Otra forma de contar historias

Nacido en Bernal, hijo único, estudió medicina y sociología en la Universidad de Buenos Aires. Comenzó a enseñar allí, pero al poco tiempo fue destituido por el gobierno militar que irrumpe en 1966. “Fui despedido por ser comunista, el peor insulto imaginable para el trotskista que era en ese momento”.

Este revés lo llevó al mundo de la publicidad, donde, según él, hizo y perdió varias fortunas. Su trabajo nuevamente le causó problemas durante la dictadura militar a fines de la década de 1970, cuando las autoridades lo acusaron de enviar mensajes subliminales a un grupo de izquierda en un comercial de televisión que había producido. Cerraron sus cuentas bancarias y lo encerraron por “subversión económica”. Mas tarde fue juzgado por fraude.

Cuando salió, escribió Muchacha Punk, que ganó un premio auspiciado por una importante marca de gaseosas. Esto lo decidió a dedicarse a la literatura. Fundó su propia editorial, Tierra Baldía, donde publicó sus relatos y poesía, también la de jóvenes poetas como Osvaldo Lamborghini, Néstor Perlongher y Cesar Aira. Mas tarde comenzó a escribir sus propias novelas.

La historia que rodea la forma en que escribió una de sus novelas más importantes, Los Pichiciegos (1983), es típica. El libro fue una protesta contra la guerra de Malvinas, y la estupidez de la guerra en general. Fogwill afirmó haber escrito el libro en seis días durante junio de 1982, mientras la guerra ocurría, manteniéndose despierto con grandes cantidades de cocaína y whisky.

El resultado fue una brillante descripción de la vida en la cotidianeidad del conflicto. Fogwill enfatizó que el libro fue sobre todo un “experimento mental”. “Sabía lo frío que era ese lugar desde mis días en la marina”. “Conocía al ejército argentino porque hice el servicio militar. A partir de esto, construí un experimento ficticio que estaba mucho más cerca de la realidad que si me hubieran enviado a las islas con una grabadora y una cámara “.

Después de Los Pichiciegos, que tuvo que esperar para publicarse hasta la caída de la dictadura, Fogwill produjo unos 20 libros de novelas y cuentos, en los que capturó con éxito la violencia y la imprevisibilidad de la vida en Argentina en los años 80-90. Sus declaraciones sobre literatura siempre fueron mordaces: “Para mí, escribir me parece más fácil que tratar de evitar el sentimiento de falta de sentido que no produce la escritura”; o “La literatura no cuenta historias, sino formas de contar historias”. Sus propias novelas preferidas fueron Los Pichiciegos, Vivir Afuera (1998) y En Otro Orden de Cosas (2004), que le valió el premio nacional de literatura.

En 2008 publicó “Los libros de la guerra“, una antología de sus artículos y entrevistas más afilados, aparecidos en la prensa durante más de un cuarto de siglo.

Fogwill murió en el Hospital Italiano de Buenos Aires el 21 de agosto de 2010, producto de un enfisema pulmonar.

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