Anna Pavlova: Vida y muerte de un cisne

Los primeros años de Anna Pavlova

Anna Pavlova nació un 12 de febrero prematuramente en San Petersburgo en una familia de bajos recursos. Aunque ella declarase que su padre murió cuando ella tenía dos años de edad, los biógrafos apuntan a la posibilidad de que fuese hija ilegítima del banquero Lázar Polyakov. Lo cierto, es que fue criada tan solo por su madre en una vida de pobreza constante. La mujer, Lubov Pavlova, era una simple lavandera que trató de iluminarle una infancia muy difícil, y a pesar de los pesares, cada cumpleaños y cada Navidad tenía un regalo para su hija.Anna Pavlova tenía ocho años, cuando su madre la llevó al ballet Mariinsky que en aquellos momentos representaba “La Bella Durmiente“. Anna Pavlova se enamoró de este arte, y dos años después, una chica delgada y enfermiza fue aceptada en el departamento de ballet de la Escuela de Teatro de San Petersburgo. Cuando Anna presenta el examen de ingreso era muy enclenque, pero su predisposición para el baile debió ser muy evidente, ya que tanto la salud como la robustez, eran requisitos fundamentales para la admisión. Allí estuvo sometida a una férrea disciplina y no solamente resistió a todos los ejercicios a pesar de su fragilidad, sino que adquirió la salud y la fuerza que tanto precisaba. Ocho años más tarde, debutaba como bailarina principal del Teatro Mariinsky, y obtuvo un éxito impresionante como Nikiya en “La Bayadera”.

Los periódicos escribieron sobre la bailarina con deleite: “Flexible, llena de vida y apasionada, grácil y delicada. Cuando Anna Pavlova baila cambia el estado de ánimo del teatro. Pavlova , una nube se cierne sobre la tierra, una llama parpadeante, una hoja de otoño, impulsada por una ráfaga de viento helado, su talento es superior a todo.”

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Mujer y artista

A partir de ese momento, se vio desbordada por los fans y por los pretendientes que le agasajaban con regalos. Pero ella, no tardó en rechazarlos a todos, devolviendo todas las dadivas. Estaba dedicada al ballet en cuerpo y alma. Anna Pavlova era bailarina las 24 horas del día. Iba de teatro en teatro mostrando su talento y llevando la vida personal y social de una monja.

Fue en ese momento cuando conoció a Víctor Dandre y el corazón le dio un vuelco. La joven bailarina estalló con la sensación de algo desconocido. Había llegado el amor. Su amado Víctor pertenecía a una familia aristocrática, una antigua familia noble y era empresario y asesor del Senado y aquel joven se convirtió en el mecenas de la bailarina de ballet, sin embargo, dada su familia, casarse con ella era complicado. Por eso le compró un apartamento y le colmaba de regalos de lujo. Vivían su romance clandestinamente, en la más absoluta intimidad. Anna Pavlova esperó un tiempo pero cuando comprendió, que Víctor nunca se casaría con una muchacha de origen humilde, lo dejó, prefiriendo la soledad a la humillante posición de las concubinas.

En 1907 en Mariinsky fue de gira por Estocolmo y después de esta gira en Europa, por primera vez, se hablaba de una bailarina joven y brillante. Anna ya tenía dinero propio y podía permitirse todo lo que quisiera, menos a Víctor.

Para el joven aristócrata, las cosas no iban bien. Se había endeudado y debía una gran cantidad de dinero que no podía devolver. Fue encarcelado y ni siquiera pudo recaudar dinero para su fianza, así que estuvo entre rejas hasta el día de su juicio. Mientras, Anna Pavlova brillaba en París.

Para ver bailar a la bailarina de ballet rusa, la gente venía de todas partes de Europa. Su futuro parecía brillante y atractivo. Sin embargo, Anna Pavlova, de repente, dejó París y se trasladó a Londres. Había firmado un contrato con la famosa agencia teatral “Braff”, bajo el cual tuvo que bailar dos veces al día en tres países: Inglaterra, Escocia e Irlanda. La bailarina recibió como anticipo una suma impresionante para aquellos tiempos. Aquel dinero voló, literalmente, ya que fue trasladado de inmediato en avión a Rusia para liberar a Víctor de la cárcel

Años más tarde, en 1912, Anna Pavlova confesó en su autobiografía: “En París, decidí que sin Víctor no podía vivir. Inmediatamente lo llamé. Nos casamos en la iglesia, en secreto. Es mío, sólo mío, y me encanta.

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Vida y matrimonio de la bailarina

Su matrimonio se mantuvo en secreto durante muchos años. Cuando el contrato con el “Braff” llegó a su fin, Anna ha decidió organizar su grupo propio de teatro. La ex primera bailarina del Teatro Mariinsky se convirtió en empresaria. En el mismo año, se compró una mansión de lujo, cerca de Londres, con un lago de cisnes blancos y plantas exóticas traídas de todo el mundo. Víctor se encargaba de todas las preocupaciones económicas y dirigía las negociaciones comerciales y personales. Sin embargo, Anna Pavlova le reprochaba a su marido cualquier cosa, no podía olvidar sus delitos juveniles y el que la hubiera dejado sola. Después de mucho llanto y berrinches se reconciliaban. No obstante, la emocional y temperamental bailarina podía cambiar de inmediato su estado de ánimo y volver a lanzar insultos a Víctor. Si ella lo perdonó, nunca lo sabremos. Su muerte fue tan prematura como su nacimiento. Anna Pavlova murió un 23 de enero de 1931 de neumonía a los 53 años, en La Haya. Unos días antes, el tren en el cual viajaba tuvo un accidente y ella corrió por la nieve para ayudar a los heridos. Todo empezó como un simple enfriamiento pero poco a poco su salud empeoró. Sus últimas palabras fueron: “Prepárenme el traje de cisne”.

Anna Pavlova fue cremada y está enterrada en Londres. En su biografía están actuaciones tan loables como: El lago de los cisnes, Giselle, Don Quijote, Las sílfides, Copelia y el memorable solo de La muerte del cisne.

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Texto extraído del sitio: https://redespress.wordpress.com/2015/01/03/anna-pavlova-la-mas-grande-bailarina-de-ballet/

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