Desde 1948, la ONU define “genocidio” como “cualquiera de los actos mencionados a continuación perpetrados con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso”:
- a) Matanza de miembros de dicho grupo;
- b) Lesión grave a la integridad física o mental de miembros del grupo;
- c) Sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que deriven en su destrucción física, total o parcial;
- d) Medidas destinadas a impedir los nacimientos en el seno del grupo;
- e) Traslados por la fuerza de niños del grupo hacia otro grupo.
Esta definición fue creada con propósitos legales y fue promulgada para posibilitar los procesos penales, no para entender el fenómeno en sí. Es una definición demasiado amplia en teoría y quizá algo restringida en la práctica. De hecho, bajo esta óptica, solo el Holocausto y las matanzas de Bosnia y Ruanda han sido reconocidos como genocidios por los tribunales internacionales.
Tras medio siglo de debates acerca del significado de “genocidio”, lo más apropiado es definirlo como el intento de exterminar un grupo étnico mediante el uso de la violencia. Definamos “etnia” como la identidad de un grupo sobre la que no se tiene ningún control: uno nace en el seno de dicho grupo, comparte la identidad con su familia y nada ni nadie puede cambiar eso a lo largo de la vida. En definitiva, genocidio es la matanza de un pueblo basándose en su ascendencia y no en su religión, riqueza, educación o creencias políticas; es decir, nada que pueda ser adquirido.
Una característica casi definitoria de genocidio es el decidido ensañamiento con el que los agresores u opresores exterminan o erradican a sus víctimas. Los agresores no se contentan con matar solamente a aquellos que se rebelan o resisten, sino que buscan eliminar a todos: hombres, mujeres, niños, bebés; basta con que pertenezcan al grupo étnico que es agredido. No hay clemencia que valga; quizá alguna excepción pueden ser algunas mujeres jóvenes, a las que se les perdona la vida para ser violadas y esclavizadas.
El genocidio de los indios americanos nativos fue especialmente notable y atroz. Más de 20 millones de personas murieron a manos de los conquistadores europeos, a punto tal de que cientos de tribus directamente desaparecieron (y con ellos su lengua y su cultura), desde los apalaches hasta los araucanos, durante todo el tiempo que duró la “conquista” americana.
Las pautas y secuencias de erradicación de las distintas tribus era bastante parecida: los primeros visitantes blancos eran recibidos con cautelosa hospitalidad. El contacto con los europeos no tardaba en infectar a los nativos con enfermedades para los que no estaban preparados inmunológicamente; después, los europeos (fueran estos soldados, colonos, mineros, etc.) atacaban a las tribus (tenían armas de acero, entre otras ventajas) en busca de mano de obra esclava y provisiones. Los indios a su vez les robaban caballos y herramientas (factores de ventaja de los europeos), los ladrones eran ejecutados, los nativos se vengaban, la espiral llevaba a la guerra. Los blancos decidían que la única solución era expulsar a los nativos definitivamente. Los indios que aceptaban cooperar eran rodeados y enviados a otros lugares, alejados y menos favorables; los que no cooperaban eran eliminados. A lo largo del tiempo, los últimos miembros de cada tribu terminaban siendo casi como una curiosidad triste y morían sin perpetuar su cultura ni su linaje; lo que se dice un exterminio a lo largo del tiempo.
Genocidio congolés (entre 1865 y 1909). Responsable de la muerte de casi 10 millones de personas en el Estado Libre del Congo, por entonces colonia belga bajo dominio del rey Leopoldo II.
El Holocausto. Entre 1933 y 1945, más de seis millones de judíos fueron exterminados. El Holocausto es el único acontecimiento histórico que no puede dejar de ser llamado genocidio, ya que justamente la palabra “genocidio” se acuñó en 1944 con el objetivo concreto de describir lo que Hitler y sus secuaces estaban haciendo en Europa en la WWII. De hecho, aún hoy muchos utilizan ese término para describir actividades criminales que les recuerdan el Holocausto, sin tener en cuenta si se ajustan a la estricta definición de genocidio de la ONU.
Holodomor (“matar de hambre”). Conocido también como “el Holocausto ucraniano”. Entre 1932 y 1933, aproximadamente 4.200.000 personas murieron en la “hambruna del terror” creada por Stalin durante la restructuración (“colectivización de la tierra”, según la definió). Si se tiene como referencia la definición jurídica de genocidio, correspondería aplicarla aquí, al haber fuertes indicios de que se trató de una hambruna artificial creada por el régimen soviético de Stalin. La hambruna no fue causada por el caos ni por fallos, sino por la política de “rusificación” de Ucrania que incluía la supresión del idioma ucraniano, sus costumbres y cultura. Muchos millones más de personas fueron muertas en los gulags, los distintos campos de prisioneros y la represión salvaje de Stalin, pero esta enorme cantidad de muertes pueden ser consideradas “políticas”. Eufemismos, digamos.
Bangladesh. 1.500.000 (algunos estudios dicen que quizá hasta 3 millones) personas fueron exterminadas por los pakistaníes en 1971 en el marco de la guerra de liberación de Bangladesh que motivó el genocidio por parte de Pakistán.
Genocidio armenio. Entre un millón y medio y dos millones de armenios fueron perseguidos y asesinados a manos del Imperio otomano entre 1915 y 1923. Masacres brutales se combinaron con deportaciones en condiciones extremas que llevaban a la muerte a muchos de los deportados. Como resultado directo del genocidio, la diáspora armenia fue formando comunidades por todo el mundo. Aún hoy Turquía no reconoce el genocidio como tal.
Genocidio de Ruanda. Casi un millón de tutsis fueron masacrados por los hutus en 1994. La Interahamwe, fuerzas militares hutus, mataron por doquier sin miramientos, en un genocidio que comenzó después de un avión derribado (en forma aún no establecida) en el que viajaban los presidentes hutus de Burundi y Ruanda, que venían de firmar un tratado de paz con… rebeldes tutsis.
Gitanos. Los nazis calificaron a los gitanos como una “raza subhumana” y los exterminaron sistemáticamente porque les adjudicaban la reputación de sr delincuentes congénitos. Mataron a más de 500.000 durante la guerra, entre 1940 y 1945.