Joseph Beuys, un ex piloto de guerra que había sido gravemente herido durante un accidente de aviación, estuvo a punto de morir congelado cuando su avión cayó en Crimea. Fue rescatado y su cuerpo envuelto en grasa y fieltro, dos elementos que aparecerán en sus obras en forma recurrente. Beuys inició el movimiento neodadá Fluxus. En Cómo explicar los cuadros a una liebre muerta (1965), el pintor le hablaba, justamente, a una liebre muerta que tenía entre sus brazos sobre las ideas que condujeron a la génesis de su obra.
Años más tarde, repitió la experiencia, pero esta vez con un coyote vivo en la obra I like America and America likes me (A mí me gusta América y yo le gusto a América).
En 1967, fundó el Partido Alemán de Estudiantes, que en 1971 pasó a llamarse Organización para la Democracia por Referéndum. Esta orientación política considera la posibilidad de una democracia directa más allá del comunismo y el capitalismo. “Ansiaba salir completamente fuera e interpretar un inicio simbólico para mí de regenerar la vida de la humanidad en el seno de la sociedad y preparar un futuro positivo en este contexto”. El el Manifesto “Fluxus”, Beuys pedía liberar al mundo de la “enferma cultura burguesa, intelectual y comercial”. Como muchos artistas pop, Beuys pretendía erradicar los elementos que “interferían” entre el artista y el público.
No debían existir ni agentes, ni museos, ni marchants. Para él, la política era solo una forma más de plantear a los espectadores una nueva forma de pensar.
Extracto del libro La Marea de los Tiempos (Olmo Ediciones).