Maquiavelo, el padre de la política

Maquiavelo está considerado como el fundador del pensamiento político moderno. Su papel en la política florentina fue clave en el caos político de la Italia renacentista. Nació en Florencia el 3 de mayo de 1469 en una familia, los Machiavelli, que no se contaban entre los signori, los grandes nobles de la ciudad. Creció durante la época de Lorenzo de Medici, apodado el Magnífico, y recibió una esmerada educación que alimentaba con la lectura de los clásicos griegos y latinos, que llegaría a conocer con profundidad.

Saltó a la política justamente con la caída en desgracia de los Medici en la urbe italiana. Los nuevos líderes de Florencia, los signori, concedieron a Maquiavelo un cargo público por sus conocimientos de los clásicos, su retórica, su talante negociador y su ingenio. Cualidades que resultarían muy útiles en la Italia convulsa de esos tiempos.

Maquiavelo ocupó dieciocho años ese cargo, viajando de aquí para allá y ganándose el prestigio y la confianza de sus subordinados. Sin embargo, tendía a olvidar a quién debía su cargo. Casi nunca agradecía los favores que los nobles le habían otorgado y estos no se lo perdonarían.

En 1509, Florencia se decidió a crear un ejército propio para no depender de los mercenarios, siempre dispuestos a cambiar de bando por una buena cifra. Maquiavelo era un incansable defensor de esa decisión, incluso fue nombrado para dirigir la magistratura de defensa de la ciudad. Sin embargo, los signori temían que la medida menguara su poder y, poco a poco, la animadversión hacia Maquiavelo se incrementó.

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Lorenzo el Magnífico gobernaba la Florencia en la que creció Maquiavelo

Lorenzo el Magnífico gobernaba la Florencia en la que creció Maquiavelo

La caída del pensador

La suerte pronto cambió para Maquiavelo. En 1511, se formó la Liga Santa con el objetivo de expulsar de Italia a los franceses, que gozaban de excelentes relaciones con Florencia.

Además, uno de los cardenales más poderosos de Roma, Juan de Medici, estaba dispuesto a restaurar a su familia en el poder de la república.

Al año siguiente, los franceses abandonaban Italia y se exhortó a los florentinos para que admitieran de nuevo a los Medici. El gobierno de la República de Florencia se negó y, poco después, los ejércitos de la Liga Santa la aplastaban. Los Medici volvían a controlar Florencia.

Casi inmediatamente, Maquiavelo fue cesado de todos sus cargos, acusado de traición, encarcelado, condenado a muerte y milagrosamente indultado. Decidió instalarse en el campo con su familia a la espera de que las cosas mejorasen. Allí escribió su obra El príncipe , en la que vertió todos sus conocimientos sobre política, y envió diversas copias tanto a los Medici como a sus amistades, pero ninguno de ellos quiso saber nada.

La estrella de Maquiavelo había cambiado. Aunque los Medici sí que le concedieron cargos públicos de relativa importancia, nunca recuperó su prestigio. Finalmente, en junio de 1527 moría en su Florencia natal.

Los amplios conocimientos de Maquiavelo sobre política y la magnitud de sus obras han hecho se le atribuyan montones de citas. Algunas ni siquiera le pertenecen. Te dejamos con diez citas auténticas de Maquiavelo:

1. “La naturaleza de los pueblos es muy poco constante: resulta fácil convencerles de una cosa, pero es difícil mantenerlos convencidos”.

2. “A los hombres se les ha de mimar o aplastar, pues se vengan de las ofensas ligeras, ya que de las graves no pueden: la afrenta que se hace a un hombre debe ser tal que no haya ocasión de temer su venganza”.

3. “Las injusticias se deben hacer todas a la vez a fin de que, por probarlas menos, hagan menos daño, mientras que los favores deben hacerse poco a poco con el objetivo de que se aprecien mejor”.

4. “El que no detecta los males cuando nacen, no es verdaderamente prudente”.

5. “Un príncipe que no se preocupe del arte de la guerra, aparte de las calamidades que le pueden acaecer, jamás podrá ser apreciado por sus soldados ni tampoco fiarse de ellos”.

6. “Los hombres olvidan con mayor rapidez la muerte de su padre que la pérdida de su patrimonio”.

7. “Puede combinarse perfectamente el ser temido y el no ser odiado”.

8. “Cada uno ve lo que parece, pero pocos palpan lo que eres”.

9. “Los príncipes deben ejecutar a través de otros las medidas que puedan acarrearles odio, y ejecutar por sí mismos aquellas que les reportan el favor de los súbditos”.

10. “Hay que hacer comprender a los hombres que no te ofenden si te dicen la verdad; pero cuando todo el mundo puede decírtela te falta el respeto”.

Texto extraído de http://www.lavanguardia.com

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