Anita Berber

Anita Berber fue una de las personalidades más fascinantes de la Alemania “expresionista” y decadente de la República de Weimar en los años 20. Había nacido el 10 de junio de 1899 en Leipzig, en el seno de una familia de artistas, pues su padre (Felix Berber) era violinista, y su madre (Lucie Berber) era cantante de cabaret. Sus padres se separaron cuando ella era muy pequeña y pasó a vivir con su abuela en Dresde la mayor parte del tiempo.

Inclinada desde niña al baile, en su adolescencia estudio bajó la dirección de Rita Sacchetto, y más tarde con Emile Jacques-Dalcroze. Comenzó a bailar profesionalmente en 1917 en Berlín, y muy pronto se convirtió en una gran estrella conocida por todos. En esta época también posaba como modelo para revistas de moda como Die Dame (La Dama) y Elegante Welte (Mundo elegante)

En 1919 se casó con un hombre rico llamado Eberhard von Nathusius, con la intención de escapar del hogar y ganar independencia. El matrimonio con Nathusius no le impidió seguir teniendo múltiples aventuras tanto con hombres como con mujeres, como por ejemplo Susi Wanoswsky, propietaria de un club de ambiente lésbico en Berlín.

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Berber partició en numerosas películas mudas, destacando varios trabajos con el director y productor Richard Oswald, como por ejemplo el film titulado Diferente a los demás (Anders als die Andern, 1919), considerada una de las primeras películas de la historia que presenta la homosexualidad de forma positiva, o también Eerie Tales (1919), una película de misterio consistente en cuatro episodios y que tuvo mucho éxito. Berber también hizo un pequeño papel en la película Dr. Mabuse (1922) de Fritz Lang, una de las cumbres del expresionismo alemán.

No obstante su mayor notoriedad la alcanzó en el baile, donde su estilo rupturista y transgresor fascinó al público y generó una gran controversia. Anita introdujo en el escenario un erotismo ostentoso, así como una imaginería grotesca y macabra, en unos espectáculos que incluían música de grandes compositores como Debussy o Strauss. Llegaba incluso a bailar desnuda en el escenario. Sus detractores la consideraban vulgar y de mal gusto, mientras que sus seguidores la admiraban por su sofisticación y atrevimiento.

Pero donde Anita Berber rompió todos los esquemas fue en su vida personal. Era una habitual de los ambientes gays y underground de Berlín, y en su círculo de amistades figuraban todo tipo de personajes de los bajos fondos, como prostitutas, mafiosos, boxeadores, etc Sus relaciones lésbicas eran muy numerosas y publicamente conocidas, lo mismo que su adicción a la cocaína, y sus excesos con el alcohol. Berlín era por esta epoca una de las ciudades más liberales de Europa, y ella cultivaba su reputación de “chica mala” que al público le encantaba.

En 1922 contrajo matrimonio por segunda vez con Sebastian Droste, un escritor y bailarín muy vinculado al mundo underground y con el que realizaría tal vez sus mejores trabajos. Ambos hicieron juntos espectaculos como “Suicidio”, “Morphium” o “Casa de locos”. En 1923 publicaron un libro de poesía, dibujos y fotografías titulado “Danzas de vicio, horror y éxtasis”, repleto de imaginería expresionista y barroca y basado en uno de sus espectáculos, que ofrecía una mirada cínica sobre sus experiencias personales y artísticas.

El matrimonio con Droste también se acabó rápido, y en 1924 se casó con un bailarín norteamericano llamado Henri Chatin-Hoffman, probablemente gay. Ambos viajaron por toda Europa, realizando numerosas actuaciones y dando mucho que hablar por sus escándalos, que incluían lesbianismo, drogas y orgías en los hoteles. Todo esto era recogido profusamente por los tabloides de la época.

Tantos excesos le acabaron pasando factura a Berber, deteriorándola física y mentalmente. Por esta época Otto Dix hizo varios retratos de ella en los que la presenta envejecida, demacrada y con todo el aspecto de una vampiresa puta y drogadicta. Estos retratos acabaron consolidando su reputación como un icono del Berlín decadente y libertino de la época de Weimar, que muchos consideraban la Sodoma y Gomorra del siglo XX, y que acabó tragicamente con la llegada de los nazis al poder en 1933.

Sin embargo Berber no llegó a ver el ascenso de los nazis al poder. En 1928 mientras realizaba una gira por varios nightclubs de Oriente Medio, contrajo la tuberculosis y su salud de deterioró muy rapidamente. Gracias a unos amigos pudo retornar a Berlín, donde murió en un hospital el 10 de noviembre de 1928. Tenía solo 29 años pero aparentaba muchos más.

Solo un año despues de su muerte Leo Lania publicó una biografía que recogía los aspectos más sensacionalistas de su vida. Este libro contribuyó a forjar la imagen de Berber como un mito decadente.

En 1987 se estrenó una película titulada Anita, las danzas del vicio y dirigida por Rosa Von Praunheim. Es bastante interesante, aunque en su día no tuvo gran éxito.

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Portada del libro Las siete adicciones y cinco profesiones de Anita Berber

Portada del libro Las siete adicciones y cinco profesiones de Anita Berber

Hay un libro sobre Anita Berber publicado por Mel Gordon hace muy pocos meses y titulado Las siete adicciones y cinco profesiones de Anita Berber.

Aunque en su época Berber era conocida más por sus provocaciones y sus escándalos, recientemente varios estudiosos han rescatado y reivindicado sus logros artísticos y su contribución a la danza y el arte modernos, y también su significación como parte del cambio cultural a favor de una sexualidad desinhibida y de la libertad e independencia de las mujeres.

Anita Berber fue la mujer más escandalosa en la Alemania de los años 20. A su lado Madonna o Kate Moss no dejan de ser inocentes colegialas. Tuvo una vida breve y muy intensa.

frr

TEXTO EXTRAÍDO DEL SITIO mujeres-riot.webcindario.com

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