Apasionada por la música desde muy niña, Paquita comenzó a estudiar piano en el conservatorio de la profesora Catalina Torres, en 1915. Al poco tiempo se acercó al bandoneón dentro de la más absoluta reserva, únicamente asistida del método de Augusto Berto. A comienzos del siglo XX no estaba bien visto que una mujer estudiara ese instrumento, las muchachas de buena familia estudiaban piano o guitarra. Pero Francisca estaba dispuesta a romper tabúes y dar rienda suelta a su inclinación musical. Mucho después contó con los valiosos aportes de Pedro Maffia y Enrique García. Acompañó al violinista José Junnissi en diferentes formaciones orquestales, aprendiendo el oficio de instrumentista mientras completaba sus estudios.
Debutó como directora en 1921 en el Bar Domínguez de la calle Corrientes con un sexteto denominado Orquesta Paquita que entre otros integraban Osvaldo Pugliese, Alcides Palavecino y Elvino Vardaro. Allí estrenó su tango “Floreal” y cuenta que la policía se vio obligada a desviar el tránsito de la calle Corrientes hacia Paraná, debido a la gente que se agolpaba para escucharla. Entre 1922 y 1925 se presentó en los bares La Paloma, Domínguez, La Glorieta, La Terraza y el balneario municipal, actuó también en Montevideo en la confitería 18 de Julio. Interviene en La gran fiesta del tango del teatro Coliseo en 1923 siendo la única mujer entre más de cien artistas varones. A fines de 1924 debuta en el teatro Smart con la compañía de Blanca Podestá, cuando todavía cantaba el recordado Florindo Ferrario. Mas tarde, en ese mismo teatro participa de un homenaje al maestro Amadeo Vives, acompañada por Enrique Delfino. Compuso unas quince piezas musicales, la primera, el tango “Floreal” que fue grabado por Juan Carlos Cobián. A “Floreal” le sucedieron “Villa Crespo”, “Cerro divino”, valses, “Cachito”, “La enmascarada” y “Soñando” tangos de nombradía; los últimos dos grabados por Gardel. Lamentablemente, no existen grabaciones propias de ninguna de esas composiciones. Durante el primer concurso de tangos que el disco Nacional realizó en el teatro Gran Splendid a fines de 1924, se presenta con “Soñando” y obtiene el sexto premio en una elección por lo menos sospechosa. La composición de Paquita fue el único bisado en toda la ronda, entre ciento cincuenta, a pedido expreso del público que colmaba el teatro y contra la orden de los organizadores de no repetir. Ante las quejas de Roberto Firpo, que con su orquesta ejecutaba los tangos intervinientes, referente al bis de “Soñando”, intervino Carlos Gardel diciendo «Maestro, el público es soberano. Hay que tener en cuenta que Paquita es la única mujer que ha dominado al taura del bandoneón». El 14 de abril de 1925, cuando le faltaban 17 días para cumplir 25 años, Paquita murió a raíz de las complicaciones de una bronconeumonía contraída por un resfriado mal curado.
Los historiadores dicen que en realidad fue una tuberculosis, tisis por aquellos años, de desenlace fatal.
En el año 2013 se instaló en Villa Crespo una placa que la recuerda.