Escribió sus primeros versos a los 14 años y mientras estudiaba derecho, cuando aún no había cumplido 20 años, hizo conocer sus primeras canciones. Fue becado para estudiar en Oxford y a su vuelta ingresó al servicio diplomático mientras escribía críticas de cine, libros de poesías y novelas (una de ellas fue llevada a la pantalla por Marcel Camus, Orfeo Negro, premiada con un Oscar).
Junto a Antonio Carlos Jobim, Toquinho y João Gilberto creó innumerables canciones de samba y bossa nova que se diseminaron por el mundo.
“Garota de Ipanema”, una de las canciones que más versiones reconoce, está inspirada en una joven carioca a la que veía pasear por Ipanema, lugar donde vivía la bohemia carioca.
La musa se llamaba Helô Pinheiro. “Es el paradigma del tipo carioca”, dijo Vinícius años más tarde, “una mujer dorada, mezcla de flor y sierra, llena de luz y de gracia pero cuya visión es también triste, pues lleva consigo, camino al mar, el sentimiento de lo que pasa, la belleza que no es nuestra –es un don de la vida en su lindo y melancólico fluir y refluir constante”.
Vinícius cantaba con una botella de whisky siempre cerca. La llamaba el mejor amigo del hombre, “el perro en una botella”.
Tuvo nueve esposas y diez hijos. Murió de un edema pulmonar al cumplir 66 años.
Sus amigos le decían “O Poetinha”.
