Marie Lang: la gran reformadora social vienesa

Nació en Viena (que en ese momento era la capital del Imperio Austrohúngaro), el 8 de marzo de 1858, bajo el nombre de Marie Katharina Auguste Friederike Wisgrill. Hija de Emilie (de soltera Scholz) y Karl Wisgrill, formaba parte de la pequeña clase media-alta liberal vienesa. Su madre era actriz y sobrina del comediante Wenzel Scholz, y su padre era un maestro carpintero defensor de la libertad civil, quien había apoyado las revoluciones de 1848[1]. Durante su puericia estudió todo lo típico de una señorita de buena familia de la época (piano, labores manuales con la aguja y el hilo como protagonistas, literatura, francés y modales victorianos), además de historia, filosofía política y religiones comparadas (materias anómalas dentro de la currícula desarrollada para las féminas decimonónicas), y viajó junto a su familia regularmente a París y Londres, capitales que le asistieron al florecimiento de un acentuado cosmopolitismo, como así también de una protoconsciencia feminista de índole sufragista. Se matrimonió ya posadolescente con el joyero de la corte Theodor Köchert en 1880, con quien tuvo un hijo, Erich, poco antes de divorciarse en 1884. Durante su coyunda con Köchert, Marie conoció a Edmund Lang, un abogado judío, que era cuñado de Theodor, a través del matrimonio de Heinrich Köchert con Melanie Lang. En 1885 Marie y Edmund, atravesados por la vehemente flecha de Cupido, procrearon al primogénito de la pareja, Heinz Lang, y se casaron poco después. A finales del año siguiente, tuvieron a su segundo vástago, Erwin Lang, y para 1891 a Lilith Lang, de quien la librepensadora Rosa Mayreder fue la madrina.

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Marie Lang y sus hijas.
Marie Lang y sus hijas.

 

Los Lang estaban muy involucrados en la cultura de salón de Viena y organizaban reuniones de artistas, filósofos y políticos pundorosos del momento en su residencia casi todas las noches -bendita la bienandanza de contar con fámulas y ayas-. A su vez veraneaban con una colonia de amigos del “mundillo cultural” en Grinzing, en el Schloß Belle Vue (conocido como el lugar donde Sigmund Freud experimentó su sueño, “la inyección de Irma“[2]). Paralelamente, los filántropos consortes también crearon un grupo de estudio teosófico[3] junto a Frederick Eckstein y Franz Hartmann. En 1888, conocieron al filósofo Rudolf Steiner y lo introdujeron a la literatura teosófica, así como a la activista feminista protoqueer[4] y amiga íntima de Marie, Rosa Mayreder. Ambas mujeres devendrían trascendentales en el desarrollo personal y espiritual del filósofo, y con Mayreder particularmente mantendría una relación epistolar durante muchos años y una amistad neurálgica por el resto de su existencia terrenal. Steiner, en una de sus tantas misivas a Rosa, comentó que Marie era el alma del círculo, y que fue su personalidad e interés en la teosofía lo que alentó la participación de miembros del grupo con puntos de vista tan disímiles. Su hospitalidad se extendió al compositor Hugo Wolf, a quien cuidó en su casa durante muchas semanas durante su enfermedad (víctima de una degeneración cerebral causada por la sífilis, que terminó provocándole una parálisis general progresiva).

Para principios de la década de 1890, Marie, que había sido introducida en el movimiento feminista por sus amigos Auguste Fickert y Rosa Mayreder (ese ideario que asaz expectación le había producido de niña durante sus viajes familiares a Londres y que ahora abrazaba con afán), se convirtió rápidamente en una de las activistas por los derechos de las mujeres más descollantes de la época. En 1893, Lang, Fickert y Mayreder fundaron la Allgemeiner Österreichischer Frauenverein (Asociación General de Mujeres de Austria), una de las organizaciones más radicales del movimiento de mujeres de Viena. Más similar a las organizaciones desarrolladas por los trabajadores que a los grupos de mujeres de clase media y alta, que se centraban en la caridad, la Frauenverein apoyaba los derechos de la clase trabajadora al empleo digno, la educación y la protección legal, y la abolición de las leyes que regulaban la prostitución (y, por ende, su subsiguiente abyección social), además de defender palpitantemente el sufragio femenino. La Frauenverein se convirtió en una de las organizaciones de mujeres más influyentes de la Viena de fin-de-siècle, transformando el cariz de la política y la sociedad para las mujeres. A su vez, Marie también abogó por una legislación para proteger a las madres solteras y sus hijos ilegítimos. En 1901, estableció la Ottakring Settlement House (Casa Ottakring de Bienestar Social), un establecimiento para brindar ayuda a las mujeres trabajadoras. La Casa Ottakring sirvió como el primer lugar de reunión para los servicios sociales en Austria que no fueron financiados por organizaciones benéficas. Sin vínculos con afiliaciones políticas o religiosas, por una pequeña tarifa los trabajadores podrían beneficiarse de atención médica para mujeres embarazadas y niños, una guardería para el cuidado de niños para madres trabajadoras, educación mixta, clases de cocina y veladas sociales con presentaciones musicales y conferencias sobre temas competentes a sus intereses particulares y necesidades específicas.

