When I consider how my light is spent (Cuando considero como se ha perdido mi luz) es uno de los versos más citados de John Milton, el poeta inglés más conocido después de Shakespeare.
Para 1652 Milton ya estaba completamente ciego y su esposa había muerto. Como si esto no fuese suficiente castigo, el fallecimiento de Oliver Cromwell de quien había sido consejero, permitió la restauración de la monarquía y su caída en desgracia. Hacia 1659 fue apresado y Milton pasó unos meses en prisión.
Después de ser liberado debió irse de Londres y afincarse en una zona rural donde continuó con su labor literaria, que había quedado interrumpida para priorizar su actividad política. Fue entonces cuando concretó, a pesar de las tinieblas, la realización de la que sería su obra maestra “El paraíso perdido”, donde describe no solo la expulsión de Adán y Eva del Edén sino también la caída de los ángeles convertidos en demonios.
El texto de 10.000 estrofas fue dictado a sus hijas, quienes colaboraron a desgano con el poeta, un hombre de extensa cultura, que dominaba varios idiomas, especialmente el latín y el griego, y de fuerte convicciones políticas y religiosas.
Para Milton el infierno era sinónimo de oscuridad. “No hay luz allí, solo penumbras visibles” escribe en el primer libro del texto. En los libros subsecuentes abunda en marcar el contraste entre luces y sombras, donde el cielo brilla y el infierno es oscuridad y penumbras.
El texto hace poca alusión a colores, donde predomina el marrón para describir la morada de los demonios.
De una forma, este Paraíso Perdido es una referencia política al fracaso de la revolución liderada por Cromwell que no había encontrado una forma de subsistir después de la muerte del Protector.
El texto, en última instancia, conserva un optimismo por la redención humana, una confianza en su potencial.
Debido al éxito del poema , Milton continuó su obra magna en “El Paraíso recuperado” que publicó al mismo tiempo de “Samson Agonistes”, en 1671. Esta obra sobre el personaje bíblico seducido por Dalila y cegado por sus captores, sirvió de inspiración al oratorio homónimo de Friedrich Händel, quien también estaba perdiendo la visión. Händel fue operado de cataratas por un célebre cirujano ingles llamado “Chevalier” Taylor, con muy malos resultados. La misma desgracia tendría el otro gran músico de barroco, Johann Sebastian Bach, a manos del mismo cirujano.
En el caso de Milton, la ceguera se instaló gradualmente, pero en un ojo que no mostraba signos de congestión, lo que entonces llamaban “gutta serena”. Los diagnósticos que se barajaron fueron: tumor hipofisario, desprendimiento de retina bilateral (raro) y finalmente glaucoma, la opción más plausible, por frecuencia y características.
El poeta murió el 8 de noviembre de 1674. La causa de óbito también permanece en discusión, algunos opinan que fue por tuberculosis y otros por complicaciones secundarias a la gota. Su entierro convocó a la intelectualidad londinense .
Vale recordar al poeta por las ultimas estrofas del poema que citamos al principio de este texto:
Sea porque el hombre trabaja o goza de las cualidades que mejor le sirven
Su estado es sublime.
Miles se mueven velozmente sobre la tierra y el océano sin descanso.
Pero también sirven aquellos que están atentos y esperan
Porque estar al lado del discapacitado y asistirlo como en el caso de este poeta ciego, también tiene su mérito .