Chabuca Granda, la autora deLa flor de la canela

Chabuca Granda, la autora e intérprete de la célebre canción La flor de la canela, murió un día como hoy de 1983, a consecuencia de un infarto de miocardio, en un hospital de Florida (Estados Unidos).

Chabuca Granda es autora e intérprete de un centenar de títulos, algunos de los cuales no son tan conocidos como debieran. Entre éstos figura Paso de vencedores, una, hermosa canción en la que, desde una perspectiva poética, ofrece una visión esperanzada de la vida de su país. Chabuca, autora de sus propias melodías, no se consideraba una poetisa, sino una letrista, como ella misma decía. Quienes la conocieron destacan el hecho de que pudiera llegar a hacer música sin saber ni una sola nota y de que mantuviera su extremada sensibilidad sin llegar al campo de la sensiblería.

“Era una mujer luchadora, femenina, muy mujer”. Chabuca Granda, que se divorció cuando era muy joven, tenía tres hijos. Tenía una amplia cultura y “un enorme talento para hacer todas las cosas”, según María Dolores Pradera.

Nació en Apurimac, a 4.000 metros sobre el nivel del mar. Aunque comenzó a cantar en Lima cuando era una niña, se dio a conocer en su verdadera dimensión de cantante y poetisa después de cumplir los treinta años, después de su divorcio. El suyo fue un homenaje constante a la tradición musical romántica de Perú, y en esa línea se inscriben canciones suyas como La flor de la canela, Fina estampa y Caballo de paso. La flor de la canela era el retrato de un personaje real de la vida peruana, una dama limeña, llamada Victoria Angulo, “que es una verdadera flor de canela, vitalidad y valor auténtico, harina flor, como dirían los argentinos”, dijo una vez la propia Chabuta. Fina estampa, según ella misma, fue el retrato de su padre, “un gran señor, un peruano con la hidalguía de los caballeros españoles”.

En las fechas anteriores a su muerte, Chabuca Granda empezaba a desarrollar un ambicioso proyecto: “Sintetizar y musicalizar la historia y la geografía de Iberoamérica para que todos los niños del, mundo puedan cantarla y aprenderla”. A pesar de la enorme alegría y generosidad de la que era capaz, Chabuca Granda era también una mujer sobre la que pesaba una tremenda soledad, según María Dolores Pradera. “Tenla muy poquita voz. No era en realidad una cantante: era una poetisa cuya voz tenía encanto. Hablaba y lo que decía lo decía muy bonito. No, no soy su heredera. Ojalá tuviera yo sus cualidades”, comentó María Dolores Pradera, quien añadió que canciones como Ese arar en el mar debían, figuran en las antofogías de los mejores versos de la poesía de habla castellana en América.

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