El Expediente Hoover

Se convirtió en el personaje más poderoso, a la par que temido, de Estados Unidos. Fue un colosal manipulador que consiguió dominar a todo un país durante casi cincuenta años desde su cargo al frente del FBI. Sobrevivió a ocho presidentes y se convirtió en un mito tan polémico como enigmático. Su peculiar percepción del mundo hizo de él un ególatra empecinado en hallarse en posesión de la verdad absoluta.

J. Edgar Hoover fue un visionario, que vislumbró la importancia de los medios de comunicación y supo utilizarlos en beneficio propio, creándose una biografía de héroe. Descubrió que los secretos ajenos y sobre todo la vida íntima de las personas constituían una información de incalculable valor y dedicó su existencia a hacerse con los archivos personales de todos aquellos que merecía la pena controlar. Sospechosos delincuentes, comunistas (por los que sentía particular aversión), artistas de la farándula, políticos, estrellas de Hollywood, e incluso presidentes. Nadie escapaba de sus poderosos tentáculos.

En nombre de su querida América, y revestido de un patriotismo innegable, llegó a tener más poder que el propio presidente del país. Así, durante casi medio siglo al frente de la Agencia de Investigación Federal intervino en la historia de Estados Unidos en momentos tan decisivos como la ley seca, la caza de brujas, la Gran Depresión, la Segunda Guerra Mundial, la Guerra Fría, el Movimiento de los Derechos Civiles o el escándalo Watergate.

El infame y temido J. Edgar Hoover, gran capo del FBI, guardó su intimidad tan celosamente como se obcecó en escudriñar la ajena. Estos son algunos de sus más ocultos secretos:

– Su padre, Dickerson Hoover, fue recluido en una institución mental en la que pasaría sus últimos ocho años de vida tras padecer una grave crisis nerviosa.

– Su madre, Annie M. Scheitlin, era una mujer fuerte y dominante de fuertes convicciones religiosas. Hoover fue educado de acuerdo con un rígido presbiterianismo. Su complejo de Edipo pudo determinar su supuesta homosexualidad.

– Al fallecer su padre, Hoover tuvo que dejar la escuela. Trabajó para ayudar a su familia como chico de los recados en la Biblioteca del Congreso.

– En 1917, tras graduarse en Derecho, un tío suyo juez le “enchufó” en el Departamento de justicia.

– El fiscal general Alexander M. Palmer, le fichó como asistente personal. Durante dos años Hoover organizó el arresto y deportación de los sospechosos de ser comunistas en EE.UU. Ello explicaría su posterior colaboración durante la caza de brujas, junto al también tenebroso senador McCarthy

– Gran visionario, inventó en 1926 el archivo centralizado de huellas dactilares. El del FBI con el tiempo se convertiría en el más grande del mundo.

– Fue el primero en contratar universitarios como agentes, incorporando a químicos, informáticos y grafólogos.

– Durante la Guerra Civil Española las Brigadas Internacionales fueron investigadas por el FBI, concretamente la Brigada Abraham Lincoln, organizada en Estados Unidos, por la ideología comunista de sus integrantes.

– Apoyó la producción de películas como FBI contra el imperio del crimen protagonizada por James Cagney, con quien guardaba cierto parecido.

– Hizo investigar a Abbot y Costello, la pareja de humor más famosa de Estados Unidos en los años 50, de quienes descubireron que coleccionaban pornografía y contrataban a prostitutas.

Charles Chaplin y Marilyn Monroe engrosan algunos de los archivos más extensos. Ella, por su matrimonio con el “comunista” Arthur Miller y por sus relaciones amorosas con los Kennedy, eternos rivales de Hoover. Chaplin, por su supuesto comunismo.

– Los expedientes de los archivos personales del jefe del FBI, destruidos en parte por su secretaria, contenían desde cartas manuscritas hasta grabaciones de infidelidades de tan variopintos personajes como el presidente Kennedy o Martin Luther King. Sobre el asesinato de este último en 1968, se murmuraba que había sido objeto de sonada celebración en la Agencia.

– Frank Sinatra, cuyo archivo llegó a tener 1.275 páginas, fue un habitual objeto de investigación por sus supuestas orgías celebradas en compañía del presidente Kennedy. Ignorando la obsesión de Hoover por su persona, Sinatra se ofreció a trabajar encubiertamente para el FBI en 1950. Su propuesta, obviamente, fue rechazada. En 1964, la agencia resolvería el secuestro de su hijo.

– Tras el secuestro del bebé del famoso aviador Charles Lindbergh, considerado el crimen del siglo, Hoover se mostró descontento con el resultado de la investigación. El culpable del homicidio se declaró inocente y se impulsó la llamada Ley Lindbergh, que convirtió los secuestros en un delito federal.

-Su presunta homosexualidad y su comentada inclinación a vestir ropa de mujer en la intimidad jamás han sido demostradas. Pero sí es conocido que vivió sus últimos años con su ayudante, Clyde Tolson, junto al que gustaba de almorzar a diario en el hotel Mayflower y al que nombró su único heredero.

Estos son los aspectos más sombríos que hasta ahora se han ido revelando sobre la controvertida personalidad del jefe del FBI pero ¿conoceremos algún día todas las verdades ocultas de Hoover? ¿Existe un expediente Hoover en algún rincón de los kilométricos archivos que él se empeñó en crear?

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