Esclavos de sus hormonas: infidelidades y acosos de presidentes norteamericanos

Un nuevo escándalo sexual se cierne sobre Estados Unidos y esta vez amenaza con terminar en la Corte y con un expresidente esposado. No es una novedad, es más, sería la culminación de una larga saga de aventuras presidenciales que comienzan con el primer magistrado, George Washington (1731-1799), quien habría tenido un affaire con la esposa de su amigo George W. Fairfax, Sally (1730-1811), y un hijo con una de sus esclavas.

Thomas Jefferson (1743-1826) no solo escribió el texto de la Declaración de independencia, sino  también románticas cartas de amor que tenían como destinataria a Maria Cosway (1760-1838), una mujer casada. Los unió una larga relación epistolar y un vínculo que, al parecer, no pasó de platónico… La relación que no tenía nada de platónica era la que mantuvo el presidente y su esclava Sally Hemings (1773-1835) quien, a su vez, era medio hermana de Martha Wayles Skelton (1748-1782), la esposa de Jefferson (es decir, era la hija del padre de Martha con una esclava). La relación entre el presidente y Sally comenzó cuando ella tenía 14 años y se concretó en seis hijos como se ha podido confirmar estudiando el ADN de los descendientes de Sally.

James Buchanan (1791-1868) fue el único presidente soltero, pero mantuvo una relación más que amistosa con William R. King (1786-1853). Se conocieron cuando ambos eran senadores y aunque comenzaron como antagonistas políticos, las diferencias se olvidaron gracias al sexo que los unió. En los corredores políticos de Washington corrieron comentarios homofóbicos sobre la pareja a la que llamaban “tía Nancy y tía Fancy”. Por tal razón, muchos historiadores no dudan en decir que Buchaman fue el primer presidente gay de los EEUU.

James Buchanan y William Rufus King

Andrew Jackson (1767-1845) fue acusado de adulterio por casarse con Rachel Donelson (1767-1828) antes de que a ella le fuera concedido el divorcio. Se supone que tanto Jackson como los presidentes William H. Harrison (1773-1841) y John Tyler (1790-1862) también  tuvieron relaciones sexuales con sus esclavas.

Otro escándalo más complicado  tuvo como protagonista a Grover Cleveland (1837-1908), único presidente que ocupó el cargo en dos mandatos no consecutivos (1885-1889 y 1893-1897). Cuando Cleveland fue elegido era soltero, pero se casó siendo presidente con Francis Folsom (1864-1947), 25 años más joven (fue el único presidente que se casó en la Casa Blanca y Francis fue la primera dama más joven). El escándalo se desató cuando un periódico de Buffalo, cuidad de la que Cleveland había sido alcalde, reveló que había tenido un hijo con Mary Halpin, una joven que dijo haber mantenido relaciones con el ahora presidente contra su voluntad. Cleveland terminó aceptando esta “amistad ilicita” (como dio en llamarla) y reconoció al niño, pero su madre fue declarada insana y el niño entregado en adopción. Historia sórdida si las hay, pero que no le impidió ser re elegido.

El presidente Warren G. Harding (1865-1923) fue uno de los mandatarios más populares del siglo XX, pero también uno de los más mujeriegos. Tuvo a una amante por varios años, a la vez que mantenía relaciones con su secretaria, Nan Britton (1896-1991). Para evitar encuentros comprometedores con su esposa Florence Kling (1860-1924), tenía sexo con Britton en un placard del despacho oval y dio precisas instrucciones a los agentes encargados de su custodia que impidieran a cualquier precio, el ingreso de su conyugue al despacho. No sorprende que Harding muriera de un infarto (aunque también existe la versión que su esposa lo envenenó). Tras su fallecimiento, la Sra. Britton publicó un libro detallando su idilio y asegurando que su hija era del presidente, cuestión que fue confirmada por un test de ADN en el año 2015.

Britton y Harding

Franklin D. Roosevelt (1882-1945) fue el único presidente que permaneció en el cargo por cuatro periodos. A pesar de sus limitaciones físicas por las secuelas de la poliomielitis que había sufrido de adulto, mantuvo varias relaciones extramatrimoniales, entre las que se destaca su affaire con Lucy Mercer (1891-1948), secretaria de su esposa, la célebre Eleanor Roosevelt (1884-1962). Desde 1914 Lucy y Franklin fueron amantes y fue Lucy quien estuvo presente al momento de su muerte. El vínculo con Eleanor era más aparente que marital, razón por la cual los hijos del matrimonio sabían de las aventuras de su padre que, como dijimos, no se limitaron a Lucy, sino con su propia secretaria y con la princesa Marta de Suecia (1901-1954).

Dwight Eisenhower (1890-1969) también confesó haber mantenido una relación  impropia con su secretaria mientras estuvo al mando de las tropas norteamericanas en Europa.

El yerno de Eisenhower, Richard Nixon (1913-1994), vivió una aventura con una camarera en Hong Kong, durante su histórica visita a China. Mientras estuvo en la Casa Blanca varias empleadas se quejaron de sus comportamientos “inadecuados”.

Quien se llevó los laureles en esta carrera erótica fue John F. Kennedy (1917-1963), además de su sonado affaire con Marilyn Monroe (1926-1962) y ese célebre “Happy Birthday Mr. President” que le dedicara cantando sensualmente ante los atentos ojos de toda una nación, John mantuvo relaciones con las actrices Anita Ekberg (1931-2015), Gene Tierney (1920-1991), Marlene Dietrich (1901-1992) –quien también fue amante de Joe Kennedy– y una becaria de la Casa Blanca de solo 19 años llamada Mimi Alford. Mientras tanto se mostraba junto a Jackie (1929-1994) y sus hijos dando la imagen de una familia perfecta.

John F. Kennedy y Marilyn Monroe

No terminan acá las aventuras sexuales de los presidentes norteamericanos porque el adusto Lyndon B. Johnson (1908-1973) fue pescado por su esposa en pleno acto coital con su secretaria en el despacho oval (a esta altura de la historia ya parece un clásico). Cuando Johnson murió, una tal Madeliene Duncan Brown (1925-2002) dijo haber sido su amante y madre de uno de sus hijos –cosa que a la fecha no se ha confirmado–.

Ronald Reagan (1911-2004) antes de llegar a la presidencia y durante su carrera de actor, fue acusado de la  supuesta violación de la actriz Selene Walters (1924-2017), aunque ella jamás levantó cargos contra él y solo se limitó a contar esta historia de sexo no consentido.

Todos conocemos el sonado episodio de Monica Lewinsky, pero no todos saben que George Bush hijo fue acusado de violación por una tal Margie Schoedinger. En el año 2002, Margie se suicidó.

Ahora le toca a Donald Trump explicar la compra del silencio de una actriz porno mientras tiene varias docenas de acusaciones por acoso y apoyo la payasesca irrupción de sus seguidores en la Casa Blanca al perder las elecciones

En  otros países (como el nuestro), la vida sexual de sus lideres (desde Belgrano pasando por San Martin, Rosas, Alsina, Sáenz Peña, Irigoyen, Alvear, Perón y otros mandatarios más cercanos) no levantan estas tormentas mediáticas como en Estados Unidos donde la puritana concepción norteamericana cree que un presidente que engaña a su esposa es muy probable que también engañe al pueblo que lo ha votado.

Nosotros, que tanto sabemos de engaños, sospechamos que no es tan así.

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