En el año 1888 nacía en Saint Denis uno de los aventureros franceses más destacados de la historia, Roland Garros. Apasionado de la aviación sería el 23 de septiembre de 1913 cuando conseguiría su mayor hazaña, cruzar volando el mar Mediterráneo en algo menos de seis horas. Sin embargo el mundo de la los altos vuelos no le recordaría solo por esta proeza para la época.
Posteriormente con el estallido de la I Guerra Mundial lucharía por Francia montado en su aparato y revolucionando el sistema de ataque de los aviones de guerra. Básicamente creó un sistema de ametralladoras para los aeroplanos mejorado que permitía atacar al enemigo de manera más eficiente. Finalmente, en mitad de un combate en las Ardenas, al norte de Francia, fue derribado el 5 de octubre de 1918.
Y el gobierno francés no se olvidó de este luchador caído en combate. Tras la proeza de los conocidos como “Los cuatro mosqueteros”, Jacques “Toto” Brugnon, Jean Borotra, Henri Cochet y René Lacoste, quienes ganaron a Estados Unidos en la Copa Davis de tenis en 1927 en su propio terreno, se disputaría la revancha al año siguiente en terreno francés. Para dicho evento el estado francés cedió tres hectáreas de terreno cerca de la Federación Francesa de Tenis para construir un nuevo estadio acorde con la grandeza del encuentro que se disputaría. Eso sí, la única condición que dispuso el gobierno fue que dicho estadio llevara el nombre del piloto muerto una década antes, Roland Garros.
En la actualidad el torneo sobre tierra batida más famoso del planeta , el abierto de Francia de tenis, se conoce como Roland-Garros convirtiendo a este pionero de la aviación en algo más que una baja en la batalla o un aventurero más.