Fernando Di Vincenzo Bellini, reconocido como uno de los tres representantes del “Bel Canto” de principios del siglo XIX, junto a los compositores italianos Gioachino Rossini y Gaetano Donizetti, nació en Catania, Reino de Sicilia, el 3 de noviembre de 1801.
Su padre, Rosario Di Vincenzo y su abuelo, Tobia Di Vincenzo dieron las primeras lecciones de música a este niño prodigio, que según cuentan, cantaba un aria de Valentino Fioravanti con solo dieciocho meses. Comenzó a estudiar música a los dos años y a tocar el piano a los tres (a los cinco años ejecutaba este instrumento con destreza). El Duque de San Martino, deslumbrado por su capacidad, le concedió una beca en el Colegio de San Sebastián de Nápoles.
Bellini incursionó en la música sacra y de cámara, pero fue la ópera el género que lo consagró como uno de los compositores más excelsos.
En 1825 estrenó de su primera ópera, “Adelson e Salvini”, con la que logró captar la atención de Domenico Barbaja, director del Teatro de San Carlos de Nápoles y de La Scala de Milán.
Poco después de lograr un gran suceso con su obra “La sonámbula” en marzo de 1831, Bellini compuso “Norma”, considerada una verdadera joya belcantista.
“Norma” es un verdadero desafío interpretativo. La protagonista es sacerdotisa y madre, amante abandonada y vengativa, una mujer de sentimientos profundos y contradictorios. Su trágico final es consecuencia de sus conflictos y de la contrariedad entre el voto religioso, el deber hacia su pueblo y el amor no correspondido. Bellini convocó a la soprano Giuditta Pasta, protagonista de “La sonámbula” para que encarnara a “Norma”.
El estrenó fue en el Teatro de La Scala de Milán el 26 de diciembre de 1831.
Distintas circunstancias en la ejecución, la indisposición de la primadonna y la tensión del resto del elenco, malograron el éxito de la que sería considerada la obra cumbre de Bellini.
María Callas interpretó 89 veces el papel de “Norma”, posteriormente Montserrat Caballé, Beverly Sills, Renata Scotto, Grace Bumbry y Shirley Verrett dieron vida a este conflictivo personaje, que exige la más depurada técnica vocal.
Vincenzo Bellini murió en Francia a los 33 años, víctima de una infección intestinal.
Fue enterrado en el Cementerio del Père Lachaise, cerca de Chopin y Cherubini. En 1876 su cuerpo fue trasladado a la catedral de Catania.
El féretro del compositor fue recibido en su ciudad natal por miles de personas, autoridades civiles, militares y religiosas de Catania le rindieron homenaje.
Su tumba fue construida por Giovanni Battista Tassara, y el monumento fue obra del escultor Giulio Monteverde, maestro de nuestra Lola Mora.
