Asesino del Gallinero” fue ejecutado el 2 de octubre de 1930, dentro de los muros de la Prisión de San Quintín, donde también fue sepultado.
Texto extraído del sitio: https://www.3djuegos.com/comunidad-foros/tema/8491914/0/gordon-northcott-el-asesino-del-gallinero/