Tuvo actuación en el periodismo como corrector de pruebas en el diario La Nación, colaboró en La Tribuna Nacional, en El Censor de Sarmiento, y fue redactor en jefe de El Diario.
Entre otros trabajos de mérito, Drago fue también traductor de los clásicos ingleses; de Maucalay, en su síntesis de su historia de Inglaterra, y sobre todo del libro de Carlyle titulado El doctor Francia. En 1912, se desempeñó en el Congreso de la Nación, luego se le nombró profesor de Derecho Civil de la Universidad de Buenos Aires y miembro de la comisión reformadora del Código Penal.
Drago no conquistó nunca fortuna. Vivió austera y modestamente en su hogar, rodeado de una familia numerosa.
Texto originalmente publicado en lavidrieradecasilda.com.ar