Nieto de un monarca africano, François-Dominique Toussaint de Bréda nació como esclavo cerca de Cap-Français -actual Haití- en la hacienda de Baillon de Libertat. La inteligencia del joven ganó la confianza de Baillon, que lo convirtió en su mano derecha y finalmente le concedió la libertad. Toussaint le devolvería el favor salvándole la vida durante las convulsionadas jornadas que asolaron la isla.
Las ideas libertarias se diseminaron entre los esclavos y en 1791 estalló una revuelta, en el norte de la isla que estaba en manos de los franceses. Por su formación y carisma, Toussant estaba llamado a liderar los grupos de sublevados que se batían contra las fuerzas del gobierno. En poco tiempo, ordenó al pueblo y logró ciertas victorias que le ganaron el nombre de L’Ouverture, por la capacidad que tenía de dividir al enemigo.
Tiempos convulsionados
La revolucionada isla se había convertido en centro de un conflicto internacional en el que Francia, España e Inglaterra aspiraban a dominarla. Toussaint inicialmente apoyó a España pero con el tiempo favoreció la posición francesa, porque siguiendo los principios revolucionarios, propugnaba la abolición de la esclavitud. Gracias a su habilidad política y militar, siguió acumulando poder. Ya lucía sobre sus hombros los galones de general y muchos soldados notables, como su sobrino Moisés y personajes destacados en la historia de Haití, como Dessalines y Christophe -que se proclamaría Rey y formaría una nobleza de exesclavos- se pusieron a sus órdenes. Gracias a esta alianza con los franceses fue elevado al rango de vicegobernador.
Toussaint era un hombre devoto, abstemio, de pequeña contextura y notable inteligencia a pesar de su escasa formación. Estaba convencido de que el ser humano era perverso por naturaleza y era necesario obligarlo a trabajar. A tal fin y para restituir la alicaída economía de la isla, instauró un régimen de disciplina casi militar, aunque prohibió el uso del látigo. Si bien los trabajadores eran gente libre y cobraban una parte de las ganancias de la hacienda, había una facción de los exesclavos que no estaba dispuesta a aceptar las nuevas condiciones.
Esta resistencia forzó a Toussaint a aliarse con las autoridades francesas y a negociar con los británicos para que abandonasen la ocupación de una parte de la isla a cambio de un lucrativo comercio. Los delegados franceses no siempre estaban a la altura de las circunstancias. Hédouville, un enviado del Directorio, se vio obligado a huir ante las amenazas del gobernador. Otros cabecillas locales, como Philippe Roume, fueron eliminados por Toussaint para evitar opositores y grupos disidentes. De esta forma, se convirtió en el hombre más poderoso de la isla.
La relación con Napoleón
Tan seguro se sentía que, hacia 1801, contrariando las órdenes del mismísimo Napoleón, tomó la parte española de la isla, actual Santo Domingo. En la cúspide de su poder dictó una Constitución, se hizo nombrar gobernador general, estableció el catolicismo como religión oficial e intentó convencer a Napoleón de su lealtad a Francia.
Fue entonces cuando comenzaron los problemas para el líder haitiano, por las aprehensiones raciales que tenía el corso. Vale recordar que Josefina Beauharnais había nacido en Martinica donde su familia perdió la hacienda de su padre por una revuelta de esclavos. Napoleón desconfiaba de Toussaint, un exesclavo que había escalado posiciones gracias a sus habilidades y que en forma unilateral y contrariando órdenes directas, había tomado la decisión de atacar a un país aliado.
Por esta razón, Napoleón destinó un ejército a las órdenes del general Leclerc para recuperar la isla. La superioridad de los franceses era tan notoria que hasta los leales seguidores de Toussaint como Christophe y Dessalines se alinearon con Leclerc. Ante la adversidad, Toussaint decidió evitar derramar sangre, capitular con los franceses y retirarse a gozar de sus posesiones.
Sin embargo, su mera existencia era una amenaza para Napoleón, que dio instrucciones para que fuese capturado, acusado de traición, deportado y encerrado en la prisión más fría de Francia donde Toussaint L’Ouverture murió en abril de 1803.
En 1792, en una carta al Directorio, Toussaint afirmaba que no estaba dispuesto a que sus hermanos y amigos fuesen “sacrificados por hombres que solo desean reinar sobre las ruinas de la humanidad”. Rogaba que la “sabiduría” de estos conductores evitase este azaroso destino. Toussaint L’Ouverture no pensaba que Napoleón fuese uno de esos hombres, pero se equivocó y pagó este error con su propia vida.
TEXTO PUBLICADO ORIGINALMENTE EN: https://tn.com.ar/opinion/2021/02/20/toussaint-louverture-el-liberador-de-esclavos-traicionado-por-napoleon/