Habían pasado dos meses desde la declaración de Londres, cuando, como resultado de la histórica reunión entre el presidente Roosevelt y el primer ministro Churchill, surgieron nuevas medidas en favor de una organización mundial.
En agosto de 1941, el Eje estaba todavía en crecimiento, o eso parecía, y las reuniones cuidadosamente orquestadas entre Hitler y Mussolini, terminaron inevitablemente en un “perfecto acuerdo,” lo que generaba un sombrío presentimiento. Alemania se lanza en contra de USRS pero el poder de la nueva alianza estaba aún por conocerse. Y Estados Unidos, a pesar de dar auxilio moral y material, no estaba aún en la guerra.
14 August 1941 || Una Declaración Conjunta
Entonces, una tarde, llegó la noticia de que el presidente Roosevelt y el primer ministro Churchill estaban reunidos “en algún lugar en el mar” -los mismos mares en que se libraba la desesperada Batalla del Atlántico- y el 14 de agosto los dos líderes emitieron una declaración conjunta destinada a ser conocida por la historia como la Carta del Atlántico.
Este documento no era un tratado entre las dos potencias. Tampoco fue una expresión final y formal de los objetivos de paz. Sólo era una afirmación, como declaraba el documento, « de ciertos principios comunes en las políticas nacionales de sus respectivos países, en los que basan sus esperanzas de un futuro mejor para el mundo.. »
Un mensaje de esperanza
La Carta del Atlántico, creación de los dos grandes dirigentes democráticos de entonces, y que entrañaba además todo el apoyo moral de los Estados Unidos, produjo una profunda impresión entre los aliados. En los países ocupados sirvió como mensaje de esperanza. Se propuso en ella el establecimiento de una organización mundial fundamentada en las verdades eternas de la moral internacional.
El hecho de que tuviese poca validez jurídica no le quitaba mérito. Si en último análisis la validez de un tratado se determina por la sinceridad de sus principios, ninguna afirmación común de fe entre dos naciones amantes de la paz podría carecer de importancia.
24 de septiembre de 1941 || Una Promesa de Cooperación
Poco después del regreso del primer ministro Churchill a Londres, después de su entrevista en alta mar, se reunieron en esta ciudad diez gobiernos, que apoyaron los principios de la Carta del Atlántico y prometieron coadyuvar en su cumplimiento en toda la medida de sus fuerzas. El 24 de septiembre, la Unión Soviética firmo esta declaración junto con los representantes de los países ocupados de Europa: Bélgica, Checoeslovaquia, Grecia, Luxemburgo, Holanda, Noruega, Polonia, Yugoeslavia y el del general De Gaulle, de Francia.
Texto extraído del sitio https://www.un.org/es/sections/history-united-nations-charter/1941-atlantic-charter/index.html