El estreno de Bodas de sangre, de Federico García Lorca

El 8 de marzo de 1933 es uno de los días más importantes en la Historia del Teatro español del siglo XX. Ese día, Federico García Lorca estrena en el teatro Beatriz de Madrid una tragedia basada en hechos sucedidos en Nijar, Almería, cinco años atrás. Aquella historia de sangre derramada ya había sido objeto de una novela, Puñal de claveles, de la escritora Carmen de Burgos, Colombine. Con aquellos mismos mimbres, García Lorca escribe una de las obras cumbre de nuestra literatura dramática: Bodas de sangre.

Las crónicas hablan de un éxito grandioso de aquel estreno, protagonizado por Josefina Díaz de Artigas, Manuel Collado Montes y Josefina Tapias, con un decorado servido por Fontanals y Ontañón; pese a discutir algunos aspectos de la obra, dan testimonio de los aplausos rendidos del público: “El éxito, clamoroso; el público no cesó de aplaudir hasta interrumpiendo la representación” narra Jorge de la Cueva, en tanto que Luis Araujo-Costa explica que el público “requirió al autor en casi todos los cuadros y una vez durante la representación, en uno de los parlamentos más poéticos”.

Como ya se ha señalado, la obra estaba protagonizada por Manuel Collado Montes en el papel de Leonardo y Josefina Díaz de Artigas en el papel de La novia, que eran pareja y compañía en aquellos años. “Josefina Díaz de Artigas, que interpretó el papel de la novia, estuvo admirable; más en el final del acto tercero. Manuel Collado hizo el novio rudo, con magníficos detalles de observación, que, en ocasiones, despertaron murmullos admirativos. Pero lo más valioso de la interpretación correspondió a Josefina Tapias, que en el papel de la madre del novio tuvo momentos de la emocional grandeza que pide la obra trágica” opina Luis Araujo-Costa.

Pepita Díaz tenía cuarenta y dos años. Destacamos este dato porque, junto al sobresaliente trabajo de los dos actores, la crítica destaca el trabajo de La Madre, por Josefina Tapias, de treinta años. La actriz nacida en 1903, que se había formado recibiendo clases de teatro de Adriá Gual y de catalán de Pompeu Fabra y había debutado en 1913, que formó parte de la compañía de María Guerrero en 1922 y vuelve en 1926 a Barcelona con su propia compañía para ser la primera actriz del Teatro Novedades. Apenas quedará memoria de su trabajo entre los espectadores, dado que se retiró a finales de los años sesenta. El papel de la Madre de Bodas de sangre se convertiría en los montajes siguientes, hasta nuestros días, en el vértice principal de esta obra; y ha supuesto a lo largo de estos ochenta años un hito en la carrera de grandes actrices: Lola Membrives en Buenos Aires y Margarita Xirgu en Barcelona 1935 (y más tarde, en la película rodada en 1938) fueron las siguientes en enfrentarse a este personaje; en España pasaron treinta años (con el hito excepcional de un hecho extraordinario: una función única dirigida por Juan German Scroeder en diciembre de 1946 en el Teatro Barcelona de Barcelona) hasta que en octubre de 1962 José Tamayo volvió a montar esta tragedia y contó con Pepita Serrador para este papel, por el que después han pasado, entre otras muchas actrices, Gemma Cuervo en 1985, Lola Cardona en 1998, Mercè Arànega en 2001… o Irene Papas, en la magnífica versión cinematográfica de Souheil Ben-Barka.

La tragedia de García Lorca forma parte ya del ADN del Teatro español. En los últimos años encontramos más de medio centenar de producciones de esta obra en España; y son incontables las versiones en todo el mundo.

Texto extraído del sitio: https://www.teatro.es/efemerides/el-estreno-de-201cbodas-de-sangre201d-de-federico-garcia-lorca

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