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                 Marie Lange en Casa Ottakring.
Marie Lange en Casa Ottakring.

 

En 1903 Marie fue nombrada para formar parte del comité de prensa del Consejo Internacional de Mujeres y en 1904 asistió al Congreso de Berlín, a partir del cual se formó la Alianza Internacional por el Sufragio Femenino. Ese año, su hijo Heinz, se suicidó después de un romance fallido con Lina Loos (esposa del arquitecto austríaco Adolf Loos). Su súbita muerte causó en Marie insondables tribulaciones y por un tiempo disminuyó su participación en el movimiento de mujeres, creyendo que como ella había fallado como madre en proteger a su propio entenado, no tenía derecho a aconsejar a otras mujeres. Al año siguiente del óbito de Heinz Lang, se fundó el Comité sobre el sufragio femenino (en alemán: Österreichisches Frauenstimmrechtskommittee) del que la huérfila era miembro constitutivo, el cual presentó una petición con 4.000 firmas para la derogación de la ley que prohibía las organizaciones políticas de mujeres. Marie representó al Comité como delegada de Austria en el 4° congreso de la Alianza Internacional por el Sufragio Femenino de 1908 celebrado en Ámsterdam, donde presentó un detallado informe sobre las actividades políticas y humanitarias del Comité, como así también un puntilloso listado con los claros propósitos de aquella alianza internacional sufragista. Una década más tarde, después de incesantes e intransigentes litigios, el 12 de noviembre de 1918, a siete meses y seis días del fenecimiento de su adorado esposo Edmund Lang, las mujeres obtuvieron el derecho al voto en Austria. -Pareciera que el destino estaba empeñado en que las victorias políticas emancipatorias por las que Marie bregaba se vieran ensombrecidas por desgarradoras pérdidas afectivas trascendentales…-.

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Sufragio femenino en Ottakring.
Sufragio femenino en Ottakring.

 

Marie Lang murió el 14 de octubre de 1934 en la ciudad austríaca de Altmünster, en las proximidades del lago Traunsee, donde vivía con su hijo mayor Erich Köchert desde hacía ya algunos pares de años. Mujer imponderable, impávida, acerada, autodeterminada, altruista y reformista nata, Marie Katharina Auguste Friederike Wisgrill de Lang continuará perpetuando en la historia occidental como una de las figuras más excelsas del movimiento por los derechos de las mujeres de principios de siglo XX en Austria.

 

[1] Revolución o revoluciones de 1848, Primavera de los Pueblos o Año de las Revoluciones son denominaciones historiográficas de la oleada revolucionaria que acabó con la Europa de la Restauración (el predominio del absolutismo en el continente europeo desde el Congreso de Viena de 1814-1815). Fue la tercera oleada del más amplio ciclo revolucionario de la primera mitad del siglo XIX, que se había iniciado con las denominadas “revolución de 1820” y “revolución de 1830”. Además de su condición de revoluciones liberales, las revoluciones de 1848 se caracterizaron por la importancia de las manifestaciones de carácter nacionalista y por el inicio de las primeras muestras organizadas del movimiento obrero.

[2] El sueño de la inyección a Irma ocupa un lugar único en la historia del Psicoanálisis. Fue el primer sueño que Freud sometió a una interpretación detallada y el que le permitió, según él, resolver el enigma de los sueños. (link a la explicación e historia del trascendente suceso psicoanalítico: http://www.discursofreudiano.com/el-sueno-de-la-inyeccion-de-irma/).

[3] La teosofía (del griego: θεός, theós, ‘Dios’, y σοφία, sophía, ‘sabiduría’) es un conjunto de enseñanzas y doctrinas difundidas bajo ese nombre por Helena Petrovna Blavatsky a fines del siglo XIX. En su obra “La clave de la teosofía“, ella explica que el nombre teosofía es uno de los tantos que se utiliza para designar a una sabiduría sin edad, eterna, que no es otra que el conocimiento de la verdadera realidad. Del mismo modo que la ciencia no crea las leyes que rigen la naturaleza, sino que las descubre, la teosofía es la realidad, y los seres humanos vamos aprendiendo progresivamente porciones del conocimiento de esta realidad. A partir de 1875 se crea la Sociedad Teosófica, que tiene como uno de sus objetivos el estudio comparativo de Religión, Ciencia y Filosofía, con el objeto de descubrir la enseñanza fundamental en cada una de ellas. La teosofía propone que todas las religiones surgieron a partir de una enseñanza o tronco común, que ha quedado oculta bajo el velo de las doctrinas que se fueron elaborando con el correr de los siglos siguientes, llevando muchas veces a contradecir la enseñanza original. El estudio comparativo de la Ciencia y la Filosofía son otra forma de acercamiento a esta enseñanza original, que no es otra cosa que la realidad permanente que subyace por detrás del mundo sensible sujeto al constante devenir.

[4] Queer es un término tomado del inglés que se define como “extraño” o “poco usual”. Se relaciona con una identidad sexual o de género que no corresponde a las ideas impuestas por un régimen epistemológico y político binario. Con protoqueer nos referimos (gracias al elemento prefijal de origen griego) a aquellos acercamientos previos a la conceptualización del término ya elucidado.

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