El cantante de color Sammy Davis Jr., una de las figuras legendarias del espectáculo norteamericano, falleció el 16 de mayo de 1990a los 64 años de edad en Los Angeles a consecuencia de un cáncer de garganta. La enfermedad le fue diagnosticada durante una gira que compartía con Liza Minnelli y su inseparable amigo Frank Sinatra, líder del clan rat pack, en el que Davis ocupaba un lugar de honor junto a Dean Martin, Joey Bishop y Peter Lawford.
La muerte llamó a su puerta mientras descansaba en su propia casa, rodeado de su mujer, su hijo adoptivo y varios amigos. Hacía unos días que había abandonado el hospital. Su enfermedad estaba ya muy avanzada y Davis prefirió esperar la muerte en su hogar.Sammy Davis era el rey, de los night clubs estadounidenses. Sabía cantar, bailar, contar chistes. Davis era, como le calificó Bob Hope, “una caja repleta de sorpresas… y todas buenas”. El espectáculo fue su pasión desde los cuatro años, edad en la que comenzó a construir una de las carreras más brillantes, sólidas y alabadas del show business americano.
Era un hombre nacido para el entretenimiento del público. En 1954 perdió un ojo en un accidente de automóvil. Su imagen con un parche a lo pirata no le hizo perder su imagen sobre el escenario. Su ilusión, su profesionalidad fue el factor clave para que tampoco perdiera el aplauso del público. Su abierto apoyo al presidente Richard Nixon, su matrimonio con una blanca o su abrazo al judaismo fueron otros capítulos importantes de su vida.
Durante su carrera, Davis participó en mas de 20 películasy grabó 40 álbumes. Es famosa su frase “un hombre negro nunca abandona el ghetto”, pronunciada en A man calle Adam, una de sus películas más memorables. Su imagen, casi siempre vestido con esmóquin negro, con anillos enormes y collares de oro, se convirtió en un clásico a lo largo de los años. Su afición al alcohol también fue pública, como lo fue su tremendo mensaje en 1988: “Me lo he pasado muy bien a lo largo de mi vida”, dijo, “pero ahora mi cuerpo esta pagando los excesos”.
Cuando su carrera parecía estar entrando en su recta final, Davis inició una de sus giras más exitosas. Fue el canto del cisne. Junto a Liza Minnelli y Frank Sintra, el viejo de los ojos azules, viajó por EEUU y Europa cantando las viejas canciones de siempre.
