Witold Pilecki había nacido en 1901, hijo de una familia polaca deportada a Rusia después de la revolución de 1863. En 1918, finalizados sus estudios secundarios ,se incorporó al Ejército Blanco bajo el mando del general Wejtko a fin de combatir a los bolcheviques. Al ser derrotados, Pilecki se unió al ejército polaco como soldado raso y participó en la contienda polaco-soviética que condujo a la independencia de Polonia.
Después de la guerra ingresó a la escuela de Grudziądz para formarse como oficial. Por un tiempo vivió felizmente en su pueblo natal Sukurcze donde crió a sus hijos, creó un diario local y fue jefe de una cooperativa rural. Con el inicio de la hostilidad, Witold Pilecki volvió a servicio activo en la 19 División de infantería que fue literalmente destrozada en la batalla de Piotrków Trybunalski. Se reincorporó a la división 41 que luchó denodadamente a lo largo del mes de septiembre. Fue uno de aquellos que prefirieron desobedecer las órdenes del ejército de huir a Francia y seguir en Polonia para organizar la resistencia armada dentro de su país. Por tal razón fundó un ejército secreto TPA (Tajna Armia Polska). En este contexto se le solicitó ingresar a Auschwitz como espía. Así lo hizo pero bajo un nombre falso, “Tomasz Serafiński”, a quien le asignaron el número 4859.
Dentro del campo de concentración organizó un movimiento de resistencia e inteligencia, que mantuvo la moral alta entre los prisioneros. Secretamente envió informes al gobierno polaco en el exilio, describiendo las condiciones de vida dentro del campo. Vale aclarar que muchos de estos informes llegaron a las autoridades aliadas que se resistieron a creer que se estuviesen cometiendo semejante desastre humanitario. Solo al fin de la guerra, cuando contemplaron el horror con sus ojos, pudieron comprender la magnitud del holocausto.
“El terror y la falta de ley de los invasores”, se llamó uno de los reportes que llegó a enviar a sus superiores.
En abril de 1943, Pilecki logró escapar y entregó otro informe llamado “Reporte W”.
Ingresó como soldado a un grupo de resistencia pero, una vez más, fue capturado y enviado a un campo de combatientes donde volvió a cambiar de nombre.
En 1945 fue puesto bajo las órdenes del general Wladyslaw Anders, jefe del Segundo Cuerpo Polaco, como oficial de inteligencia en Ancona, Italia. Continuó trabajando para el gobierno en el exilio hasta que su identidad fue revelada a los soviéticos quienes lo capturaron y torturaron. A pesar de las suplicas del primer ministro Józef Cyrankiewicz, quien había sido un interno de Auschwitz, Witold Pilecki fue ejecutado y su cuerpo jamás hallado.
Una extensa bibliografía confirma la actividad de este hombre que descendió a los infiernos y volvió para contar sus horrores.