Si bien la rueda lleva varios milenios de descubierta (aunque no falte el incuato que, cada tanto, crea que la inventó), recién en 1817 a un aristócrata alemán se le ocurrió alinearla para convertirla en medio de transporte. Esta primera bicicleta no tenía pedales y el barón Karl von Drais la llamó “maquina corredora”, aunque no faltó quien quisiese alabar a su inventor llamándola “draisine”.
Este vehículo pasó a la historia como “velocípedo” y pronto el mundo se olvidó del noble germano, aunque perseveró su idea de crear un transporte más barato que el caballo y una frase del poeta John Keats quien habló del invento como “la nada del momento”.
Tardaron 20 años en introducirle los pedales al velocípedo y su creador fue un escocés llamado Kirkpatrick Macmillan. Sin embargo, pasaron otros 30 años hasta que estas máquinas fuesen fabricadas en serie por Thomas McCall. Este modelo primigenio llevaba un pedal en la rueda de adelante que solía ser de mayor diámetro que el trasero.
En 1870 el modelo Ariel, de James Starley, requería de un acróbata para hacerla funcionar, aunque aumentaba considerablemente la velocidad de las máquinas (hasta 40 km por hora) que, entonces, comenzaron a fabricarse de metal.
Vehículo rápido e inestable comenzaron a producirse accidentes que ocasionaban secuelas y hasta muerte. El compositor francés Henri Chausson murió en un accidente de bicicleta.
Para evitar estos siniestros se hicieron modelos con 3 o 4 grandes ruedas.
Desde 1880 el ingeniero John Kemp Starley fabricó las bicicletas de seguridad: 2 ruedas del mismo tamaño y el cuadro metálico en forma trapezoidal.
Mucha gente fue dando su aporte para el mejoramiento del vehículo. John Dunlop le dio neumáticos, e Isaac Johnson la hizo plegable. Las mujeres sintieron que esta máquina venía a llenar un espacio que le permitiría más libertad en el desplazamiento, facilitando sus aspiraciones sufragistas y equitativas.
A medida que el automóvil generaba adeptos, las bicicletas no cesaban de modificar sus diámetros, ruedas, pedales, manubrios, agregándole luces de seguridad y hasta hubo un modelo con radio que se vendía en 1955.
La introducción de cambios hizo su manejo más complejo y, a su vez, competitivo.
Algunos investigadores quieren conceder al francés Lallement el título de creador de la bicicleta a fin de simplificar su historia, pero este francés que vivió y murió en USA debió afrontar varios juicios de plagio en vida. Como ven no siempre podemos saber quien es el padre de la criatura.
En 1989 Kelly y Fisher, diseñaron la Mountain Bike con transmisión a la rueda trasera convirtiéndola en vehículo todo terreno y todo uso ya que varios ejércitos, especialmente el suizo las ha incorporado para mejorar el desplazamiento de las tropas.
Desde sus comienzos en 1817, hoy hay en el mundo 800 millones de bicicletas, casi el doble que los automóviles utilizados (solo en China hay 300.000.000 de bicicletas)
La primera carrera (cuando no quiere el hombre superarse en velocidad) se corrió en Italia entre Florencia y Pistoia y el ganador de este trayecto de 33 km fue el norteamericano Rynner Van Neste. El primer campeonato en pista cubierta se corrió en Leicester en 1883.
Desde allí proliferaron las carreras con máquinas más livianas, con mejor diseño y un equipo que intenta proteger al conductor. Las carreras como el Tour de France se corren desde 1903, el Giro de Italia desde 1909 y el Giro de España en 1935.
Esta máquina destinada a desplazar al caballo, compite hoy con automóviles, motos, trenes y micros. En las ciudades se crean más vías para que puedan desplazarse cómodamente, y las rutas y montañas son su lugar de movimiento en libertad. La bicicleta ha llegado para quedarse, para desplazarnos más rápidamente y hacernos bajar algunos rollitos acumulados por el sedentarismo, grave enfermedad del siglo XXI.