Se llamaba Elizabeth Jane Cochran (1864-1922), y fue la decimotercera hija de Michael Cochran. Elizabeth se inició en el periodismo, escribiendo una columna feminista en el Pittsburgh Dispatch bajo el seudónimo de Nellie Bly, el nombre de una popular canción de la época.
De ahí, pasó al New York World, un diario sensacionalista perteneciente a Joseph Pulitzer, el famoso editor de la prensa amarilla, inmortalizado en un premio que lleva su nombre. El primer trabajo que le encargó Pulitzer a Elizabeth fue un informe sobre el trato de las pacientes en el asilo psiquiátrico para mujeres de Blackwell Island.
Elizabeth se hizo pasar por una insana y vivió diez días como interna, experimentando las terribles condiciones a las que eran sometidas las pacientes. Este artículo fue revolucionario, no solo por el escándalo asistencial, sino por demostrar que el periodismo de investigación era un amplio campo para desarrollar y que no era exclusivo de los hombres.
En 1888, es decir, 16 años después de la novela de Julio Verne, Pulitzer le encomendó a Elizabeth reproducir la proeza, pero zarpando de Nueva York. Nellie partió el 14 de noviembre de 1889 y recorrió los 40.00 km llevando un solo vestido, un abrigo resistente, varias mudas de ropa interior y todo el dinero en una bolsa atada al cuello. La prueba no solo consistía en realizar la proeza, sino que la misma fuera realizada por una mujer sola.
Otro periódico neoyorquino, el Cosmopolitan, patrocinó a Elizabeth Bisland, escritora y periodista, quien compitió con Nellie en esta travesía transcontinental. Nellie visitó Inglaterra, Francia –donde se entrevistó con Julio Verne, el Canal de Suez, India, China, Japón, cruzó el Pacífico, llegó a San Francisco y en 72 días, seis horas y once minutos había vuelto a su punto de origen… Elizabeth Bisland llegó 4 días más tarde.
En 1895, Nellie contrajo matrimonio con Robert Seaman, el dueño de un imperio metalúrgico. Seaman era 30 años mayor que su esposa y murió en 1904. Con la misma convicción con la que había dado la vuelta al mundo, sin ayuda masculina, Nellie condujo el imperio heredado y hasta presentó algunos productos para ser patentados. Sin embargo, las reformas sociales y empresariales que propuso no mejoraron el estado financiero de la empresa, por lo que se vio obligada a cerrarla. Volvió a su pasión periodística y cubrió el desarrollo bélico en Francia durante la Primera Guerra, convirtiéndose en una de las primeras corresponsales femeninas.
Elizabeth Jane Cochran Seaman murió a los 57 años de neumonía y fue enterrada en el cementerio de Woodlawn, donde, años más tarde, también fue inhumada Elizabeth Bisland, la joven que llegó cuatro días después de Nellie en ese fabuloso viaje que imaginó Verne.
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